Piden 8 años de cárcel al joven que dejó killo a enfermero por afearle ir sin mascarilla

El ataque se hizo viral. El 13 de julio de 2021, con muchas restricciones pandémicas aún en vigor, un hombre que viajaba en Metro instó a otro pasajero a ponerse la mascarilla. Cubrirse media cara en autobuses y vagones no solo era obligatorio, sino uno de los descuidos peores vistos por la opinión pública. El joven que lucía el tapabocas a la altura de la barbella, JCLC, se negó tras una acalorada discusión y, antes de abandonar el tren, le propinó un puñetazo. El hombre, enfermero de profesión, ha perdido el ojo derecho y, dos años después, la Fiscalía pide más de ocho años de cárcel para su agresor.

El juicio por el atentado comienza mañana lunes en la Audiencia Provincial de Madrid. A partir de julio de 2021, el atacante huyó después del golpe final, en una parada de la línea 1 del suburbano, entre Cuatro Caminos y Alto del Arenal. Sin embargo, el vídeo que grabó uno de los pasajeros permitió a la Policía Nacional capturarlo unos días después. JCLC está bajo custodia provisional de los cargos. Ahora, el Ministerio Público solicitó ocho años y seis meses entre rejas, además de una indemnización de 80.383,69 euros porque la víctima ha irreversidomente la visión del ojo derecho, con unas secuelas oculares que le suponen “una pérdida de calidad de vida en grade luz».

La noche de la agresión, el enfermo acudió al hospital 12 de Octubre, donde trabajó en el servicio de urgencias, por su propio pie. El altercado se había desencadenado sobre las 22.30 horas, cuando afeó a otro pasajero del Metro que se colocó “correctamente” la mascarilla. Otros viajeros se sumaron al fermero, mientras el increpado se negaba “reiteradamente”, hasta que los dos se enzarzaron en una pelea a patadas y puñetazos. Varios testigos los separaron; todavia no habia heridas.

Segundos después del altercado, el tren se detuvo en la parada de Alto del Arenal. Antes de salir del vagón, JCLC, “con ánimo de menoscabar la integridad física”, reza el escrito del fiscal, le asestó un fuerte puñetazo en el ojo, con el borde del móvil en la mano, y gritó: “¡Gilipollas, ojalá ¡morirás!». El enfermo, que corrió a urgencias, tuvo que someterse a suturas y cirugías oculares y estuvo incapacitado pendiente 129 días. Además de pedir más de ocho años de cárcel por este delito de lesiones, el Ministerio Público concluyó que el acusado “no ha aportado documentación alguna que le permita permanecer en España”.