Radiografía de un éxito musical: los gurús confiesan el truco

Ya en el estudio de grabación, los editores de Peermusic España advierten al que entra en su sede buscando negocio de que “aquí, en la industria, los gustos los dejamos en la puerta”. Están manoseando un vinilo en los tiempos de Spotify… y no son los únicos. Han asumió que el formato físico tuvo poder resurgir, que el disco es -y seguirá siendo- un producto marginal y que los números hay que buscarlos en otro lado. 100,000 Número de canciones que se suben al día en Spotify Según se contabilizó el año pasado, en un solo día se suben a Spotify más de 100,000 canciones. Una cifra que supone una transformación constante en la realizada por editores, discográficas o distribuidoras musicales. “Muchos de los temas que triunfan hoy no perdurarán mañana”, creó, algo apocalíptico, Rafael Aguilar, presidente en la región latina de Peermusic. Sobre la mesa, Aguilar y su equipo ojean el listado de las diez canciones y los diez artistas que más escucharon los españoles en 2022, según la plataforma. Ahí están Bizarrap, Bad Bunny, Quevedo, Rosalía… Predominio absoluto de la música urbana, letras en un español que cuesta descifrar y estribillos que cada vez llegan antes. Pero, al final, la pregunta hoy no es muy distinta a la que les ha acompañado siempre: ¿Cuál es la fórmula secreta del éxito? Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP La clave está en la edad. Aquí entró en juego la manida frase “ya no se hace música como la de antes”. Inma Grass, copropietaria de la distribuidora Altafonte, lo explica: es en el período de los 15 a los 25 años cuando descubrimos y conocemos la música que nos acompañará toda la vida. “A no ser que seas un gran melómano, las canciones que escuchas en tu primera juventud son tus canciones. Lo urbano es el sonido de esta generación, pero nunca se hizo tanto y tan buena música como ahora». Un éxito hoy en día es el que le gusta a los menores de 25. Los de mayor edad ya tienen su vida’s ‘playlist’. Inma Grass, de Altafonte: “A no ser que seas un gran melómano, las canciones que escuchas en tu primera juventud son tus canciones” JOSÉ RAMÓN LADRA Antes de la alquimia de la canción, un hecho: “Hemos pasado de hacer éxitos a ficharlos », señala Pablo Rodríguez, hoy director ejecutivo del musical Malinche y antes director de la compañía BMG. Cree que la industria vive un momento complicado porque los sellos ya no tienen la llave de acceso a la gloria. En todos los grandes ‘majors’ (multinacionales como Sony, Warner o Universal) hay una reunión cada semana en la que hay un cambio en Excel con distintas variables. “El volumen de canciones que se producen en el mundo cada día impide escucharlo todo. Lo de ir a los bares a descubrir promesas ha muerto. Es una pena, pero ahora las pistas de lo que puede funcionar las escuchas un algoritmo: número de escuchas, seguidores, oyentes mensuales…”, dice Rodríguez. Malos tiempos para el ‘brit’ Grass lo confirmado. “Ahora lo más difícil es lanzar a artistas nuevos que lleguen a romper. Está al ruido que ninguna compañía apostará por alguien que no tenga una base de seguidores”. Sin embargo, rescata la famosa teoría empresarial de ‘los 1.000 verdaderos fans’: si mil personas te escuchan, entienden tus discos y tus camisetas, puedes sobrevivir como artista. No es necesario llegar a ser un C. Tangana, pero la fidelidad deberá suplir a la cantidad Este profesional dirige una compañía centrada en música latina con presencia en 170 países. No es casualidad. “La influencia anglosajona ha marcado al resto del mundo, ahora manda lo latino. ‘Despacito’ lo cambió todo”, recuerda Rodrigo Domínguez, creativo de Peer. Pero hay otras características que describen al éxito, más allá de lo que haya dejado de ser ‘brit’. “Si una canción no te engancha en 20 segundos no vale de nada” Rodrigo Domínguez Creativo de Peermusic “Si una canción no te engancha en 20 segundos no vale de nada. Usamos ‘ganchos’ constantemente que recuerdan a lo que nos pasa con las series. Necesitas más y te quedas a seguir escuchando”, resume Domínguez. “Una línea del bajo que de pronto te tiene pegado al tema. Bases de los años 70, 80 or 90…Se me viene a la cabeza lo que ocurrió con el ‘Single Ladies’ de Beyoncé. Había unas notas al principio de la canción que te llevaban al sonido de un videojuego. Generaba adicción”, dice Aguilar. Incluido algo de cómico, como en el ‘hit’ de Bad Bunny ‘Titi me preguntó’. “Aunque no te guste es muy difícil no someterse al volumen y cantarlo, imitar su voz”, expresó Domínguez. Se dan, también, juegos de tensiones que hacen que el oyente tenga la sensación permanente de que va a llegar el momento álgido, que la canción va a “break”. Un poco lo que pasa con un tema de Daft Punk, aunque, ahí sí, cuando llega, llega. Javier Montero, A&R (algo así como un cazatalentos) de Universal, hace una distinción entre el verdadero éxito y uno de corta duración y rápida viralización que denomina «éxito de Tik Tok», ahora los más numerosos. A su juicio, se están buscando ganchos reconocibles por la red social, que pueden ser puramente ‘marketinianos’, como la ruptura de Shakira con Piqué. Aunque todavía funcionan las fórmulas de toda la vida que se pueden contrar en una canción de los Beatles, una letra ligera y sucte a la tendencia imperante, porque siempre te irá mucho mejor. Pasaba en los 70 con la música disco, en los 80 con los sintetizadores, el pop ‘dosmilero’… nota o un grupo de notas débiles que preceden al tiempo fuerte de la melodía). Esa parada breve antes del estribillo. De todos modos, estoy convencido de que si vas buscando el truco, no te sale. Lo impostado tiene las patas muy cortas y lo genuino triunfa”, refiere. Lo de la magia. “De pronto aparece una artista rupturista y completamente diferente que canta susurrando como Billie Eilish y te rompe los esquemas”. Pero, de vuelta a nuestras, hay otro rasgo que atraviesa las listas de éxitos: todas las canciones son bailables y la balada está ausente. Y aquí hay algo de contradicción, pues los jóvenes de la Generación Z cada vez van menos a las discotecas. Dice Lamberto Sánchez, ‘cazatalentos’ de Peer, que es porque “salen de fiesta en el metaverso”. Inma Grass prefiere pensar que la juventud, aunque se pródiga algo menos por las discotecas, sigue decantándose por los temas fiesteros, “que motivan”. El álbum decadente y el artista poderoso El llamado ‘catálogo’ (música no actual) generará un elevado volumen de ingresos en el mercado digital de la música. Desde los 25, en la ‘playlist’ de tu vida entran menos novedades, pero sigues reproduciéndolas en Spotify. Its los sonidos de cada generación, playbacks que por separado hacen la suma más importante, pero que est difícil que se cuelen en las listas de éxitos. A no ser que un ‘tik toker’ haga una versión de un tema de Joy Division scelerado que puede sufrir de ma surprendente su número de visitas. Es lo que se denomina el fenómeno de las ‘sleeping songs’ o canciones dormidas. “Hay que dar aperitivos a las audiencias para mantenerlas alimentadas a todas horas” Inma Grass copropietaria de Altafonte El álbum no vive su mejor momento. Convivimos con un mercado que lanza ‘singles’ por separado, aperitivos musicales para, apunta Grass, mantener siempre alimentadas a las audiencias. “El ‘streaming’ no te aguanta una canción más de seis meses, cosa que la radio sí”. Pero aún así, afirma, el disco no ha muerto del todo. “Quizá sí el rito de escucharlo, pero los artistas que quieren hacer una carrera y vender entradas, siguen lazando sus álbumes”. Siempre fueron animales infieles por naturaleza, pero “las compañías hemos perdido poder y ellos lo han ganado. Venir con un producto que sea funcional y que reclame un mayor grado de autoridad sobre sus obras”, dice Aguilar. Compositor and interpreter ya no suelen ser personas distintas y el artista, por encima de todo, es un creador de contenido que manda en una industria que se ha dejado los gustos en casa.