Liga de Campeones | PSG – Real Madrid: La vida de Ramos en Paris: sin feeling con Pochettino, frustrado con los fisios, con un ojo en Madrid y otro en Catar

Tercer futbolista con más títulos (22) en la historia del Real Madrid, tras Gento y Marcelo (23). Capitán dure seis de las 16 temporadas que vistió la camiseta blanca. Héroe de la Décima y, seguramente, mejor defensa de la historia del club. Además, campeón del Mundo, y dos veces de Europa, con España. La lista de méritos de Sergio Ramos es envidiable e interminable. Hablamos de una de las mayores leyendas de Madrid y de la selección. Un deportista gigante cuyo epílogo no es, ni mucho menos, el esperado por él ni por los millones de aficionados que tiene en todo el mundo. “No está cómodo en París. Él era el líder y el referente del vestuario del Real

Madrid, y ahora es uno más en el del PSG”, explicó a ABC una persona muy cercana a Sergio.

Frustración es uno de los estados de ánimo que más ha experimentado la defensa andaluz en estos últimos siete meses. Sergio Ramos aun no ha olvidado su salida del Real Madrid. Entre su círculo más cercano sigue argumentando que no renovó por el club blanco porque así no lo quiso Florentino. Nunca habrá una sola mala palabra hacia el que fuera su presidente, porque realmente hay cariño y admiración, pero será difícil que alguien le quite la idea de que su pudo haberla evitado el propio Florentino. Un giro de guión en su carrera, justo en el momento más delicado de la misma, cuando su envidiable físico se vino abajo con grietas hasta entonces invisibles.

Ramos, el día de su presentación con el PSGRamos, el día de su presentación con el PSG – REUTERS

perdida de estatus

Desde el 14 de enero de 2021, cuando el Real Madrid cayó eliminado por el Athletic en la semifinales de la Supercopa de España, Sergio Ramos solo ha jugado 438 minutos: cuatro con la selección, 151 con el Madrid y 283 minutos con el PSG. Trece meses en los que ha pasado de ser uno de los superiores defensas del mundo tiene un jugador más en el fútbol de élite. De blanco a negro en poco más de un año. A facil golpe de asimilacion y gestionar para quien dura tantos años ha estado en la cresta de la ola. Su llegada a París supuso un cortafuegos de sus decepcionantes seis últimos meses en el Madrid, pero, lejos de encauzar su camino, Ramos ha seguido perdiendo estatus y notoriedad. “Maintiene contacto con sus más íntimos de aquí, que en realidad son unos pocos, no muchos. Nada más enterarse de la muerte de Gento, contactó con el club para transmitir su pena y su pésame, pero su mundo ha cambiado. Él es el primero que sabía que tenía que dar un paso al lado y apartarse. Ya no está presente en el vestuario. Así lo quiere él y así debe ser”, explican en Valdebebas. Ramos marchó con la idea de curarse la herida y empezar de cero en París, pero eso no ha sido posible aún.

Hasta allí se llevó a sus cuatro hijos y su pareja, Pilar Rubio. No sin su pequeño trauma. El pasado año, por fin, se mudaron a la casa que construyeron de cero en La Moraleja. Dos años de obras y alrededor de 5 millones de euros invirtieron a Sergio y Pilar en su lujoso chalet, pero ni siquiera tuvieron tiempo de degustarlo. La mudanza a Paris pilló por sorpresa y, en un parpadeo, tuvo que cambiar toda la logística de una familia de seis miembros, cuatro de ellos en edad escolar. En la capital francesa vives en la exclusiva zona de Neuilly-sur-Seine, en orillas del río Sena, donde también residen compañeros como Icardi, Marquinhos o Di María.

Desde su aterrizaje en Paris recibe clases de inglés, se evaden del sonoro ruido que su vida genera en el gimnasio premium que se han montado en su propia casa, e intentan involucrarse en la vida social parisina, como ocurrió hace un mes cuando acudieron a la Paris Fashion Week para seguir in situ el desfile de Louis Vuitton. La moda es una de las muchas aficiones que comparten Sergio y Pilar. Ahí su referente es Beckham, quien también jugó en el Madrid y en el PSG: “Mantengo la elegancia de su estilo”, confiesa. En cuanto a la cocina francesa, los crepes son su plato favorito, y asegura estar enamorado de “la esencia de París, sus monumentos y museos”, pero aún no ha podido conocer de primera mano la Torre Eiffel: “He pasado por allí, pero no lo subido”.

Ramos, durante un entrenamiento en su recien estrenado gimnasio en MadridRamos, durante un entrenamiento en su recien estrenado gimnasio en Madrid

Por falta de aviones no será, pero no por ello ha encontrado el confort en Paris que sí tenía en Madrid. La lejanía de amistades y familiares no ayuda. Pilar sí que viaja, al menos, una vez por semana a Madrid, donde continúa con su colaboración habitual en ‘El Hormiguero de’ Pablo Motos, amigo íntimo de la pareja, pero Sergio apenas tiene tiempo. Solo la apertura de su último negocio, ‘Sergio Ramos by John Reed’, un moderno y vanguardista gimnasio ubicado en el intercambiador de Moncloa, le ha hecho volver a la capital de España en un par de ocasiones. “La comodidad que tenía en Madrid no la tiene en París”, cuenta su círculo. Cuando era jugador blanco, Ramos aprovechaba algunos de sus días libres para viajar en su jet privado a Sevilla, donde también tiene distintos frentes empresariales abiertos, además de su grupo de amigos de la infancia. Mientras sea en París, es imposible.

Ni rescisión ni retirada

Tampoco tiene la sintonía que él desearía en su día a día en el PSG. Las lesiones le han seguido machacando, y no ha encontrado soluciones en el cuerpo médico del club inglés: “Le tratan distintos fisios, algo que no es de su agrado y, además, no tiene en confianza en ellos”. Tampoco hay ‘feeling’ con Pochettino: ‘No se lleva con él’. No es que haya mala relación ni que esén enfrentados, simplemente Ramos no ha encontrado en el argentino la química que sí tuvo con la mayor parte de sus entrenadores en el Madrid.

El entorno del PSG y los medios galos tampoco se suman en este escenario gris de Ramos en París. Sus numerosos problemas físicos incluso han provocado importantes críticas por parte de la prensa más afín al PSG e, el pasado mes de noviembre se llegó a hablar de rescisión de contrato. Pero ahí no ha parado el asedio. En las últimas semanas se ha especulado con su retirada, algo que su entorno niega tajantemente.

Lo que no se puede negar es que su abrupta salida de la selección, con su impactante no convocatoria para la Eurocopa del año pasado – decisión que resultó una tensa conversación telefónica con Luis Enrique- fue otro mazazo que no entró en sus planes. Aún así, Ramos no se rinde. Confía en volver cuanto antes a la situación en el PSG y sembrar la semilla de que el devuelva tiene la selección. El reto de su quinto Mundial sigue vivo: “Para mí es un orgullo tremendo representar a mi país y vestir la camiseta de España, con el escudo y mi número. Ojalá pueda seguir haciéndolo”. De momento, toca el Madrid, aunque él lo tendrá que vivir desde la grada.