Reino de Redonda: la editorial que Javier Marías fundó en los confines del mundo

La orfandad de la Pérfida Albión por la pérdida de una de sus más amadas reinas, Isabel II, no tiene parangón con la que sufren los ciudadanos del Reino de Redonda. Su monarca, Xavier I, moría este domingo 11 de septiembre dejando más desierta, si cabe, aquella isla misteriosa. No es posible comenzar esta historia singular sino como comienzan siempre las buenas historias: había una vez una pequeña isla bañada por las aguas cálidas del mar Caribe cuyo aspecto escarpado nunca sedujo a descubridores ni colonos. Avistada por Colón colgante su segundo viaje en 1493 sin ni siquiera detenerse a poner un pie en ella, esta roca circular flotando en la mitad de las rutas marítimas de corsarios y tiburones estaba destinado a convertidor se un reino literario. La dinastía de monarcas de esta isla de los confines del mundo llega como regalo de cumpleaños de un banquero ha conocido al hijo, el escritor MP Shiel (rey Felipe I de Redonda) cuando éste tenía quince años de edad. Desde aquel día el azar, los libros y el tiempo tejieron una compleja red de intrigas palaciegas, ventas fraudulentas de títulos y coronas, borracheras y abdicaciones que llegaron a confluente en un joven escritor español de paso por su amada Inglaterra, quien resultó ser el afortunado en extraer, sin quererlo, la espada del yunque. Aquel joven rey, Javier Marías, el cuarto en la dinastía y el primer rey de origen español, asumió con dignidad y valentía el encargo y decidió honrar su reino literario haciéndole un magnífico regalo: la fundación (y financiación) de la editorial Reino de Redonda , que se inauguró en el año 2000 con un volumen de cuentos fantásticos ‘La mujer de Huguenin’, del mismo MP Shiel, el escritor y primer monarca de Redonda. Reinar entre libros Como todo lector debería saber y como cualquier súbdito, ciudadano, noble e incluso algún aspirante a título de nobleza del Reino de Redonda sabe, esta editorial fue ideada por su monarca, Xavier Marías al hacerse con el trono en 2002. Sus volúmenes inundados de color y atravesados ​​por una esbeltísima flecha Art Nouveau como guiño a Shiel, el primer rey de Redonda, constituyendo la elegante guardia pretoriana de un monarca que sabe elegir tan bien a sus súbditos como los volúmenes de su regia biblioteca. Casi cuarenta integran esta colección realizada con el más exquisito de los gustos bibliófilos: tapa dura, papel grueso blanco inmaculado, letra mediana, distinguida, serena para unos textos magníficamente convertidos y un prólogo o nota previa (como prefiere llamarlo el editor) firmado por consagrado plumas. El texto aparece arropado por un nutrido sobre apéndice la historia del reino y sus moradores literarios y se culmina (para lugar exclusivo de bibliophilos detallistas) con un sutil regalo en cada volumen: confiado entre las páginas, un preciso rectangular separador recoge la biografía y retrato del autor, así como la sinopsis del libro, de manera que la portada queda limpia de lectura para que en ella Dominen flecha, título, autor, prologuista y traductor. Javier Marías explicó con orgullo a este servidora el envés de su reino de papel: “Seguramente Reino de Redonda es la editorial más pequeña y pausada del reino de España, ya que publica tan sólo dos títulos al año, oa lo sumo tres. Además, no tiene sede más que nominal, ni plantilla, ni equipo, ni colaboradores externos, ni encargado de prensa ni nada por el estilo. La formamos dos personas, una en Madrid, que soy yo, y otra en Barcelona, ​​​​Carme López Mercader, que es la encargada de las ediciones, es decir, de que los libros existen. La distribuidora Ítaca me hace el favor de colocar algunos ejemplares en las librerías, y mi agente literaria, Mercedes Casanovas, me echa una generosa mano en la contratación de derechos (cuando los hay). Y sin duda ha de ser la única editorial que no hace: cuentas sé que es deficitaria, porque sus volúmenes están cuidados, llevan muy buen papel y encuadernación, ya ocasionales los traductores les pago el máximo y, si lo desean, la mitad por adelantado , pues no en balde fui yo traductor en su día y hubiera deseado ese trato para mí”. Insistía con melancolía: “Me limito a recuperar maravillosos libros olvidados”. Pero Reino de Redonda es mucho más que eso: viajes, asesinatos, fantasmas, ciencia ficción, historia, juicios, papas, guerras, revoluciones, biografías, relatos, novelas, poesía… hasta una selección de cuentos únicos, clasificados así por el mismísimo Javier De Maria. ¿Cómo no anhelar tener esta exquisitez en las estanterías de nuestras bibliotecas? Ríe si sabes Un poco más desolada tras la pérdida de su último monarca, la Isla de Redonda sigue flotando inmutable, muy cerca de las islas antillanas de Monserrat y Antigua, en las coordenadas 16º 56′ latitud norte, 62º 21′ longitud oeste, vigilada por alcatraces y aún poblada, plus escasos tres cuadrados kilómetros, por el más denso e ilustre censo del mundo. Duques, duquesas, vizcondesas, maestro de armas, cónsul y hasta un Comisario de Agitación y Propaganda, todos ellos pertenecientes al mundo de las letras, el cine, la cultura; moradores y cómplices de un rey que solo existe en el juego legendario y en la literatura, y que en los primeros años coincidieron en un magnífico premio literario del que Javier Marías se sintió tremendamente orgulloso: el premio de Redonda, con un jurado insólito entre los que contaban Coetzee, Alice Munro, Ford Coppola, Mendoza, Savater, Almodóvar, George Steiner, William Boyd, Villena, Magris, Sir John Elliott, Lobo Antunes o Pere Gimferrer. En palabras del propio Marías, “probablemente el mejor jurado del mundo”. No Muere noticia Si Javier Marías, el escritor del siglo noticia Si El rey de Redonda deja este mundo, larga vida a Javier Marías El reinado de Xavier I se había iniciado con el nuevo siglo. Si en este país hubiera más memoria y más amor por los libros, cada año hubiera sido motivo de celebración jubilar. Muere por tanto el monarca Xavier I al cumplirse veintidós de su nombramiento como rey editor de un reino grandioso, insustituible e inexistente. Pero lo más doloroso es que muere con el lamento legítimo por esa ingratitud, como declaró hace años a este periodista en una de las pocas entrevistas que le hieron como editor: “Vivimos en un país singular y llegamos un momento en el que la prensa de aquí alguna vez hacía una pequeña mención ni a la editorial ni al premio que organizábamos cada año y ya al final, ni una nota. No. Así que un buen día me dijo, “no tiene sentido hacer esto para que no se entere nadie” y esa fue la razón por la que acabé con su existencia. En total han sido trece escritores los premiados (de 2001 a 2014) entre los que se cuentan Banville, Ian McEwan, Milan Kundera, Umberto Eco Coetzee o Alice Munro. No está nada mal, si además añadimos que entre ellos hay dos premios Nobel de literatura. Pero bueno, en lo que a mí respeta, me siento muy orgulloso del trabajo que hicimos y de tenerlos a todos ellos en mi reino». Al pronunciar aquellas últimas palabras recuerdo que sonreía. Hasta en el lamento profundo, el rey Xavier I de Redonda fue monarca leal al lema de su reino: ‘Ride si sapis’. Rie si sabes. Qué difícil es cumplir en estos días con ese mandato real.