Magán, Ros y Giménez Barriocanal, dos obispos y un laico candidatos a la secretaría de la Conferencia Episcopal

No ha defraudado a la Comisión Permanente con su terna de candidatos a la secretaría general de la Conferencia Episcopal. Entre los números se encontrará el favorito en las quinielas anteriores, el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán; a laico —por primera vez en la historia de la institución—, el actual vicesecretario para Asuntos Económicos, Fernando Giménez Barriocanal; y un ‘tapado’: el obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, quien completó la terna sin que nadie, hasta ahora, le hubiera apuntado como candidato.

Una vez desvelados los números, poco antes de las 8 de la tarde, y dado que en este tipo de elecciones episcopales no hay ningún tipo de campaña electoral, ha comenzado el tiempo para las conversaciones, el intercambio de llamadas y los mensajes de whatsapp, en una búsqueda velada de apoyos que acaben decantando la elección hacia las preferencias de cada obispo.

El margen de maniobra es escaso, si tenemos en cuenta que la votación comenzará el miércoles a las 9:30. Poco más de 13 horas, con la noche por medio, para negociar la mayoría absoluta (sobre los 78 electores), que aúpe a la secretaría al que consideren el mejor candidato. No lo podremos ver, pero la disposición de cada obispo en las mesas para la cena en la casa de las Operarias Parroquiales de la calle Arturo Soria —donde se alojan la mayoría durante la Plenaria— será un indicativo de estos movimientos estratégicos. Interpretar quién elige con quién y con qué intenciones sólo está al alcance de los genios de la estrategia diplomática de la escuela de Maquiavelo.

Al igual que tratar de pronosticar quien será, al final, el elegido. La lógica de los obispos, como el Reino que predican, no es de este mundo. Sobre el papel, el candidato con menos opciones es Arturo Ros. No solo por llegar a esta fase final como ‘tapado’ sino porque la llegada en diciembre de Enrique Benavent como nuevo arzobispo a la diócesis de Valencia le pone en la casilla de salida hacia otro destino episcopal.

Con la experiencia de seis años como obispo y el valenciano como lengua materna, es un candidato firme para ocupar alguna de las diócesis catalanas. Si fuera elegido secretario, su salida se retrasaría cinco años hacia una sede residencial o arriesgarse a que, como en el caso de Argüello, viera obligada a renunciar al cargo si el Papa promociona.

El ‘favorito’

La lista facilitada por la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal está encabezada por César García Magán. Un detalle que no condiciona la votación, pero que en lenguaje eclesial suele indicar la preferencia de quien elabora la terna. No en vano, el auxiliar de Toledo ha sido el ‘favorito’ para este cargo desde que se conoce la intención de dimitir de Luis Argüello. Tiene 60 años, una amplia experiencia de gobierno, y una carrera en la escuela diplomática que le ha llevado a cinco nunciaturas.

Apenas lleva unos meses como obispo, por lo que el acceso a la secretaría, lejos de frenar sur promoción episcopal le permitiría consolidar su experiencia y le daría visibilidad pública. Cuenta con el apoyo de su arzobispo y, dicen, de Roma, donde es bien conocido tras su paso por la Secretaría de Estado. Con todo a favor, su principal escollo es la máxima eclesial para los cónclaves: “quien entró Papa, sucio cardenal”.

De economía a portavoz

Por más que su número lleve circulando en los mentideros desde que anunció su salida de COPE para centrase en los asuntos de la Conferencia Episcopal, la presencia de Fernando Giménez Barriocanal en la lista sigue teniendo tintes de sorpresa. Primero, por ser el primer laico propuesto para el cargo. No podía ser otro. Luego de más de tres lustros como vicesecretario de Asuntos Económicos, la solvencia de su actuación es evidente, al igual de la confianza que goza por parte de los obispos.

Además, sus comparecencias ante la prensa han demostrado que no tienen problemas con la portavocía. Pero su elección como secretario implicaría abandonar la gestión económica, porque en caso de no hacerlo, se convertirá en el hombre más poderoso de la Iglesia española. Algo que, sin embargo, conoce a los obispos que le han propuesto, a pesar de ello. Se supone que habrán pensado en la solución.

Los obispos se saludan al principio de la Plenaria

Los obispos se saludan al principio de la Plenaria EP

Proceso de elección

El nuevo secretario general se convertirá este miércoles en el primero elegido de formato digital, a través de una aplicación instalada en los iPads en la que los obispos tienen toda la documentación del Plenario.

Al no contemplar los estatutos restricciones en cuanto a los candidatos, existió la opción de que fuera elegido un sacerdote, un religioso o religiosa o cualquier laico, como ha ocurrido esta vez con Giménez Barriocanal. En este caso, ha tenido que aceptar de antemano su candidatura y contar con el consentimiento de su obispo, el arzobispo de Madrid. Los candidatos han sido nombrados por la Comisión Permanente que se han reunido de manera excepcional este martes para este fin. Además, de sus propios números, la Permanente deberá incluir las candidaturas que se presenten con el respaldo de, al menos, diez obispos.

La elección tendrá lugar al mediodía a las 9:30 a.m. de la mañana. Requiere la mayoría absoluta, pero eso no implicará que no sea rápida. Si después de dos votaciones con los tres candidatos nadie obtiene esta mayoría, se procederá a una tercera votación solo entre los dos candidatos más votados. Si en ese momento hubiera un empate triple, se votaría ente los dos de mayor edad, en este caso, los dos obispos. Asimismo, si en su voto hubiera un impate, se elegiría al alcalde.

Si el elegido no estuviera presente, el presidente le comunicará el resultado de la elección. En principio, salvo que se ausenten en el último momento, no se daría esta circunstancia, puesto que Giménez Barriocanal, como responsable de los asuntos económicos de la Conferencia Episcopal, suele asistir a las Plenarias. Cuando el candidato elegido acepte se proclamará a la sala, e inmediatamente, se hará público a los medios de comunicación, lo que podría ser alrededor de las 10 de la mañana. Una hora después tendrá su primera comparación ante la prensa.

El ‘favorito’, el laico y el ‘tapado’. Tres números, tres perfiles distintos, para encarnar finalmente el rostro visible de los obispos españoles en los próximos cinco años. La respuesta final la tendermos este miércoles las 10 de la mañana.