¿Son sus características las que comparan a las personas que viven en una relación tóxica?

Ana I. MartínezSEGUIR

Los personajes tóxicos existen. Y las relaciones toxicas tambien. La normalización de conductas negativas que puedan causar daño al cariño con la pérdida de los límites o el respeto, la protección con el control, la pérdida con la justificación y el amor con la dependencia manifiesta que algo ha fallado. Según los expertos en psicología de TherapyChat, en el desarrollo de las tóxicas relaciones entran en muchos factores de juego como la autoestima, la confianza, la inseguridad, el miedo al abandono oa la infidelidad y, también, el modelo de pareja alrededor del que crecemos.

Incluso, señala que “una vez que la pasión inicial se extingue, a veces, puede llegar a convertirse en una relación tóxica cuando la interacción entre los involucrados se convertirá en torno a hábitos negativos”.

«El problema -continúan- es que al estar involucrados emocionalmente, es complicado darnos cuenta de lo que está ocurriendo de manera objetiva y así, muchas veces terminamos ‘atrapados’ en relaciones que jos de satisfacer nuestras necesidades emocionales y sacar a la luz nuestra mejor versión terminan mostrando nuestra peor cara”.

Muchas veces, estas situaciones son difíciles de identificar, puesto que van gestando de manera progresiva en el tiempo. Tal y como explican à ABC los psicólogos de TherapyChat, “las relaciones tóxicas no surgen como resultado de un único factor sino que a menudo, se crean por la confluencia de varias causas que son las que dan forma a ese tipo de relación insana”.

Pero sí, recalcitrante, hay una característica fundamental que compara a muchas de las personas que viven en una relación tóxica: la baja autoestima. “Es habitual que quienes no se quieren a sí mismos y no se valoran lo suficiente terminan inmersos en relaciones tóxicas que hunden cada vez más su autoestima”, cuentan.

¿La Razón? “Creen que es la vida que merecen y que no les aguarda nada mejor en el mundo. Cómo resultado terminan compartiendo su vida con personas que sacan a la luz su peor versión y le impiden crecer emocionalmente”, explican los expertos a este diario.

Sin embargo, la falta de autoestima no es el único factor por el que se caracterizan quienes tienen una relación tóxica. Los consejeros añaden que la dependencia emocional y la falta de responsabilidad por el bienestar propio, que pueden cobrar la vida a través de los celos o una crítica excesiva, también definen a este tipo de personas.

“En estos casos, uno o ambos miembros de la pareja anulan su individualidad y dejan de tener objetivos para escasa y exclusivamente en la relación y llenan el vacío de su vida con su pareja -cuentan desde TherapyChat-. Es una manera de poner la responsabilidad por el bienestar propio en la otra persona. El problema es que este tipo de relación terminó siendo extremadamente desgastante ya que no deja espacio para que cada uno se exprese tal y cual es”.

«El miedo a la soledad es otro factor que puede a muchas personas a terminar en relaciones insanas, en las que no se siten bien y que no le aportan nada, por temor a quedarse solos y enfrentarse a la vida de manera independiente», añadir a los expertos. “La inseguridad o unas expectativas demasiado bajas también pueden conducirnos a las puertas de una relación tóxica, de la misma manera que las creencias distorsionadas sobre el amor y las relaciones de pareja que arrastramos desde la infancia pueden conducirnos a compartir nuestras vidas con personas con las que en realidad no somos felices”.

¿Y si discutimos mucho?

Conviene también también diferenciar muy bien cuando está en una ración tóxica a u tando está en una ración sana, porque los conflictos y las discusiones pourman parte de las relaciones saludables.

“Simple desencuentros cotidianos por descuidos o errores que llevan a uno de los miembros a perder la calma”, forman parte del día a día de una buena relación. “En ocasiones, puede tratarse de conflictos más serios”, advirtión. “De hecho, las parejas que tienen una relación sana atravesando tambiénn crisis y etapas difíciles en las que el amor puede tambalearse, solo que a diferencia de las parejas tóxicas, cuentan con las herramientas para resolver sus diferencias y salir fortalecidos de esas situaciones”, aclaran.

Los conflictos en una relación son inevitables, ya sea por las facturas, los hijos o el estrés. “Cuando dos personas adultas empiezan una relación, es normal que surjan discrepancias y fricciones cotidianas, sobre todo Durante los primeros años en los que están conociendose en profundidad y creando las bases de una vida en común. Y en este caso, los conflictos no son precisamente algo negativos -explican-. Las diferencias de opinión no solo sa sino normal que incluso, pueden llegar a un convertidor se en una buena señal porque significa que los miembros de la pareja han mantenido su propia identidad, es decir, que uno no ha absorbido al otro ni anulado su personalidad” .