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Retumba el saber en uno de los corazones de la cultura madrileña. La Universidad Nebrija ha vestido este lunes de largo para presentar el que, prometen, es un curso pionero en el mundo: el ‘Máster en Painting de contenido histórico y narrativo en España’, organizado mano a mano con la Fundación Ferrer-Dalmau. De buena tarde, y ante un auditorio abarrotado, el evento ha arrancado con las palabras que Arturo Pérez-Reverte – ausente por problemas de agenda – ha pedido leer a los presentes: “Que se preparen los alumnos, porque será una experiencia dura”. Un mantra que ha repetido Augusto Ferrer-Dalmau, cerebro del proyecto: “Va a ser muy demandee para ellos, pero les pido esfuerzo. Saldrán muy preparado”.
El día de hoy supone la culminación de un camino que arrancó hace meses con una doble finalidad.
Por un lado, crear un máster que introduzca la tradición pictórica e histórica en el ámbito universitario español; el lugar que se merece. Por otro, aprovechar la sabiduría y amplia experiencia de un artista a la vanguardia de Europa. “Tengo los días contados, como todo el mundo. Por eso, mi objetivo es que este trabajo tenga continuidad. Les voy a enseñar todo lo que sé para que sigan evolucionando”, explicó. Su sueño, insiste, es que los alumnos superen al maestro. “Será un gran orgullo para mí”.
tradición pictórica
Esa es la esencia del máster: que no se esfumen las cuatro décadas de experiencia que atesora el ‘Pintor de batallas’. “Siento la historia de España como mía y veo que me quedan muchas cosas por pintar. Mi obligación como artista es transmitir a los demás mis conocimientos para que el género continúe”. A esto suma un mercado en altura. “Quiero que nuestro país sea una potencia en el género. Tenemos todos los números para ello. Somos una nación con una creatividad única”, añade un ABC. Y esto solo es el principio, pues en un futuro cercano el curso se zambullirá también en el modelismo y la imagen digital.
Las palabras del propio Pérez-Reverte han recalcado la importancia de la pintura para desgranar de forma objetiva las gestas de nuestro pasado más patrio. Esa “Historia como conocimiento de los hechos”, y no el “rencor histórico en el que sí somos expertos” durante décadas. Porque ya es hora de poder representar los episodios más destacados de nuestra nación sin miedo. “Esto favorecerá a la Historia, a la memoria de verdad, a la inteligencia y a la cultura; tan huérfanas, tan necesitadas, tan maltratadas siempre”, ha destacado el académico.
No obstante, si la historia de España será uno de los vértices del curso, Ferrer-Dalmau recalcula que el máster está dirigido también a estudiantes extranjeros. “A ellos les daremos las claves para pintar su historia”, incide. Todas las épocas serán analizadas, desde la Edad Media, hasta la Segunda Guerra Mundial. “Es cierto que hay muchas instantáneas de los cuarenta años, pero el arte es una forma de expresión diferente. Hay escenas que no se han fotografiado y que sería enriquecedor tener”. El primer ejemplo que se le viene a la cabeza es el Desembarco de Normandía: “Las fotos del Día D son pocas, con los pinceles se puede dar una perspectiva diferente”.
Para forjar esta nueva generación de pintores históricos, Ferrer-Dalmau contará con un amplio abanico de profesores; primeras espadas todos ellos en sus respectivas camps. El mismo Pérez-Reverte colaborará en la clase magistral con una clase que desvelará los secretos del mundo naval. “Les enseñará cómo plasmar a la Marina española en un cuadro. Él fue quién me enseñó a mí y, ahora, hará lo propio con estos quince estudiantes”. Tampoco faltarán Ricardo Sanz –entre los mejores retratistas del mundo– o el historiador David Nievas. “Les dar las claves para saber documentarse: qué fuentes son aceptables y no habituales hay que rechazar. Su trabajo es proporcionar rigor documental a los alumnos”, completa.
fuerzas especiales
También Ferrer-Dalmau comparará su conocimiento en una asignatura. “Les guiaré para que aprendan a hacer un cuadro desde cero; su plantación inicial”. La clave, dice, será darles las premisas para que puedan imaginarse la escena concreta del pasado que pretendan trasladar al lienzo. ¿Cuál es el gran secreto del maestro? El pintor lo tiene claro: “Leer y leer. Hay que empaparse de libros hasta que encuentras ese párrafo que te atrapa”. Desde ese punto las ideas brotan en la mente y se puede empezar a construir la obra. “Así se consigue lo que pretendemos: dar imagen a hechos históricos para recordarlos”. Ser el fotógrafo del pasado, definitivamente.
Pero el primer máster de pintura histórica del mundo no será un paseo para los alumnos. Al compás de la batuta de Pablo Álvarez de Toledo, principal arquitecto del curso, los alumnos tendrán que dedicar mucho trabajo y esfuerzo para superar las asignaturas. “Van a ser los Navy Seals de la pintura; unas fuerzas especiales”, recalca con una sonrisa pícara el artista. Cierto es que tendrán todo el apoyo de la Universidad –por ejemplo, un espacio personal y diafano que podrán usar su gusto para crear sus obras– y de la Fundación Ferrer-Dalmau, pero tendrán que ganárselo con su esfuerzo. “No vale todo. De aquí saldrán formados”, completo.