Lidia Torrent no da credito ante el feo desaire de un comensal en ‘First Dates’: «No me interrumpas»

Valentin (72) cruzaba la puerta del restaurante del amor de ‘First Dates’ dispuesto ha conquistado esta ciudad con su guitarra eléctrica. “Voy a tocársela al posible amor de mi vida”, explicó a Lidia Torrent. Y es que este médico jubilado natural del municipio leonés de Sahagún tiene un punto rockero desde los 18 años. “Estaba en el pueblo y me gustaban los Rolling Stones, pero no me gustaban los Beatles”, contó.

Queriendo conocer más sobre la personalidad y los gustos del comensal, la co-presentadora está interesada en los accesorios que lucía, de los que concluyó que además de marzoso también será una persona espiritual. «O sea, que meditas», apuntó Torrent mientras que Valentín detallaba el significado de uno de los complementos.

Algo que al invitado no le sentó nada bien. «No me interrumpieron», la increpó.

Pero lejos de tomarlo mal, la cámara pretendió quitarle hierro al asunto pidiéndole que no se pusiera tan serio. “No, es que los leoneses somos como lo vascos, no, ¡peor!”, esgrimió el soltero.

Una cita a su medida

Después continuó sin más con sus anécdotas, revelando que practicaba regularmente 79 minutos de taichí en la playa “para coger la energía del universo”. Fue la primera de muchas coincidencias con su cita, Carmen (69), una alfarera gaditana a la que también le encanta la meditación.

Al saber que a ambos les gusta “relajarse y hacer planes tranquilos”, obtendrá a soltarse. Tanto, que la andaluza no dudó en confesar que la chifla “estar semidesnuda en una playa tomándose un vermut”. Valentín no desaprobó la oportunidad de proponerle una escapada a las playas de Cádiz ni de definir cuál es para él importante en una relación. “El amor tiene que ir con sexo. Son importantes. Pero no un aquí te pillo aquí te mato”, aclaró.

Encandilados con su cita y la visión compartida del “amor empalagoso y romántico”, el leonés sacó toda la artillería tocando una canción con la guitarra. A Carmen parecía que más bien sonaba como si estuviera empezando a prender. Ahora bien, le valió para querer seguir conociéndole en una segunda cita. Y quién sabe si probar, como ambos sugirieron al tomar la decisión final, “el sexo romántico a lo inglés”.