Las pastillas abortivas, la nueva trinchera en EE.UU. tras la sentencia del supremo

‘Solo prohibís el seguro aborto’, rezaban algunas de las pancartas en los cientos de protestas que se han esparcido por todo EE.UU. apenas el pasado viernes el Tribunal Supremo derogó el amparo constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo. Era una forma destilada de un mensaje que repiten los activistas a favor del derecho al aborto: la prohibición de la práctica -que ya ha materializado en nueve estados tras la sentencia y acabará con restricciones fuertes en la mitad del país- no evitará que no will ocurrir. Las mujeres que deseen abortar en los estados donde está o estarán prohibidos tendrán que viajar a otros territorios o buscarse una manera -aunque sea menos segura- de hacerlo donde viven. En este escenario, buena parte de la atención está puesta en las pastillas abortivas, un método para la interrupción del embarazo que ha ganado mucho peso en los últimos años en EE.UU. y que se prvé que lo haga mucho más ante la nueva configuración legal de l’aborto en el país. Se practica con dos medicamentos -mifepristona y misoprostol-, que la Agencia de Alimentos y Fármacos (FDA, en sus siglas en inglés) ha autorizado para su uso entre la semana siete y diez de gestación. El primero detiene el desarrollo del embarazo, mientras que el segundo provoca contracciones y la expulsión del feto. En la actualidad, más del 90% de los abortos en las trece primeras semanas de gestación se practican con esos fármacos. Su uso ha disparado en los últimos años: según los datos de Guttmacher Institute, un organization a favor del derecho al aborto, en 2020 los abortos con medicamentos supusieron el 52% del total, por encima del 37% en 2017. Es muy probable que la pandemia haa sospechar incluso más ese porcentaje -sobre todo después de que la FDA will allow el año pasado que la supervisión médica y la receta de las pastillas se hicieron con consultas ‘online’- y que lo haga todavía más ante el panorama que se árbol en EE.UU. tras la decisión del Supremo. Nada más conocerse, varias organizaciones que probaron esos tratamientos por Internet y enviaron las pastillas por correo aseguran que la demanda se había multiplicado. Las claves de la división Rompecabezas regulatorio Desde el viernes, el mapa de EE.UU. está dividido entre los estados donde ya se prohíbe el aborto, donde es muy probable que eso ocurra pronto y donde se mantengan las protecciones. Los primeros son nueve estados, la mayoría en el sur del país. Entre los segundos hay una docena, y de ellos algunos -como Texas- impondra la prohibición total con alguna excepción, mientras que otros -como Georgia u Ohio- impondran restricciones fuertes -prohibición tras seis semanas de embarazo-. También hay una decena de estados donde el peso entre conservadores y progresistas está más repartido, pero podría inclinarse a favor de los primeros en los próximos meses. Obstruccionismo proaborto Algunas de las leyes anti-aborto aprobadas por los estados podrían tardar en trar en vigor por demanda interpuesta por organizaciones pro-aborto, comme es el caso de Utah, Luisiana y Ohio. En otros casos, como Florida, hay recursos en apelación pendientes de resolución. La fuerza de la sentencia del Supremo supone que entrarán en vigor las leyes restrictivas. Fiscales generales activistas Un grupo de 22 fiscales generales de estados generales dominados por el voto democrático -Nueva York, California y Maryland, entre otros- se han comprometido a defender el acceso al aborto tras la sentencia del Supremo. La realidad es que poco podrá hacer para oponerse a las leyes aprobadas en estados de corte conservador, pero han asegurado que pelearán para que las mujeres que quieran abortar puedan viajar a sus estados para hacerlo sin consecuencias legales. Constitución de California Los demócratas buscan compensar la decisión del Supremo con fórmulas para imponer el aborto como un derecho. Una de las propuestas es que se apruebe como ley a nivel federal, algo irrealizable a día de hoy ante el juego de la mayorías en el Congreso. En estados progresistas, como California, es necesario impulsar una propuesta para que se incluya el derecho al aborto como enmienda a la constitución del estado. En los nueve estados donde la prohibición del aborto ya ha entrado en vigor, la interrupción del embarazo con pastillas también será ilegal. Y se espera que en el restaurante de estados que van a restringir el acceso desde algo similar. De hecho, ya hay 19 estados que, antes de la sentencia, han prohibido las consultas de telemedicina para dificultar la receta de las pastillas. En otros, como Texas, está prohibido que estos fármacos se envíen por correo. En Dakota del Sur, se aprobó una ley en marzo que la mujer que quiso abortarle que acudirá tiene tres citas médicas en persona. La norma está bloqueada en la corte, pero ha sido adelantada por la prohibición que entró en vigor para todos los abortos con la sentencia. Su gobernadora, la republicana Kristi Noem -estrella emergente del partido, incluso con algunas aspiraciones presidenciales-, aseguró que demostró un plan para evitar qu’el aborto con fármacos está practicado en su estado, donde se perseguirá a los médicos u organizaciones que los distribuyan . En estos estados con prohibiciones o restricciones, no se persigue a las mujeres, pero las consecuencias para quienes practican o facilitan los abortos pueden ser graves: en Misuri, hasta quince años de cárcel. Battle for delante Todavía es pronto para ver cómo se materializarán las prohibiciones y qué vías les quedarán a las mujeres que quieran abortar. Por delante habrá decenas de peleas legales entre estados a favor de la restricción de l’aborto, estados y organizaciones que buscan proteger su acceso y el Gobierno federal. Los tribunales -y, en última instancia, el Supremo- tendrán que definir la formulación definitiva de ese acceso, pero por el momento la Administración Biden ha asegurado que peleará para que las mujeres puedan recibir esas pastillas y que el aborto sea “ampliamente accesible” . El fiscal general, Merrick Garland, aseguró tras la sentencia que el Departamento de Justicia “trabajará con el resto de ramas del Gobierno federal para usar su autoridad legal en la protección y mostró del acceso a la salud reproductiva”, dijo en un comunicado en el que detalló que las pastillas abortivas están autorizadas por la FDA y que los estados no pueden prohibirlas “sobre la base de una inhabilitación con la decisión pericial de la FDA sober su seguridad y eficacia”. Una de las opciones que apunta a crecer es el envío de pastillas desde el extranjero. Aid Access, una organización con sede en Holanda, lo hace desde hace años con envíos a mujeres en estados con poco acceso a aborto. Con independencia de cuál sea la configuración legal definitiva, será mucho más difícil preguntar a médicos y entidades que envíen los fármacos desde el extranjero.