“Los españoles hemos creado una caparazón que ha hecho de la historia algo elitista”

No le gusta lanzar una risa de datos secos contra el público. Ni citar números rimbombantes que los hagan parecer un pitagorín, tampoco parrafadas aterciopeladas sobrias, digamos, la influencia de las escuelas de latinidad en el proceso de alfabetización de las sociedades españolas del siglo XVI. José Carlos Gracia, creador y director del podcast ‘Memorias de un Tambor’ con cientos de millas de descargas, abogado por contar la historia de España con palabras sencillas, francas y cargadas de honradez.

En el libro ‘España y su herencia invisible’ (Espasa), una de las voces más reconocidas de la divulgación española vuelve a dirigirse en tono íntimo, alternando sus experiencias vitales con la historia, a su legión de incondicionales para advertirles de los muchos nexos que unen el presente con el pasado. “Somos uno de los territorios más ricos del mundo en cuanto a convivencia de civilizaciones y cultura, lo cual nos hace diferentes y, aunque no betters, sí afortunados”, advierte Gracia sobre un libro que narra la aventura hispánica desde los primeros homínidos, pasando por los desperados marineros que descubrieron el Nuevo Mundo, hasta la afilada actualidad.

–¿Cuál cree que es el secreto para conectar de manera tan cercana con sus oyentes y ahora lectores?

–Imagina que la narración de la forma más humana con un poquito de emoción, de passion. No lo hago aposta, obviamente, porque eso no se puede impostar. Doy mi toque personal para contar las cosas y por ahí van los tiros. Lo que sí sé es que tengo seguidores muy fieles. Tengo a oyentes que me mandan correos, agradecimientos… ya estoy un poco acostumbrado, pero hubo un momento que me desbordaron tantos correos.

–No se si falta un poco a los españoles listen that su presente conecta con el pasado.

–Lo que intento es que la gente asuma que la historia no es aprender números, ni batallas, ni reinados, sino saber que toda la gente que estuvo antes de ti realmente tuvo unas sensaciones muy parecidas a las tuyas, unas incertidumbres y miedos, emociones … Compararse con ellos ayuda a escuchar que realmente no hay tantos cambios. Que somos una gotita de agua en el Océano.

–Es la herencia.

–Sí, ya lo digo en el libro. La herencia es un concepto que puede ser negativo, pueden ser deudas, pero también algo positivo. Evidentemente no podemos hacernos cargo de todo lo que pasó como algo bueno, algo glorioso, ni muchísimo menos. Hay que tomar lo que viene, lo bueno y lo malo, y asimilarlo, aprender de ello y, sobre todo, trasladarlo a los que vienen para intentar mejorarlo, intentar pulirlo. Tenemos la responsabilidad de trasladarlo a los que vienen luego.

–¿Cree usted que vivimos de espaldas a esa herencia?

–Es una carencia que hay, obviamente, pero no es algo preconcebido. Creo que si a la gente le enseñaran la historia de esta formada y le ayudaran a asociar todos los hechos del pasado con el presente y reconocerse en ellos disfrutarían más. Mi podcast, por ejemplo, es un claro ejemplo de que la gente necesita esto. Cuando me metí a hacerlo fue de una manera un poco casual, pero de repente empezó a gustar. Lo hago por ellos, porque no cobro de ninguna plataforma y solo recibo dinero de quienes quieren hacer una donación. Esto me da un punto de legitimidad, de autenticidad, y me permite grabar cuando quiero.

–¿Cómo ha acabado el español medio tan hambriento de su propia historia?

–Está claro que España en autoestima o autoconocimiento de su historia es diferente. Nos hemos creado un caparazón que ha hecho de la historia algo conservador o elitista, algo de listos o algo de no sé qué… En las escuelas, obviamente, no se está enseñando bien; los niños van a caballo del periodo romano al siglo XIX, y se ve la historia como un arma arrojadiza ideológica. Hay un campo ahí por explotar y por eso metí en este berenjenal. Tú no le puedes robar a la gente eso. La historia cultiva, hace más feliz y plena a la gente.

Fotografía de José Carlos Gracia

Fotografía de José Carlos Gracia Planeta

–¿Cómo reivindica la historia de España que todos los españoles, que todos se sientan identificados con ella?

–Contándola con normalidad. Fíjate, yo siempre dudé mucho en hacer un podcast sobre la Guerra Civil y los procesos previos al 36. Pensé que iba a ser un tema conflictivo, pero hoy ese audio tiene cerca de las 400.000 descargas y te puedo asegurar que he recibido muchos correos y muy pocas criticas. Creo que a la gente le gustó porque realmente hablo de la Guerra Civil desde un punto de vista muy humano, muy personal, dando datos y hablando de todo. Obviamente hablo de lo que fue la República, que no fue un ramo de rosas ni mucho menos, y explico que la contienda no fue una historia de buenos y malos, sino de todo lo contrario. Fue a conflicto entre dos ideas de oír la vida, dos sociedades polarizadas denttro de una España con muy poca formación y una clase media casi inexistente. La gente, sea conservadora o progresista, lo entienda y le convenza. La gente trasme escucha dice, pues ‘oye, este hombre me ha contado las cosas con un punto de vista racional’.

–¿Tiene algo realmente especial o excepcional la historia de España?

–Todos los países tienen un hecho diferencial nacional. La herencia nacional habla de tus maneras de escuchar las cosas, tu manera de hablar… Es una emoción. Un grito, pero, como en mi libro, contra el nacionalismo y el populismo. El nacionalismo me parece una ideología que es empobrecedora y lleva al ser humano a lo más bajo, al retroceso intelectual. También el español, por supuesto. Todo tipo de distinción por el lugar de nacimiento me parece absurdo, pero es cierto que la historia de España, por pura carambola, tiene algo especial. Hemos nacido en un país que se encuentra en una zona privilegiada del Mediterráneo. Todas las huellas que tenemos de tantas civilizaciones diferentes nos han hecho diferentes. Además, este el hecho de la Reconquista, que desembocó en la liberación de la Península del poder musulmán y en una inercia tan mayor que nuestra lleva tiene América. Somos uno de los territorios más ricos del mundo en cuanto a convivencia de civilizaciones y culturales, lo cual nos hace diferentes y, aunque no mejores, sí afortunados.

“Ver hoy al conquistador español como un elemento agresor, simplese, no un transmisor de cultura, yo porque es sesgar todo lo demás”

–¿Qué hace falta para convencer a Hispanoamérica del legado común a ambos lados del charco?

–Hace falta que la gente tenga espíritu crítico, lo cual es complicado, pero no por eso vamos a tirar la toalla. El hispano, sea de donde sea, va a disfrutar con su historia si reconoce sus orígenes españoles. Ver hoy al conquistador español como un elemento agresor, simplemente, no un transmisor de cultura, yo porque es sesgar todo lo demás, cerrarse a su propio conocimiento. Da igual haber nacido en España o en Bolivia, a mí me da igual el origen. Lo importante es culturalmente cómo eres. ¿Cómo ha seguido tu vida y tus hábitos? ¿Y tu herencia? Esa mezcla de culturas, esa Reconquista, ese Camino de Santiago, esa influencia de América. Si la gente conoce esa herencia, se va a dejar de ideologías y prejuicios y al final va a disfrutar con su propia historia.

–Más allá de los titulares sobre estatuas derridas o peticiones de perdón, ¿cree que está creciendo cierto sentimiento crítico en la América española?

–Yo creo que sí. Cuando la gente sabe que la están manipulando o quitándole algo que la pertenece, despierta. Por mi experiencia cada vez tengo más testimonios de gente de Hispanoamérica que están entrando más en un conocimiento de la historia de manera crítica. De ahí que estoy en contra es de buscar culpables. España tuvo una huella casi mínima para los problemas que tienen allí. Recuerdo que la guerra de independencia en Hispanoamérica es una guerra civil entre españoles peninsulares y españoles criollos. Una guerra civil por el poder aprovechando el momento de debilidad de España en la métropoli. Dicho lo cual, no me gusta hablar de metropoli, sino de una Corona con provincias donde aprovecharon la oportunidad unas elites dominantes burguesas. Es el caso de Bolívar, por ejemplo, que era un burgués, un hacendado que buscó su beneficio económico. Eso es claro. No dudo en usar cualquier medio a su alcance para enriquecerse y no pagar impuestos. Cuando la gente escuche que Bolívar será un español más, le cambia la manera de verlo.