«Para ser el mejor hay que ganar al mejor»

El gesto de Carlos Alcaraz es de felicidad cansada o de cansancio feliz. Está encaramado en el piso 36 de un rascacielos de Manhattan, con una vista privilegiada sobre las azoteas de Midtown y las cúpulas de los teatros de Broadway. La Octava Avenida se desparrama a sus pies, los viandantes parecen hormigas mareadas. Él está en la cima del tenis.

Hace pocas horas ha levantado la copa del US Open, su primer ‘grande’, y se ha convertido, a sus 19 años, en el número uno del mundo más joven de la historia. Está en la boca de todos. Ha deslumbrado a la ciudad de los luminosos. Ha hecho trasnochar a la ciudad que nunca duerme. Y a media España. En la segunda semana del torneo, ha regalado energía, emoción, espectáculo, puntos inolvidables, remontadas, carreras imposibles y muchas sonrisas.

Convertido en el rey mundial del tenis, habla con ABC y otros medios españoles que han seguido de cerca sus pasos en Nueva York. Aparece con vaqueros ajustados, neuf portiva y unas Jordan clásicas. La noche anterior, celebró el triunfo con familia y amigos en un restaurante peruano y eso quizás sume un punto de cansancio a las palizas que se ha metido en el torneo. Pero no le falta la sonrisa.

Durante el US Open, no le ha costado reconocer que su sueño de siempre era “ser número uno”. Cumplido. También el de ganar un grande, algo que se ha resistido a jugadores de gran nivel (el caso más claro, el del español David Ferrer). ¿Qué le motiva ahora? “Jugar contra Roger Federer”, dice sin dudar. «Ahora tengo pocas oportunidades (el suizo tiene ya 41 años y ha encadenado varias lesiones que hacen muy difícil un regreso al nivel más alto), pero es algo que me gustaría». Pero Alcaraz para, reflexiona, mira a los ojos y amplía su respuesta con más ambición. “Y creo que ganar a alguno de los del Big Three en Grand Slam”, dijeron sobrios Rafael Nadal, Novak Djokovic y el propio Federer. “Siempre él dijo que para ser el mejor hay que ganar al mejor”.

El mejor, ahora mismo, es el. Para el mejor de la historia, quien va por delante es Nadal, que acumula 22 ‘grandes’ y que no ha perdido la cámara competitiva. Lo hicimos esta misma semana en Nueva York, cuando aseguró que prefería que Alcaraz no se llevara el número uno, al que también optaba él: “Es mayor que no lo sea porque si no lo sería yo, no hay que ser hipócrita”, defendió .

Ahora, Alcaraz ha inaugurado su carrera por el número de ‘grandes’, del que le separa una gran distancia con Nadal.

¿Prefiere que Nadal ya no gane más grandes, para poder ponerte más cerca?

No, que va, por nada. Siempre voy a estar orgulloso de que Rafa ganó ‘grandes’. Y, obviamente, si por desgracia yo pierdo en algún ‘Grand Slam’, estaré animando para que gane. Siempre voy a estar junto a un español y animando a un español. Y solo he ganado un ‘grande’, no me siento más cerca de él. De momento, voy a pensar en el segundo, que muy poca gente lo ha conseguido.

Lo que muchos esperaban de usted se empieza a cumplir. ¿Se sienta un elegido?

No. Nadie te regala nada, las cosas hay que trabajarlas. Llegar al número uno no ha sido un camino de rosas, sino de sufrir. Ha habido también momentos malos para llegar a este momento.

¿A que le tiene miedo?

Como tenista, tengo miedo a defraudar. A defraudar a toda mi gente. A no estar a la altura. Like a normal y corriente chico, the tengo miedo a muchas cosas. En la oscuridad. Tampoco es fanático de las películas antiguas. A las arañas. Hay muchas otras cosas.

Donde nunca se le ve con miedo es en la pista, ¿cómo es su preparación mental?

Trabajo con una psicóloga desde 2019, Isabel Balaguer. Ella es una de las principales causas de que pueda ser el número uno del mundo hoy en día. Mejoró muchísimas gracias a ella. El tenis es muy exigente. Semana tras semana, Durante un año entero tienes que estar fresco mentalmente, saber soportar la presión, que todo el mundo tenga los ojos puestos sobre ti.

¿Le ayuda también fuera de la pista? A cómo abrirse con la gente, con los medios…

No, en este aspecto muestro lo que soy. Pero al final también hay ciertos momentos en que es un poco agobiante y te da consejos para saber cómo afrontarlo.

Ha dicho que estás orgulloso de ser murciano y español. ¿Le interesa la política?

No, la verdad es que no le presto mucha atención. Cuando llegue el momento ya veré si votó o no votó. Pero estoy orgulloso de ser murciano y de ser español. Y lo digo con mucho orgullo.

Ahora, ver una casa. ¿Qué hace fuera del tenis?

Sé un chico muy básico. Lo más básico es lo que más disfruto. Estar con cinco o seis amigos sentados en un banco, en un coche, en una casa, hablando, pasándolo bien, riéndonos, contándonos anécdotas. Eso me hace feliz.