Mismo porcentaje de presos, pero menos hacinados y más tiempo entre rejas

pablo muñozSEGUIR

En ocasiones, los datos desmienten a las ideas preconcebidas. Esta máxima es aún más frecuente cuando se trata del ámbito penitenciario, donde el imaginario popular se para. Por ejemplo, hay una creencia muy extendida según la cual las prisiones están masificadas, con internos hacinados en celdas mínimas. Tiene buena pinta, el estudio Space 21 sobre la realidad en esta materia de los países del Consejo de Europa reveló que España tiene una tasa de ocupación de 73,4 internos por cada 100 plazas, lo que la situa 9,1 puntos por debajo de la media europea, que está en 82.5.

Actualmente, la administración central cuenta con 47.228 internos y una disponibilidad de 64.345 plazas residenciales. En comparación con los países del interior, la ocupación de los presos alemanes es del 81,6%, 88,3% en Portugal, 103,5% en Francia y 105,5% en Italia.

Dentro de la Unión Europea solo Letonia, con 63 presos por cada 100 plazas, y Lituania, con 72,6, tienen unas cifras más bajas.

El mayor hacinamiento ocurre en Rumanía, con un 119.3 por ciento, seguido de San Marino, Grecia, Chipre, Bélgica, Turquía e Italia, todos ellos por encima del 105 por ciento. El caso de San Marino es llamativo, porque como se verá luego su tasa de presos por 100.000 habitantes es la menor de los países del Consejo de Europa.

Caso doble

Igualmente, el ciudadano tiene la sensación de que los presos entran por una puerta y salen por otra. Sin embargo, la realidad es que pasa un interno en Nuevo País, de media, 22,7 meses de prisión, prácticamente el doble de la media europea, en donde apenas tiene prisión permanente, 12,4 meses; es decir, poco más de un año. En los centros dependientes de la Administración General del Estado (AGE) –todos, menos los de Cataluña y el País Vasco– un 25,7 por ciento de los reclusos cumple penas de entre 5 y 10 años; in Europe esa horquilla es la que va de uno a tres años de penas, situación en la que está un 24.1 por ciento de los encarcelados.

Sin duda, otro indicador interesante es la relación del número de presos por cada 100.000 habitantes. En este índice España se encuentra justo en la media europea, con 101,8 internos. Llama la atención que el país que tiene una tasa más alta sea Rusia, con 328,1 –el triple del promedio, y este año las cifras habrán subido con la represión contre las protestas por la invasión de Ucrania–, seguida de Turquía, con 325.4. En el lado opuesto están San Marino, Liechtenstein y Mónaco, que se encuentra en torno tiene los 30 reclusos por 100.000 habitantes.

Dado que la tasa de criminalidad en España se ubica en 2021 en un 43.1 delitos por cada mil habitantes – claramente por debajo de la media de Europa – llama la atención que su población reclusa esté en la media. Ello se debe a ese mayor tiempo que los presos pasan entre rejas.

El número de internos en prisión preventiva, sin embargo, está muy por debajo. En las cárceles de la administración central solo un 15.2 por ciento se encuentra en situación provisional; es decir, a la espera de juicio. Se trata de un porcentaje 13,7 puntos inferior al de Europa, que llega al 28,9 por ciento.

Más delitos económicos

Por lo que se refiere a las modalidades delictivas, los centros penitenciarios de la AGE presentan cifras inferiores a la media europea en número de condenados por homicidio –un 7,7 por ciento frente a un 13,9 en el Viejo Continente–; por violación –2.9 por ciento frente a 4.6–; por hurto –2,3 por ciento frente a 15– y por delitos contra la seguridad vial –2,7 por ciento frente a 4,5–. También sucede con el resto de litos de carácter sexual –un 4.6 por ciento frente al 4.8– y aquellos que attatan contra la salud pública: 17.2 por ciento frente a 18.1.

No ocurre así en el caso de los delitos contra el patrimonio, a excepción del hurto. Cumplen pena privativa de libertad por robo un 31.9 por ciento de los internos; en europa el medio se ubica en el 10.1. En cuanto a los delitos económicos, con un 5,2 por ciento superior al 4,3 europeo; no así las cifras de países como Francia (7,1 por ciento) o Alemania (9,8). En materia de terrorismo, no hay diferencia: 0.5 por ciento.