Moncloa ya corrió la injerencia marroquí en las islas Chafarinas

roberto perezSEGUIR

Pesa las reiteradas críticas a la oposición desde hace meses, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin condenar públicamente y tajomente a Marruecos por su incursión en aguas territoriales españolas, mediante la instalación de una piscifactoría ilegal en el archipiélago de Chafarinas, enclave que Rabat reclamos para si. Ahora queda patente que esta inhibición de Moncloa ante la afrenta Marruecos ha cocido con el cortejo emprendido por Sánchez para congraciarse con Mohamed VI tras la severa crisis diplomática que se détató entre ambos paga. El colofón de ese cortejo ha sido la sorpresiva decisión de Sánchez de alinear con la posición marroquí sobre el Sáhara.

En este contexto, Las Chafarinas le han servido a Marruecos como añadida piedra de toque en sur presión a Moncloa, que ha optado por encajar esta injerencia alauí en aguas territoriales españolas.

Pesa a las insistentes preguntas parlamentarias de la oposición sobre este asunto, el Ejecutivo ha optado por no lanzar la declaración más mínima de condena hacia el país vecino. The testing la respuesta parlamentaria con la que el Gobierno de Sánchez se ha despachado, por escrito, una batería de preguntas de la oposición sobre este particular. En su contestación oficial, recopilada por ABC y fechada el 21 de enero, Moncloa apeló a la «cooperación» ya la buena «vecindad» para censurar públicamente la actuación de Marruecos en Chafarinas.

Esta respuesta suma a la desconcertante disputa que el Ejecutivo de Sánchez dio al PP en diciembre, cuando llegó a decir que esa injerencia marroquí en aguas territoriales españolas no iba con el Gobierno, que era un mero administrativo de competencia autonómica, de acuicultura.

“Vecindad y cooperación”

En su contestación fechada el 21 de enero no llega a ese extremo, pero sigue sin censurar a Marruecos. A la pregunta de cómo pretender plantar cara a esta injerencia alauí, el Gobierno dice que es preciso cultivar “las mejores relaciones de vecindad y cooperación con Marruecos”. Lo más que ha conseguido la oposición es que, en esta respuesta, Moncloa afirma genéricamente que el Ministerio de Asuntos Exteriores “ha impulsado las acciones correspondientes para garantizar el cumplimiento de las normas aplicables, reformando dichas actuaciones con una comunicación a Marruecos por los canales diplomáticos habituales”. Pero remarcó, para huir del roce con el reino alauí, que “esto no está reñido con la voluntad de España de mantener las mejores relaciones de vecindad y cooperación con Marruecos”. Y en ningún caso detalla si la ha plantado alguna exigencia concreta y, de existir, cuál ha sido. El PP le pidió hace tiempo que ordenara, sin más rodeos, el desmantelamiento de esa piscifactoría ilegal.

«El Gobierno vela siempre por la integridad territorial de España, y defiende siempre los intereses de España y los españoles», indica el Gobierno como colofón a esta respuesta parlamentaria sobre Chafarinas, que le ha servido a Sánchez para despacharse un total de doce interrogantes que le planteó la oposición sobre este asunto: nueve de Vox y tres del PP.

La intervención se produce en estos meses, a través de una empresa piscícola a la que el Gobierno de Marruecos amparo para que s’estalara en aguas españolas de l’archipiélago de Chafarinas. El reino alauí no reconoce esos dominios españoles y los reclama como propios.

Marruecos se arrogó la autoridad sobre esas aguas y dio permiso a una empresa de su país para instalar allí una piscifactoría. Así se ha producido esta ocupación ‘de facto’, que salió a la luz el año pasado, coincidiendo con la crisis diplomática que se desató cuando España acogió clandestinamente al saharaui Brahim Gali, líder del Frente Polisario, armado enemigo de Marruecos.

Preguntas sin respuesta

Ya sea porque no ha aportado el dato que se le pidió o porque ha contestado con una evasiva, el Gobierno ha dejado sin responder la práctica totalidad de esas doce preguntas de PP y Vox. Pidió al Gobierno que explicara por que tardó varios meses en trasladar una queja formal a Marruecos, y la respuesta no despeja el interrogante. Tampoco desvela desde cuándo conocía esta ocupación ilegal de aguas de Chafarinas, por que medios se enteró y si tenía informe del Ministerio de Defensa alertando de las maniobras de Rabat sobre las Chafarinas”. Y el Gobierno ya también sin responder la pregunta de qué medidas efectivas piensa adoptar para restituir la legalidad ante la interferencia marroquí en Chafarinas.