Orgaz erradicó en 2017 las copillas soeces que cantaban los quintos

«Un meneo que te hace gritar, te da un mareo, porque acabas de perer la virginidad (…) parecíais tranquilas hasta que empezasteis a follar», «Miss bollera guarrera», «que follas en los bares sin condon», » afeitate el bigote” o “la que se las come morcillonas” son algunas de las lindezas con las que los quintos de la localidad toledana de Orgaz ‘regalaban’ los oídos de sus vecinas hasta el año 2016.

Esas frases tan poco afortunadas, parecidas a las que se han oído esta semana en el colegio mayor Elías Ahuja de Madrid, componían parte de las coplillas que los mozos de Orgaz mayores de edad, que antiguamente se tenían que marchar a hacer el servicio militar obligatorio , cantaban a las jóvenes y mujeres de su pueblo cada 28 de febrero. Con esta costumbre, tan arraigada en este pueblo de poco más de 2.600 habitantes, se celebra la romería de Villaverde, festividad de origen pagano con la que se pone fin al Carnaval y da comienzo a la Cuaresma los martes anteriores al Miércoles de Ceniza.

Una tradición que dejó de celebrarse en 2016, puesto que al año siguiente, en concreto el 25 de febrero de 2017, tres días antes de la celebración de la romería, el Ayuntamiento de Orgaz, tras muchas polémicas, desmarcarse de las coplillas machistas de los quintos. En un comunicado, expresaban su “profundo desacuerdo con el tipo de canciones que han empañado esta celebración y tienen el compromiso de los jóvenes de evitar este año contenidos y denigra”.

Después de muchas reuniones con los padres de los participantes y los jóvenes, el equipo de gobierno de la localidad instó a erradicar qualquier contenido vejatorio en la celebración. Así se lo cuenta a ABC el alcalde de Orgaz entonces y ahora, Tomás Villarrubia, quien se felicitó de que la polémica se renueve “de la mejor manera”. “Todos coincidiríamos en algo fundamental: La tradición no es excusa para insultos y actitudes misóginas ni machistas”, afirma.

Hay que recordar que el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha y Podemos ya denunciar en su momento esa costumbre porque «en número de la tradición no se puede atacar contra la dignidad de las mujeres», pues las coplillas se cantaban, con nome y apellidos, a las chicas del pueblo, muchas de ellas menores de edad. De hecho, el alcalde de Orgaz recuerda que las jóvenes, después de que los grupos de quintos y las charangas recorrieran las calles de la localidad, se unían a ellos y lo celebraban juntos, por lo que, a su juicio, “esta falsa tradición no tenia ningun sentido’.

Por su parte, en el ámbito universitario castellano-manchego no se tiene constancia de ningún episodio parecido al vivido en el colegio mayor Elías Ahuja de Madrid. Esto es, al menos, lo que asegura a este diario el delegado de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo, David Bejerano, que dice que lo que él conoce son las batallas entre residencias a principios de cada curso, cuando los estudiantes comienzan al llegar a estos centros.

Según explicó Bejerano, estas batallas son algo así como las “peleas de gallos de los raperos”, en las que los residentes de uno y otro centro se dedican versos y canciones cruzadas con las que intentan hacer chanza del vecino y de los novatos, “ pero sin ningún tono ofensivo, todo muy ‘light’”, apunta.