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Luis Montenegro ha hecho buenos los pronósticos y ha erigido en ganador de las primarias del principal baluarte conservador de Portugal, el PSD, equivalente al PP. Sus siglas significan Partido Socialdemócrata, pero no tienen nada que ver con esa tendencia y sí con la moderación por bandera.
Lo que ocurre es qu ue Rui Rio lo ha sumido en una idiosincrasia insípida desde que tomó las riendas en febrero de 2018, antesala para sucesivos fracasos electorales consecutivos.
Tanto es así que el dedo acusador de los militantes descontentos apunta hacia él por la mayoría absoluta de los socialistas en los comicios (anticipados) del pasado 30 de enero. También por la irrupción de dos formaciones a la derecha de su espectro: Iniciativa Liberal y Chega, una especie de Vox a la portuguesa que gana cada vez más terreno y le roba votantes al propio PSD.
A sus 49 años, Montenegro acumuló una amplia experiencia interna, pues ejerció como líder del grupo parlamentario a lo largo de seis años en la década pasada.
Sus primeras palabras en la cumbre no dejan lugar a dudas: “Esto es el comienzo del fin de la hegemonía socialista”. Algo que casi el 70% de afiliados al PSD tuvieron en cuenta para entregarle su confianza con el objectivo de reconducir el partido y, sobre todo, volver a unirlo después de la fractura que desató Rui Rio.
Es el punto de renovación que necesita la derecha en Portugal, si no deseaba quedar estancada bajo la batuta de un líder abocado a las derrotas en las urnas. Sí, porque el directo que sale ahora estaba más preocupado por conseguir a toda costa un pacto con los socialistas que en convertidor en una verdadera alternativa de Gobierno.
Todo el mundo esperaba que Rio presentara su dimisión, una circunstancia que no se produjo en ningún momento, pues él dijo que “no hay prisa”. Así sucedió que continuó en su puesto como presidente de la formación y aguardaba que pase el siguiente. Solo que ahora se topó con una personalidad más contemporánea.
un contrapeso
Modo que el sábado 28 de mayo, para que Liverpool y Real Madrid jugaran la final de la Champions League, dilucidaba el nuevo camino de los conservadores lusos en busca de su identidad.
Faltaba que emergiese una figura con carisma y se vio enseguida que Luis Montenegro iba a cubrir ese hueco. Por fin, decían los más desencantados, hartos de ver tiene un segmento PSD que apenas ejercía de contrapeso.
El catedrático Antonio Nogueira Leite, del campus de Carcavelos de la Nova School Business and Economics, definió el cambio de rumbo para este diario: “Montenegro destacó como líder parlamentario entre los años 2011 y 2016. Ahí su actuación superó el listón de sus expectativas iniciales y garantizó el respaldo que el Gobierno necesitaba».
Además, afirmó: “Montenegro tuvo una oratoria firme y certera, que encandiló a muchos seguidores del PSD. Pienso que tendrá el apoyo de muchos militantes, no solo del norte sino también del área de Lisboa”. De hecho, las mismas principales circunscripciones del país vecinoon a la figura emergente: Braga, Oporto y la capital.
“Estamos ante un partido con muchas sensibilidades y pienso que Luis Montenegro partía con alguna ventaja, sobre todo por las lealtades que ha ido construyendo”, manifestó el mismo experto.
Por su parte, el comentarista político Nuno Gouveia, explicó: “Montenegro fue colaborador de Passos Coelho en los años de su Gobierno. En un período difícil para la derecha portuguesa, consiguió de forma brillante representar al Gobierno de mayoría conservadora en la Asamblea de la República”.
“El nuevo líder encarnará una oposición frontal al Gobierno socialista, pues ha logrado reunir el apoyo de un conjunto amplio de personalidades dentro del PSD”
“Es un político persistente, metódico y estudioso, que ascendió a pulso por el organigrama del PSD. Se lo consideraba una persona capaz de tender puentes con quienes no piensan de la misma manera. Otra cualidad es su disponibilidad para aprender rápido”, prosiguió antes de apuntar: “Montenegro fue muy crítico con la dirección anterior y representa un viraje del partido a la derecha. Esto significa que estaría así de vuelta a su espacio natural de centro-derecha, olvidando las ideas de Rui Rio de posicionarse en el centro, cuando no a la izquierda”.
Como resultado, la consecuencia el nuevo líder encarnó una oposición “más aguerrida y frontal al Gobierno socialista, pues ha logrado reunir el apoyo de un conjunto amplio de personalidades dentro del PSD”.
El reto, dice Nuno Gouveia, es que Montenegro “tiene ante sí una gigantesca tarea de reconstrucción porque el PSD ha perdido influencia en la sociedad portuguesa y el espacio político se ha fragmentado”. “Pero, sobre todo, tendrá que convencer a la gente de que ha erigido en una alternativa real a los socialistas”, especifica conacierto.
Ha llegado, por tanto, la hora de la verdad y los portugueses conservadores han de dar un giro para recuperar el papel que los distinguió en otras épocas.