“Lo de Góngora y Quevedo fue la primera batalla de gallos de la historia”

Ignacio Romero Montero (Socuéllamos, 1997) estudió Literatura Comparada en Granada y no se gana la vida como profesor: esto es noticia. Ignacio Romero Montero, lector voraz, admirador de Dostoievski, Kafka, Balzac y Baudelaire, entre tantísimos otros, también es Mnak, uno de los mejores ‘freestylers’ de España (fue campeón regional de la Red Bull Batalla de Madrid), que lleva años viviendo de la improvisación, de la rima, del vacile, del insulto, de la lengua. “No hemos inventado nada, todo esto viene de la trova. Somos trabajadores de la palabra, expresa el diccionario al máximo”, suelta, con las gafas de sol en la cabeza y una voz que llena la recepción del hotel en el que se aloja. La literatura es una de sus pasiones, aunque para entrenarse (no para ensayar, verbo prohibido en este arte) prefiere estar al tanto de la actualidad. Leer periódicos, empaparse de la conversación pública, del fútbol, ​​también de las muletillas que nacen por ahí. “Cuando voy Latinoamérica, y hay que ir allí para triunfar, tengo que empaparme de las expresiones coloquiales de allí. Porque si no puedes equivocarte y que lo que esperabas que iba a ser explosivo termina siendo ridículo”. Por ejemplo, el problema de coger en Argentina. O peor aún: los diferentes doblajes de las películas en los dos lados del charco. La brecha que hay entre ‘A todo gas’ y ‘Rápido y furioso’. O en las formas de pronunciar Hermione, de ‘Harry Potter’. “Ahí hay que tener mucho cuidado”, advierte. A su lado, Queen Mary asiente. “En las batallas se está creando un nuevo lenguaje más universal, validado por todos, en América y en España”, asevera. Ella es una ‘anfitriona’ celebérrima en España. Dedicado a presentar las batallas de gallos, a retransmitirlas. Es agitadora. “Los que compiten son artistas, gente que ya está muy formada, con mucha cultura”. Hay quienes han hecho fama por su perfecta métrica. Poesía o barbarie. ¡Oh libertad! Noticia Relacionada estandar No Cádiz, un puente hacia el futuro de la lengua: “El siglo XXI debe ser el siglo del español” Bruno Pardo Porto Los Reyes inauguran el IX Congreso de la Lengua Española, una cita que tiene como tema central el mestizaje y la interculturalidad El tercero que se sienta en el sofá es Dj Verse, un productor musical conocido por poner las bases musicales a estos espectáculos, por expresar el talento de los improvisadores. Todos han sido invitados al Congreso Internacional de la Lengua Española de Cádiz, una invitación que dice muchas cosas. La más importante, que su arte se ha consolidado, que ha abandonado el margen para instalarse en otros ámbitos, pero permanentes. “Somos la primera generación de élite. Nos ganamos bien la vida con esto…. Nosotros conseguimos que el lenguaje llegue a sitios donde no llegaba la literatura. Esto va de añadir palabras nuevas a la lengua, de ampliar el vocabulario”, subrayar. “Para mí Quevedo es el poeta más batallero de la literatura española. Esa forma que tiene de insultar es…”, duda Mnak, arrastrando el silencio con la esa. Queen Mary devuelve el testigo. “Lo que hizo con Góngora es la primera batalla de gallos de la historia”. Y reír. “También el congreso es una batalla de gallos, pero sin rimas”, continuó Dj Verse. Y entonces Mnak citó a Rajoy: “A veces no. Acuérdate: “si quieres grano, Aitor, te presto mi tractor””. Y vuelta a las carcajadas. Estas cosas dan puntos en las batallas. “La gente quiere que se pueda de todo, el ‘freestyle’ en esto es como el ‘hiphop’: el periódico de la calle”, apostilla el músico. Mnak quiere que la RAE acepte ‘freestyle’ en el diccionario, porque no es lo mismo que estilo libre. Eso sí, escrito así: ‘fristail’, como querría el académico Salvador Gutiérrez Ordóñez. Aunque él se declaró ‘protildista’. .. “El español es muy rico. En España te mueves cien kilómetros y ya hablan diferente. En Alicante dicen ‘cabeza’, en Valencia ‘nano’ y en Cádiz ‘pisha’. Y los jóvenes dicen ‘bro’, hermano… Nosotros hacemos un batido de todo. Y creamos una lengua universal, llena de muletillas”. El oído, sigue, es importante en esto. De hecho, él se deja llevar a cabo por las aliteraciones. Y por las onomatopeyas (“las uso mucho, sí”). Y para ejercitarse utiliza generadores de palabras, o busca fotos aleatorias en Google: la imaginación es un músculo. “Lo que se valora en las batallas son tres parámetros: las temáticas, las palabras y las imágenes… Lo de que solo nos insultamos por el físico es un cliché. De hecho, si lo haces ahora te dicen que es muy 2005 [ay, la edad]. Se ha quedado. Las batallas de gallo son luchas dialécticas, una ficción, una historia”, zanja.