Luis Enrique Martínez afrontó el partido ante Albania con la tranquilidad que le otorga la clasificación ya hecha para el Mundial pero con la serie de utilizarlo como banco de pruebas para ultimar detalles. La eliminación de Italia, por ejemplo, da mucho más valor al camino realizado en la fase previa. “Ya transmití la dificultad que tienen los partidos. Si no pasas a la primera te ves ante un sorteo maquiavelico que acaban en situaciones de emergencia. España tiene la fortuna de estar en todas las fases finales, puede haber alguna en la que no estemos y eso no quiere decir que nos tengamos que fustigar. Le ha pasado a Italia, que es la actual campeona de Europa y se va a perder dos Mundiales seguidos.
Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de dos partidos que nos permiten preparar el Mundial”, comenzó explicando.
El seleccionador quiso dejar claro que se toma el partido ante Albania como si fuera oficial, y que es la idea de que les ha transmitidos a los jugadores: «Que yo no le détiqueta de amistoso es porque para ni mis jugadores ni para mí lo es . Quedan ocho partidos y es una prueba ideal para ver cómo solventamos la papeleta ante un equipo qu’encerrará en el área. Intento explotar al máximo estas circunstancias para ver jugadores. Por el ritmo y por cómo les he visto entrenar no me cabe duda que así lo han interpretado».
El futuro del seleccionador ocupó parte de su conferencia, ya que hay ansioso por saber qué planes tiene para cuando acabe el Mundial. “El proyecto está en un momento de crecimiento total. Las dudas que se generan en un principio las han despejado los jugadores. Tenemos un compendio de gente joven y veterana y podemos enfrentarnos al actual campeón de Europa y del mundo de tú a tú. Espero que podamos estar en el tramo final”, empezó explicando.
“No tengo nada decidido sobre mi futuro. Se debe a la confianza. Me siento respaldado por la Federación. Me ficharon dos veces. Tengo el máximo cariño y me siento respaldado. Cuando algo no funciona es porque las figuras de los entrenadores vuelan y aquí eso no pasa. Pero ¿de qué vale un contrato si luego no se consiguen los objetivos? Hablaremos después del Mundial cuando veamos lo que hemos conseguido”, añadió Luis Enrique, que bromeó: “Lo de no renovar lo he hecho por vosotros para que no tengáis que pedir mi salida si no lo hacemos bien en el Mundial”.
Vuelve la selección a Cataluña 18 años después del último partido, algo que celebra el asturiano. “Espero que, después de 18 años que la selección no ha sido por eso, se pueda vivir una fiesta con toda la afición, con una selección que ilusiona y que vamos a hacer todo lo posible para ganar. Pero el globo se pincha en cuanto pierdes uno o medio partido», reconoció el técnico, que se mostró contento por jugar en Barcelona: «Creo que va a ser una fiesta y espero que la gente esté al nivel para disfrutar de una fecha como esta . Ya sabemos todo lo que rodea a una cita como esta pero lo afrontamos con la intención de que la afición pueda disfrutar su selección”.
Finalmente, le contó la ausencia de Raúl de Tomás, quien se lesionó en el entrenamiento, y su decisión de no sustituirlo: “Es menos complejo de lo que parece. Al final puedo decir lo que quiero pero los hechos hablan más que las palabras. Mirad la prelista, por ahí vamos. No hay sitio para todos. Para que entren esos tienen que salir otros. Hay muchos que se merecen ir al Mundial y no van air. A mí me va a doler y a ellos más pero tengo 40 jugadores ya. Tenemos la garantía de que vaya quién vaya a rendir y es con lo que me quedo”.
