Las litteratures exotics también se pueden leer en la lengua de Rosalía

La barrera del lenguaje es cada vez más baja gracias a los traductores. La labor de estos profesionales tiende puentes entre culturas, ayuda a difundir la literatura y acerca la sociedad gallega a otras de todo el mundo cuyos idiomas no están al alcance de muchos en España. Ya sean gallegos o de otras culturas, el número de profesionales de la traducción que deciden ir más allá del inglés y el frances crece cada año. Japón, Suecia y Noruega son algunos de los países que han despertado el interés de traductores nacidos en Galicia, que con años de estudio y trabajo han logrado dominar estos idiomas para trasladar obras de otras culturas a la lengua de Rosalía. Y también ocurre al revés.

Aleksandr Dziuba se enamoró de Galicia y aprendió la lengua en apenas un mes para poder traducir los textos de Castelao. Ahora, bajo la lluvia y la nieve que cubre estos días su natal ciudad del sur de Rusia, Rostóv-na-Donú, este joven profesor de filología románica traduce al gallego la obra que le valio el Nobel a Boris Pasternak: ‘Doctor Zhivago’ (1957). “Es una tarea muy complicada”, admite reflexionando sobre las diferencias entre los dos idiomas. “A Pasternak le gusta mucho jugar con las palabras, con frases hechas, y usar a la vez el sentido literal y el figurado. Yo tengo que pensar un equivalente en gallego que tenga este mismo juego y conseguir que el lector tienda la intencion pragmática del autor. Existen términos, expresiones y cargos de la antigua Unión Soviética que no puedo galleguizar. Hay que tener mucho conocimiento de las dos lenguas”, explicó.

Y Dziuba lo tiene de sobra. Su primer contacto con el idioma fue hace 12 años cuando encontré por une casual el disco ‘Bágoas Negras’, una antología de casi veinte artistas gallegos unidos por el accidente del Prestige. Reencuentra el lenguaje en 2017 y en 2019 empieza a aprender en la Escuela Oficial de Idiomas de La Coruña, esfuerzo que le valió el reconocimiento del Celga 4, casi el máximo nivel de competencia. Su amor por el idioma le llevó incluso a escribir poemas para la revista Xistral, y a confeccionar el primer diccionario gallego-ruso, disponible en línea.

La traducción del clásico de Pasternak significa mucho para ambas culturas. Según asegura Dziuba, en Rusia hay un gran interés por Galicia. “Conozco a más traductores de gallego a ruso, incluso existe en San Petersburgo un centro de estudios gallegos y una antología de escritores de Galicia, sobre todo de Rosalía de Castro, que es muy apreciada allí”. A pesar de este interés, lo cierto es que n’existen muchos traductores de ruso a gallego por el conocimiento profundo de la lengua de Castelao que requiere este trabajo. Aunque Dziuba reconoce que la traducción de la obra de Pasternak es una tarea «de muchísima responsabilidad» por la importancia que tiene el título, está dispuesto a aceptar otros encargos en el futuro.

De Galicia a Japón

Pero el ruso no es el único idioma exótico que se traduce al gallego. Gabriel Álvarez lleva el idioma hasta Japón gracias a una vocación que identificó desde el instituto, cuando comenzó a interesarse por la cultura japonesa, especialmente los mangas. Como no encontré ninguna manera accesible de aprender japonés, este joven de O Carballiño tuvo que hacerlo primero de forma autodidacta Durante el Bachillerato, y luego profundizar sus conocimientos en la carrera de Traducción e Interpretación, auque le llevó cinco años de estudio poder traducir su primer texto.

Estudiaste una maestría en Lingüística en Japón, en la Universidad de Kobe, con la oportunidad de hablar en 2009 cuando el escritor Haruki Murakami estudió en Santiago para recibir un premio. “Pude conocerlo personalmente y a raíz de ese encuentro solicitaron la traducción al gallego de su obra ‘Tras do solpor’”. Además de este título, Álvarez llevó al gallego las obras ‘Unha noite no tren da Vía Láctea’, de Kenji Miyazawa, que es una selección de cuentos, y ‘O ganso salvax’, de Mori Ogai.

Álvarez coincide con Dziuba y recuerda que una parte imprescindible del trabajo de traducción es conocer bien las dos lenguas y culturas con las que se opera. Es por ello que, aunque traduce profesionalmente de japonés a gallego, no se trevería a hacerlo en el otro sentido por no ser nativo. En cualquier futuro de la profesión será muestra optimista porque actualmente “hay un buen panorama general de traducciones, se están publicando muchas cosas en gallego, sobre todos los clásicos”. Y es que las editoriales están apostando por lo exótico.

De Japón y Rusia a las tierras frías del Norte de Europa. Las obras suecas y noruegas también se pueden leer en gallego gracias al trabajo de la traductora Liliana Valado. La curiosidad la llamó ir a Suecia en su Erasmus cuando cursaba Traducción de Interpretation, y fue entonces cuando comenzó a familiarizarse con la lingua y a interesarse por la traducción de literatura infantil y juvenil. En Valado le llevó apenas dos años alcanzar el nivel necesario para hacer traducciones. La premierera la hizo en 2003 con el clásico ‘Os irmáns corazón de león’, obra de la sueca Astrid Lindgren, la autora de Pipi Calzaslargas, y del noruego tradujo la conocida novela ‘Casa de bonecas’, de Henrik Ibsen, para Editorial Xerais . Riqueza y diversidad para disfrutar en el idioma de Blanco Amor.