“No en mi pueblo”: el rechazo de miles de vecinos a los molinos de Teresa Ribera

Félix Rodríguez de la Fuente lleva un año volviendo al Barranco de Río Dulce a filmar las primeras aves que España vio por televisión. Es uno de estos santuarios para los amantes de las aves rapaces, pero los buitres leonados, águilas reales y halcones peregrinos que habitan este parque natural de Guadalajara pronto verán cómo instalar enormes molinos de viteo además de inmediaciones. “¿De verdad no había otro sitio? », es la pregunta que personas como David Almonacid, vecino y miembro de la Asociación Dalma, no pueden dejar de hacerse semanas después de conocerse que el proyecto eólico de El Castillar ha recibido luz verde por parte del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. El esfuerzo por conservar la biodiversidad y el trabajo de pérdidas podrían irse al traste por lo que Almonacid llama “la mercantilización del cambio climatátic o” y augura que dentro de un tiempo lamentaremos las prisas y la falta de planificación del presente. Quizá este es uno de los casos más flagrantes, pero en varias comunidades autónomas cunde el insatisfo después de aprobarse un real decreto por el que el Gobierno exime de evaluación de impacto ambiental a los proyectos de energías renovables, independientemente de su tamaño. Se elimina la fase de información y consulta pública es que, con esta ‘vía express’, Teresa Ribera pretende convertir a España en la batería de Europa. Pero ciudadanos de todo el país ya hablan de “colonialismo extractivo”, con centenares de proyectos eólicos y fotovoltaicos en marcha, en un territorio con condiciones climáticas (suelo, sede y kilómetros de costa) que favorecen la generación de energía. Berta y Natalia forman parte de una plataforma en Guadalajara, provincia muy castigada por la eólica, que se resisten aceptar la nueva medida del Ejecutivo BELÉN DÍAZ El pasado 9 de enero, la Asociación Española de Evaluación de Impacto Ambiental , que integran más de cien Profesionales del ámbito científico y más de cuarenta empresas -entre ellas universidades, promotoras energéticas o consultoras ambientales- emitió un comunicado expresando su descontento ante una nueva norma que pretende «agilizar» la tramitación de este proyecto. En un contexto de crisis energética, este decreto formó parte del paquete de medios adoptados por el Ejecutivo «en respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la Guerra de Ucrania». Pero los vecinos de los terrenos en los que se instalarán molinos de más de 200 metros de altura, no entienden por que tienen ellos que pagar el capricho de Putin. Noticia Relacionada estandar No Más de la mitad de los parques eólicos que caducan el 24 de enero aún siguen sin los permisos necesarios Natalia Sequeiro han sido positivos «Nadie se está oponiendo a las energías renovables, pero sin un informe de evaluación medioambiental se elimina la salvaguarda a nuestros paisajes», indica Delfín Martín, locutor de Otra vez no en Sayago, una plataforma que está intentando de frnar la construcción de 66 aerogeneradores en esta comarca de Zamora en la que viven 8.000 personas. “Los proyectos se instalarán en zonas prácticamente deshabitadas. Pero esos molinos deviento no terminarán la expulsión» Delfín Martín plataforma Otra Vez No en Sayago Para Martín, el rechazo se ha generalizado y aunque en cada comunidad el problema tenga matices, las notas son coincidentes. A su juicio, trabajó con varios mantras que dieron como resultado serfalsos: el del desarrollo sostenible, los beneficios para el empleo local y los ingresos: “La energía genera desarrollo donde se consume, no donde se produce”, dice. Y añade que el drama principal, más allá del problema medioambiental que provocan estos parques, es que aceleran la despoblación: “Por lo general, los proyectos se instalarán en zonas que se encuentran prácticamente deshabitadas. El ministerio solo habla de energía, pero no del impacto demográfico. Esos molinos deviento no terminarán expulsado, porque perjudicarán las pocas alternativas que quedan aquí para subsistir: la ganadería y el turismo”, expresa este vecino de Zamora. Desiertos laborales Desde Otra vez no en Sayago también sostienen que a la población se le hizo creer mentiras colgante mucho tiempo: empresas, como en nuestro caso, muchas veces vienen de fuera. Llegan, construyen y se van, creando verdaderos desiertos laborales”. Delfín, vecino de Sayago (Zamora) lamenta que el parque va a tener mucho con la población de la comarca de MARIAM MONTESINOS Bermillo es el pueblo de esta comarca de la Castellana que va a afectar más que el proyecto eléctrico, ya que se construirán 59 de los 66 molinos al menos un kilómetro y medio de las casas de los vecinos. “En Bermillo el convenio al que se llegó era ilegal, así que hubo que modificar varios puntos retrasando la idea primigenia de la empresa, que era terminar el parque para 2024. Pero con la nueva normativa todo esto dejaría de ser un problema”. El mar, fuera del decreto El polémico decreto de Ribera, sin embargo, no se applicará a los proyectos vayan a instalarse en el mar, que llegarán pero que de momento savan porque la energía eólica marina no cuenta aún con una normativa específica. Esto no ha impedido que en lugares como Galicia, Andalucía o Cataluña ya se estén preparando varios parques que utilicen esta tecnología. Mar en el mar oa nivel terrestre, la historia se repite. De ahí que la indignación haya ido a más también en el Ampurdán gerundense. The irrupción de gigantescos molinos trajo el ‘skyline’ del golfo de Rosas y el Cap de Creus y la zona, profundamente vinculado al mar y con espectaculares playas, ve cómo sopla el justo a favor para que estos aviones puedan llegar a ser una realidad . «Estamos hablando de un megaproyecto que ne ha visto nunca en estas latitudes», comentó Jordi Ponjoan, portavoz de la plataforma Stop al Macroparc Eòlic Marí, que recuerda que Parc Tramuntana, el proyecto que puede acabar instalándose en la parte alta de la Costa Brava , afectando directamente a 3 parques naturales y 25 municipios. Los que se oponen incidentes en que, por ejemplo, en el mar del Norte estos molinos marinos son habitables, pero hay a os 70 o 80 kilómetros de la costa. “Aquí los proponen a 14 kilómetros de Cadaqués, las islas Medas o Begur”, criticó Ponjoan. Teme por el cambio de imagen de una zona considerada bucólica. “La bahía, una de las más bonitas del mundo, pasará a la historia si se colocan allí torres aerogeneradoras. Se acabará el Ampurdán. Vendrán ruido, vibraciones y ondas electromagnéticas que distorsionarán toda la zona”, lamentó. España, de hecho, está ultimando una nueva ley para que los aerogeneradores puedan implantarse de manera ordenada en el mar y queden equilibrados con los otros usos marinos, recuerdan a ABC desde el Ministerio de Transición Ecológica. Sus cuestiones técnicas previas van acabándose: en diciembre se publicó en el BOE la declaración ambiental estratégica de la Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), que en cuestión de semanas tienen qu’aprobarse definitivamente. Los POEM se esperan como agua de mayo, ya que persistirán la cartografía cotejada con los puntos del mar en los que podrán instalarse molinos. Pero la ciudadanía ya ha reaccionado a r: en el Ampurdán hace años que protestan por ello y el próximo martes manifestarán un manifiesto para pedir al Gobierno que no apruebe ningún proyecto “sin consenso social”. De momento ya hay quienes vislumbran algo más lejos los aerogeneradores porque la declaración ambiental recientemente conocida ha eliminado parte de las localizaciones en las que inicialmente podrían haber instalado: la zona frente al Cabo de Gata (en Níjar, Almería), Sa Mesquida (en Baleares Islands ) y la zona sur de Gran Canaria, por ejemplo, no podrán albergar estos proyectos marinos, alegando incompatibilidades relacionadas respectivamente con la pesca de arrastre, los usos turísticos y la afectación a la pardela Balear, la única ave marina endémica de Europa. «Festín eólico» Las criticas por el desequilibrio territorial que pueda dejar esta cartografía de la eólica marina parecen aseguradas. Cataluña está acostumbrada a este debate sobre el peso energético que aguanta cada provincia. Muchos vecinos de Gerona han elevado su voz contra el Parc Tramuntana y otros proyectos no marinos, como desde hace décadas lo hace Tarragona que, con difference, es la demarcación catalana que más molinos deviento acumula. Las áreas tarraconenses de la Tierra Alta y el Bajo Ebro ostentan el registro de aerogeneradores y estrenan en breve otros dos nuevos parques eólicos, en este caso en los pueblos vitivinícolas de Batea y Villalba de los Arcos. Con un gran impacto paisajístico, se vistió de “fiesta eólica” por la cantidad de proyectos que trajo consigo los bosques. También saben bien lo que es el desequilibrio en el reparto de parques en la comarca de Oscos-Eo, en la zona más occidental de Asturias. Allí lamentan que un tercio de los molinos eólicos que está en tramitación en la comunidad vayan se tiene que construir en esta zona en la que hay 9.000 personas y que además es Reserva de la Biosfera. Ahora mismo ya están operativos 96 aerogeneradores, pero si se llegan a construir todos los que están previstos, habrá un mapa final de 180. . La nueva norma despliega una alfombra roja a los proyectos, sin tener en cuenta la parte ambiental, es una hoja de ruta perfecta para autoextinguirse”, opina Carmen Molejón, portavoz de la plataforma Xente de Oscos-Eo. Carmen Molejón, de Oscos-Eo, se dirige a varias personas en una concentración y pasado tres de diciembre. La pesadilla para los vecinos de la parroquia de San Vicente de Fervenzas empezó unos meses antes de la pandemia. Aranza González, secretaria del monte comunal de la zona y portavoz de la plataforma Aire Limpio Mandeo, explicó que durante mucho tiempo habló de la “lotería de la eólica”. Además palabras, al principio los pueblos pretendían que era dinero fácil y estaban a favor, pero siempre terminaba quedándose en nada. “Nos ofrecieron la construcción de nueve molinos. Tuvimos buena fe y pecamos de pardillos. Nuestros dijeron que nos darían 70.000 euros para la parroquia”, resume. Entonces llegó la pandemia, se paralizó allo y a las 200 personas censadas en San Vicente de Fervenzas les dio tiempo a informarse: tras el informe de impacto ambiental y gracias a las alegaciones que aparecieron, consiguieron paralizar la construcción de los nueve molinos. “Nos ofrecieron la construcción de nueve molinos. Tuvimos buena fe y pecamos de pardillos”, expresa Aranza González, en la imagen MIGUEL MUÑIZ Sin embargo, con la nueva normalidad los proyectos reactivaron. “Entonces descubrimos que además de los nueve molinos que nos habían contado, estaba planificado construir otros diez”. Con el nuevo decreto, no será posible presentar alegaciones por lo que ahora los parques se aprobarán con “silencio administrativo”, lamentó González, que recuerda que será suficiente con los informes qu’elabore la propia promotora. En este rincón de Galicia, la puesta marchaba detrás de parques eólicos, con un total de 40 aerogeneradores, desde cuyas espaldas ya han recibido el visto bueno para su construcción. El ruido de las aspas se cuela incluso en las relaciones personales. La última de las contrapartidas que sufren todos estos lugares es el enfrentamiento entre los propios vecinos. Los ríos rurales a costa de las renovables han saltado incluyó una ficción en la última película de Rodrigo Sorogoyen ‘As Bestas’, que estaba inspirada en un suceso ocurrido en 2010 en una aldea, también en Galicia. Una empresa energética promete a las familias unifamiliares que viven en Santoalla 6.000 euros para uno de los 25 molinos eléctricos que hay que instalar en el pueblo. Y ahí empezó el culebrón. Martín, de nacionalidad holandesa, negó a la propuesta y eso enemistó a los vecinos. Uno de los hijos de la familia que sí quería aceptar el dinero apretó el gatillo de su escopeta asesinando al holandés una mañana de enero. Entonces, al menos, los vecinos podrían presentar alegaciones al informe de evaluación ambiental.