“Ser jugador de finales, ahí me crezco”

Carlos Alcaraz comparó en el salón de actos de la Caja Mágica cerca ya de la onza de la noche. Sonriente, sentido junto con el trofeo recién logrado y valoró el nuevo título, el décimo de su carrera, el cuarto Masters 1.000. Cifras y datos que asustan para alguien que acaba de cumplir veinte años: “Son logros muy bonitos para mí. Defender este título, a las puertas de recuperar el número uno… Son cosas muy grandes y estoy orgulloso». De esa forma confirmó también su presencia en el Masters 1.000 de Roma, lo que le permitirá recuperar el número uno mundial haga lo que haga en la pista: “Soy un chico ambicioso y vamos a ir a por Roma, sí”.

Alcaraz aseguró que ganar en Madrid lo es todo para él, y apeló a la infancia: “Sabéis que he pasado aquí mis tres últimos cumpleaños, pero muchos de los anteriores los pasaron también aquí viendo el torneo de pequeño, Venía aquí a disfrutar, pensando y soñando que algún día iba a estar aquí jugando o levantando el trofeo. Es un sitio superespecial. Me hace recordar al chico que venía a ver buen tenis”.

Con la de Madrid tiene sus cinco finales jugadas esta temporada por Alcaraz, con un balance de cuatro victorias y solo una derrota. El dato se suma a su pleno de triunfos en Masters 1.000, cuatro de cuatro. Para el murciano no es casualidad: “Tengo capacidad para jugar los momentos importantes. Ahí me crezco, saco el buen nivel y hago cosas diferentes al restaurante. Es lo que me caracteriza. Ser jugador de finales, mi equipo y yo nos lo decimos”. Y va más alla. Esta mentalidad de ganadora facilitó y funcionó la mayoría de las veces, incluso cuando no está fino: “Cuando juego mal soy capaz de sacar los partidos adelante. El ochenta por ciento de las veces no juega todo lo bien que quieres. Sacar esos partidos adelante suma el doble”.

Tiene claro el español que el futuro pinta de color de rosa siempre y cuando le respetan las lesiones. Es lo único que teme, y en lo que más empeño pone para que no condicione su carrera: “El tema mental, lo de cansarme de ganar o viajar, no me preocupa porque sé que no va a pasar. Me puede preocupar el no encontrarme bien físicamente. Es lo que vamos a cuidar todos los días. No va a haber ni uno en el que me relaje. Las pequeñas molestias que salgan, que es normal en tenista, trataré de cuidarlas de la mejor manera”.

“Cuando era pequeño había muchísimos días que no tenía ganas de entrenar y de sacrificarme”, concluyó Alcaraz. “Pero todos esos días que no te apetece y los acabas sacando con intensidad son los que valen. Hay que escuchar a los que saben”, dijo en referencia a su equipo, encabezado por Juan Carlos Ferrero.