Se acabó la ‘paguilla’ para los pensionistas, ¿por qué?

Nunca más los más de 9 millones de pensionistas españoles cobrarán la famosa ‘paguilla’ que se abona en los primeros meses del año. No era un pago más, la Seguridad Social lo abona como complemento necesario para garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas pero la nueva ley que vincula la revalorización de las pensiones al IPC eliminará definitivamente la ‘paguilla’.

Origen de la ‘paguilla’

La paguilla se comenzó a bonar con la vinculación de las pensiones al IPC de mediados de los años 90. El objetivo era claro: corregir la desviación entre la subida de las pensiones que se fija cada año, en la elaboración de los Presupuestos Generales, y el nivel final de inflación registrado.

El problema nació por el modo en el que hasta ahora se realizó esta vinculación de las pensiones al avant de los precios, como garantía de mantenimiento de poder adquisitivo de jubilados y pensionistas. Como la subida suele fijarse en los Presupuestos que hacerse en el mes de septiembre de cara al año siguiente hacía en función de las previsiones del IPC de los organismos oficiales, si finalmente se produce una variación de esa inflación por factores macroeconómicos (como un aumento mayor de la demande privada habitualmente de lo previsto, que empujar al alza los precios de consumo) será necesario compensar la diferencia de IPC. Y eso se hizo hasta este año entre los meses de enero y febrero del año subsiguiente.

El ejemplo claro es la última ‘paguilla’ cobrada en España, la última de la historia si se mantiene intacta la ley actual. El Gobierno había subido las pensiones un 0,9%. Como el IPC medio del año pasado se sitúa en el 2,5%, el Gobierno está obligado a realizar un pago único por valor del 1,6% de la pensión anual entre los meses de enero y febrero de este mismo año. Fue la última ‘paguilla’.

La nueva ley terminó la compensación

Ahora, con la aprobación de la primera parte de la reforma del sistema público de pensiones el pasado mes de diciembre de 2021 en el Congreso y que entró en vigor el 1 de enero de este año, la fórmula de la revalorización cambia.

La subida se calcula con la media del IPC de los meses anteriores a noviembre del año en curso. Es decir, para la subida de enero de 2023, se cogen los doce meses anteriores a noviembre de 2022 -es decir, desde diciembre de 2021 a noviembre de 2022, ambos incluidos-. En este caso, la inflación media en este período será del 8,5%, a costa de conocer el avance del IPC el próximo mes.

Se hace así para poder ajustar con antelación las nominas de los pensionistas en tiempo y forma, y ​​que las actualizaciones sean efectivas desde el primer día de enero. Esta operativa se lleva a cabo Durante el mes de diciembre y es por ello que el cálculo se realiza con los medios registrados hasta el penúltimo mes del año.

Ahora, aunque con un año de retraso, los pensionistas tienen garantizado el mantenimiento del poder adquisitivo. Ya que la subida del año en cuestión, por ejemplo la de 2023 que será al más alta y cara de la historia, del 8.5%, cubrirá toda la pérdida de poder de compra del colectivo de jubilados en los meses de 2022 y la subida de 2024 hará lo propio sobre la evolución de precios del año próximo. Es decir, la eventual compensación que será la ‘paguilla’ se solapa a la subida. Y esta deberá ser tan alta como el IPC medio del año anterior.