protestas, festejos, política y conatos de violencia

Javier AnsorenaSEGUIR

Las trincheras ideológicas de EE.UU. ocurrió este fin de semana más profundas y más distanciadas que nunca. La decisión de la Corte Suprema que derogó las protecciones constitucionales del aborto fue respondida con protestas en decenas de ciudades de todo el país y, también, con celebración por parte de los colectivos provida.

La multitudinaria manifestación de la ciudad de Nueva York, la mayor ciudad del país, se saldó con 25 detenciones al final de la noche después de que los protestantes trataran de cortar calles en Manhattan. Este sábado convocaron más concentraciones y marchas en la ciudad y en el resto del país. La más emblemática, un día más, a las puertas de la Corte Suprema, en la capital, Washington. Como en la víspera, allí se concentrarán activistas a favor y en contra de las protecciones del aborto.

Hubo gritos cruzados y enfrentamientos verbales.

En otros lugares, los conatos de violencia fueron más allá. La policía utilizó gases lacrimógenos contra los manifestantes que se plantaron en el Capitolio de Arizona, en Phoenix, en un estado donde podría entrar en vigor en breve una ley restrictiva frente a la interrupción voluntaria de l’embarazo. En Providence (Rhode Island) una manifestante en contra del aborto accedió a una manifestante a favor, aunque en Cedar Rapids (Iowa) se produjo el atropello de otra persona que protestaba.

Algunos levantaron su ira a las puertas de la casa de Clarence Thomas, uno de los jueces conservadores del Supremo, donde se concentraron para gritar y hacer ruido en protesta por la sentencia.

El ruido tampoco faltó en la clase política, y en ambos sentidos. Luego de décadas de diputados demócratas protagonizaron una marcha a las afueras del Capitolio de Washington, muchos diputados de la bancada de enfrente celebraron la decisión y otros advirtieron que solo sería el principio. El diputado republicano Christopher Smith aseguró que propondrá una ley restrictiva con el aborto, que legalizaría la interrupción del embarazo tras una semana de gestación por excelencia, en medio de un clima de júbilo de las activistas provida.

La propuesta, por el momento, no tiene posibilidades de ser aprobada en el Congreso, igual que no lo fue el intento de los demócratas de establecer garantías para el aborto a nivel nacional tras conocer esta primavera el borrador de la sentencia.

En redes sociales, como siempre, el clima era todavía más tenso. Algunas voces progresistas exigían “no celebrar el 4 de julio”, la fiesta nacional, como protesta. En foros de extrema derecha, se pedía a los usuarios «traer los rifles» para proteger iglesias y centros ‘pro vida’ frente a radicales de izquierdas.