“Muchos alumnos no se enteraron de nada con las clases en valenciano”

“Algunos compañeros vienen de Cuenca, por ejemplo, llevan poco tiempo aquí y no les hacen un favor al meterlos en un grupo de valenciano, porque no se enteran de nada en clase”. Con esa frase retrata Rocío Navarro, presidenta del sindicato Estudiants Valencians la problemática realidad que viven algunos alumnos en la Universidad de Valencia (UV), que ha salido a la luz pública por el linchamiento en Twitter de una joven de Albacete que pedía el uso del castellano en una charla sobre el programa Erasmus.

Las materias se imparten en una u otra lengua según el grado universitario, la carrera en la que está matriculado el alumno, pero “se llenan antes los grupos de castellano y si en primer curso la mayoría de estudiantes son de fuera, quien tiene más anotado , antes elige”, explicó Navarro.

Una circunstancia corroborada por Carlos Flores, profesor de la Facultad de Derecho y catedrático de Derecho Constitucional. “Las enseñanzas se ofrecen siempre que se posible en los dos idiomas y el alumno ya lo sabe al matriculares, según los itinerarios (incluso en inglés), aunque la Universidad de Valencia hizo un amago de que fuera el profesor el que decide, pero ese asunto lo llevamos al Supremo y lo ganamos”, precisó.

Hasta ahí, libertad de elección, pero en la práctica no es la demanda de los estudiantes la que determina el número de grupos en cada lengua. “No se pregunta a los alumnos y normalmente los grupos en castellano se llenan y algunos alumnos se matriculan en valenciano porque no hay más plazas donde elegir”, señala Flores.

Y todos los años se incrementan los grupos en valenciano. De hecho, la Universidad de Valencia «lo tiene en sus objetivos, no se amolda en su oferta a lo que buscan los estudiantes, sino al reves», continúa este docente, que relata algunas situaciones grotescas, como grupos de valenciano con la mayoría de castellanohablantes -registros por ser las únicas plazas disponibles- que piden al profesor dar las clases en su lengua materna.

En este caso, Flores tiene claros los fundamentos de la ley en ambos sentidos. “El alumno conservó intacto su derecho a la opción lingüística: aunque yo dé clases en castellano (alguna en inglés), el que quiere examinarse en valenciano, lo hago así, por supuesto, y no puedo negarme”.

«Que no dejen venir de toda España»

La Universidad de Valencia registra una alta movilidad porque atrae a muchos estudiantes de otras regiones. «Solo en el sindicato tenemos a gente de Huelva, Málaga, Mallorca… viven en Valencia, pero sus familias y orígenes son de fuera y llevan algunos años, otros se han criado aquí y hablan mejor que tú y yo», describe Navarro .

Pero ese perfil no es el único, porque también hay otros para quienes su paso por el campus de tarongers es una paréntesis temporal. “No es que no hablen valenciano, es que no entienden casi nada”, subraya.

Y eso puede suscitar un efecto de rechazo en el resto de comunidades. “No queremos que haya gente del resto de España que por miedo a no escuchar las clases no vengan a estudiar Valencia, si nuestra Universidad está reconocida como una de las mejores de España, según los rankings, eso es gracias a que tiene relevancia nacional” , Alerta esta joven.

El sindicato de Estudiants Valencians se posiciona por la cooficialidad sin dudar: “No veo mal que se impartan clases de valenciano, al contrario y en algunas facultades no se ha conseguido todavía el 50% de porcentaje, pero se dan casos en que es sí o sí por narices, y lo ideal es que cada uno pueda elegir, la libertad siempre”, opinó Navarro.

Difícil encontrar el equilibrio, tal vez. “Sí hiciésemos una encuesta, lo que solicita la mayoría no es el 50% para cada lengua, pero es comprensible que somos bilingües y hay que sacar provecho, aunque parece que vaya a ser motivo de discusión y no de intendimiento”.

En definitiva, «el objetivo es que el valenciano se siga utilizando en las instituciones y en el día a día de los jóvenes», tal como lo ve este representante estudiantil, que también aprecia discriminación al contrario en los últimos cursos: «Los dos primeros años puedes elegir grupo, pero de tercero o cuarto ya es sí o sí en castellano, y eso tampoco me parece bien».

Acerca del caso concreto de la alumna vilified en Twitter, la presidenta de este sindicato de estudiantes muestra su sorpresa porque «no dijo nada fuera de la corrección ni se metió con el valenciano y recibió comentarios de todo tipo, hasta decirle ‘vete de aquí’ y le pusieron el listado de todas las universidades que no tienen lengua cooficial”.

Para lo que no hay problemas es para los exámenes, se puede pedir con el enunciado en el idioma que se quiere y contestar también con total libertad de elección de la lengua, tal como coincide este estudiante y el docente.

Y luego ya quedan para la duda o la suspicacia detalles, comentarios de pasillo, como la impresión de que los horarios más “apetecibles” se dejan para los grupos de valenciano y así favoreciendo que se matriculen más alumnos.