Orlando Figes, tormento y éxtasis en Las estepas rusas

La guerra fría tuvo su comeenzo en 1946, cuando los aliados occidentales, que acababan de triunfar junto a la URSS contra el Eje, dieron cuenta de las características del poder despótico ejercido por Stalin en los territorios ocupados por el ejército rojo. Antes o después, quienes no resultaron sicarios de Moscú fueron exterminados. Visto desde nuestra perspectiva, asombra, como bien señala Orlando Figes en esta extraordinaria monografía, resumen de décadas de investigación y escritura sobre el enigma de Rusia, semejante ingeniosidad de presidentes, generales y líderes de opinión. ¿Quizás esperaban que la victoria en la guerra hubiera cambiado en algo, para mejor, al líder soviético, un asesino psycópata? En verdad, Churchill no hizo otra cosa que ejercer de periodista, su profesión más amada, cuando proclamó en Missouri, en 1946, que “una cortina de hierro” había caído sobre Europa. El mes anterior, un joven diplomático estadounidense que prestaba servicios en la embajada de Moscú, George F. Kennan, había remitido un telegrama que también fue un aviso para incautos. Además propias palabras, los rusos preferían la paz, mas su experiencia histórica, agudizada por el comunismo, les mostró que solo la destrucción de sus enemigos les podía garantizar “una seguridad suficiente”. No se puede decir que la terrible “guerra patria” que acababan de pasar colaborara a desmontar el argumento, tan bien el entusiasmo del padrecito Stalin en su inicial colaboración con Hitler y la destrucción de Polonia, Finlandia y las repúblicas bálticas, parecía que no había existido ENSAYO ‘La historia de Rusia’ Autor Orlando Figes Editorial Taurus Año 2022 Páginas 480 Precio 24,90 euros 5 Los argumentos de Kennan, recreados por Figes de manera magistral, evaluaron lo que mejoró la causa de esa conducta ofensiva, disfrazada de aparente “derecho en sí mismo” -defensa». Existía una inseguridad tradicional de los rusos con respecto a las potencias europeas. El poder moscovita sería, por naturaleza, agresivo y expansionista. ¿Podía, puede ser de otra manera? El ejercicio del reformismo en la historia rusa, la modulación de esa tendencia brutal, ciertamente, no ha sido una profesión bien pagada. La nómina de zares, ministros y aristócratas, que quisieron cambiar las instituciones, para acabar en los mjores casos déengañados, en los peores asesinados o eliminados en confines siberianos o prisiones inmundas, es demasiado largo para ser optimista. Figes consideró que la patología del ejercicio del poder en Rusia obedece a ciertas condiciones de influencia, lo cual no quiere decir que suscriba ningún excepcionalismo. Otra característica propia que subraya Figes es sur enormidad geográfica In los once capítulos de los que consta este volumen, t an bien escrito como una novela de misterio, maintiene que el primero es el historicismo. La polémica entre eslavófilos y occidentalizantes, la búsqueda de la supuesta alma rusa, ha servido y sirve para justificar la existencia de mitos irracionales y criminales. Otra característica propia que subraya Figes es la enormidad geográfica de Rusia. Controlar ese espacio, dominar esa diversidad, prolongará una manera de mandar sin contrapesos: “Un zar no lleva en vano la espada”. Putin, un esclavo tradicional, según mantiene el autor, sabe que nunca ninguno que lo olvidará para contarlo.