Un empresario pagó 1,6 euros por hora a inmigrantes por pelar cebollas 16 horas al día

His los nuevos esclavos y se dedican a todo tipo de trabajos. Tienen en común ser extranjeros, con frecuencia no conocer el idioma y una situación de extrema vulnerabilidad. La Policía Nacional ha podido detener a varios empresarios en diferentes operaciones en Alicante y Callosa del Segura, acusados ​​de los delitos contra los derechos de los trabajadores, favorecimiento de la inmigración ilegal y tráfico de mano de obra. Tenían en sus empresas a personas en condiciones laborales muy por debajo de los mínimos legalmente garantizados y abusaban de esa vulnerabilidad: la mayoría carecía de contrato laboral, seguro de accidentes e incluso permiso de residencia y trabajo. El caso más extremo es el de Callosa del Segura, donde los agentes localizaron a 16 trabajadores, todos extranjeros y 9 de ellos en situación irregular, en una empresa dedicada a la cosecha y distribución de hortalizas. Los empleados eran explotados en jornadas maratonianas de seis de la mañana a diez de la noche sin descanso ni para comer. Tenían que pelar cebollas todo ese tiempo a destajo, a razón de 5 céntimos de euro por kilo de hortaliza limpia. Debían llegar tiene 100 kilos para cobrar 10 euros, una media de 1,6 euros la hora, según informó la Policía. La investigación ha sido desarrollada por agentes del Grupo III de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Alicante, que detectaron esa empresa y otra donde también se incumplía algún mínimo. A lavadero de coches Los agentes llegaron a un dispositivo policial y llevaron a cabo sendas inspecciones en las colaboraró la Inspección de Trabajo. En la empresa establecida en Alicante, un lavadero de coches, los investigadores localizaron a seis trabajadores, cinco de ellos extranjeros y dos de ellos en situación irregular. El propietario los obligaba a trabajar todos los días de la semana, de lunes a domingo, ya que si caían enfermos y no podrían acudir a su puesto no les pagaba. Cobraban 140 euros a la semana, a razón de cuatro euros la hora. Los empresarios, dos hombres y una mujer, de nacionalidad española, de 32, 46 y 54 años, fueron detenidos por delitos contra los derechos de los trabajadores.