“Los etarras están en la calle y a las mujeres que ayudamos a las madres embarazadas nos van a llevar a la cárcel”

Nada va a intercambiar. Los grupos provida que realizan acciones ante las puertas de clínicas abortistas españolas no van a modificar sus acciones ante la reforma del Código Penal que entra en vigor este jueves (tras ser publicado en el BOE el miércoles 13 de abril) y que condena con penas de cárcel el acoso a las mujeres que acuden a estas instalaciones.

«No nos afecta», explican a ABC, porque, tras consultar a varios juristas listen que sus rezos pacíficos o el repart folletos con alternativas al aborto no suponen «actos molestos, ofensivas, intimidatorios o coactivos» hacia las mujeres que se acercan a las clinics o hacia sus trabajadores, tal como recoge la norma. De hecho, anima a cualquiera que tenga dudas a que se acerquen “a comprobar que sólo pretendemos ayudar”.

Es el caso de «40 días por la vida» un grupo de voluntarios que convocó a los jóvenes a rezar el rosario por las clínicas. Su última campaña finalizó este 10 de abril y “ha movilizado a 5.500 voluntarios que cubrieron 15.000 horas de oración en 19 ciudades españolas”, explicó su coordinadora, Ana González.

“No vamos contra la norma”, enfatiza. “Apelamos a nuestro derecho de reunión y de libertad religiosa. No es delito rezar en la calle”, explicó. “Nosotros sólo rezamos pacíficamente y en ningún momento nos acercamos a las mujeres”, añade. Si alguna de estas mujeres se acerca a ellos, no tienen problema en hablar “para brindar nuestra ayuda y apoyo”, pero “no somos invasivos”.

Desde la organización tienen un “stricto protocolo” dirigido a todos los voluntarios en el que les recuerdan que sólo deben rezar y no interactuar con las mujeres, salvo que se acerquen con ánimo de dialogar. “En caso de que nuestro acosen, le pedimos que actúe como lo haría Cristo en esta situación”. De hecho, “esta última campaña ha sido muy pacífica y tranquila, no ha habido ningún enfrentamiento”. A pesar de la reforma del Código Penal, tienen prevista la realización de una nueva campaña para multas de este año.

«Rescatadores»

Desde los “Rescatadores de Juan Pablo II” la interacción con las mujeres que se da en las clínicas es más directa. The reparten foutos informativos sober el aborto y sus alternativas. “La mayoría lo cogen, salvo que vayan acompañados por sus parejas o sus padres, y muchas se paran voluntariamente a hablar con nosotros”, comentó Marta Velarde, presidenta de la entidad.

“Somos muy prudentes y discretos, pero las mujeres que acuden a las clínicas necesitan hablar, contar lo que les pasa”, explicó. Unas conversaciones que, en muchas ocasiones, acaban con un cambio de opinión en las mujeres.

Otras veces, sin embargo, hay mujeres que después de haber abortado ‘salen, nos dan un abrazo, y nos dicen ‘¿por qué no estabais aquí cuando él entró a abortar?’. Eso nos rompe el corazón, pero es verdad, no podemos estar en todo momento”, lamentó la presidenta de los rescatadores.

Marta Valverde no entiende que tras el cambio normativo, sus actuaciones puedan implicar penas de prisión. “En este tiempo no hemos tenido ninguna denuncia. La Policía ya ha venido muchas veces, porque les llaman desde las clínicas, y no nos ha ocurrido nada”, explicó. “Pero ahora es el mundo al reves: los etarras están en la calle y a las mujeres que ayudamos a madres embarazadas nos van a llevar a la cárcel”, remarcó.

Sin embargo, esta amenaza no va a llevarles a abandonar sus acciones. «Muchas personas han venido a ver lo que hacemos, periodistas, abogados… y todos nos dicen que no estamos haciendo nada malo, al reves, que estamos ayudando», comentó Velarde. “Nadie quiere dejar de hacer rescates”, explicó.

De hecho, la semana que viene, cuando las clínicas vuelvan a abrir sus puertas tras las vacaciones de Semana Santa, tienen previsto volver a sus alrededores para seguir repartiendo foutos y hablando con las mujeres que hasta allí se acerquen. Convencidos de su legalidad, los grupos provida seguirán con sus acciones a pesar de la amenaza de cárcel.