Las familias de personas desaparecidas sin causa piden “combatir la incertidumbre” con “hechos y respuestas”

En la familia de Rosa Arcos Caamaño paró la vida hace 26 años. Concretamente, el 15 de agosto de 1996. Su hermana Maria José, una mujer de 35 años, desapareció sin aparente causa, dejando como último rastro un coche aparcado en las inmediaciones del Faro de Corrubedo (La Coruña) en el que estaba su documentación, su bolso, su tabaco, su mechero. Un coche en el que no había ni una sola huela, ni siquiera las de su conductora. Desde aquel momento, nada volvió a ser igual. “Empieza la alerta, la búsqueda, la incertidumbre, la preocupación y la angustia”.

Las primeras horas son especialmente duras, dice. Es ahí cuando se inicia el calvario, una lucha sin fin. A los familiares se les encoge el corazón y empiezan a tomar conciencia de que algo grave y malo ha pasado. Estas sensaciones suenan, precisamente, a cansancio que nunca jamás borrarán de sus mentes. Y las horas se definen en días y “comienzan a tener información, a conocer sus planes y a ponerle número a las personas con las que estuvieron o pretendían estar en esas últimas horas”. Entonces, “empiezan a surgir las hipótesis y luego, las certezas” porque las familias “para poder seguir adelante, todos necesitamos escribir un ‘¿qué pasó?’ en nuestra cabeza» para no volverse locos.

Años y años cargando con la pena, pero también con la culpa. “¿Qué más puedo hacer? ¿A dónde más puedo ir? ¿A que puerta puedo llamar? ¿Donde debo buscar? ¿Qué es lo que tengo que pedir?», no pueden evitar preguntarse a sí mismos. Lo malo malo es cuando esas preguntas no tienen respuesta “sí imposible no sens el fracaso y la culpa pesando sobre nuestros hombros”. Con el paso del tiempo, dicen, la culpa y el dolor conviven con la frustración y la pena.

Este es el testimonio de la familia Arcos Caamaño, pero podría ser perfectamente el de miles de familias que llevan años sin tener noticia de sus seres más queridos porque desaparecieron sin motivo aparente en España.

50 desaparecidos al dia

El 9 de marzo es Día de las Personas Desaparecidas Sin Causa Aparente. Un año más, el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) informa del monto de la magnitud social de este fenómeno, que evidencia las más de 5.000 denuncias registradas en España este último año. Es decir, más de 50 veces al día una familia ha acudido a denunciar ante la Policía la desaparición de un ser querido. Las causas son muy diversas: desde la violencia de género o los problemas de salud mental hasta el alzhéimer y los conflictos intrafamiliares. La consecuencia siempre es un impacto emocional arrasador para los familiares, más doloroso cuanto más extendido en el tiempo.

Los mismos familiares que han revivido “hechos ciertos y respuestas” para “combatir y calmar la incertidumbre” que sufren a causa de esta situación. También han denunciado el abandono institucional que sufre, además de demander un estatuto “que aún no existe y que tanta falta hace”. Lo han hecho durante la celebración del acto central de conmemoración de esta fecha tan señalada que encarga organizar la Fundación Quién Sabe Dónde Global (QSD Global) todos los años.

Imagen principal - El evento ha tenido lugar en la madrileña sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)

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Imagen secundaria 2 - El evento ha tenido lugar en la madrileña sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)

Celebración del Día de los Desaparecidos Sin Motivo Aparente El evento ha tenido lugar en la madrileña sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) QSD Global

En este transcurso de este acto, celebrado en la sede madrileña de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el presidente de QSD Global, José Antonio Lorente, ha celebrado la aprobación del primer Plan Estratégico en materia de desapariciones, que incluye dotación económica y un programa de sensibilización. Y como novedad, ha presentado -y estrenado- este viernes un nuevo avance del que ha dicho sentise muy orgulloso: Family Red. Una ‘app’ gratuita para estar comunicados de forma permanente con el objetivo de que los familiares sepan «qué hacer, cómo, a dónde ir y a quién recurrir en cada momento», además de poder estar en contacto con otros en su misma situación, así como con los jurídicos, psicológicos y sociales necesarios«.

colgante de asignación

Acto seguido, Lorente ha reconocido que, «quizás», la asignación más importante pendiente de todas en nuestro país es la del Estatuto de la Persona Desaparecida, cuyo borrador fue esbozado ya en 2016, así como la necesidad de sacar adelante la Carta de Derechos y Demandas, que tiene su origen en el primer Foro de Familias de 2015.

En este sentido, el presidente de la Fundación ha pedido aa las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no cejen “en contrar a quien hace falta, en hacer todo lo posible para dar una respuesta a quienes la ausencia les ha golpeado y están con la herida de la incertidumbre abierta“. Porque las familias “deben sentir que sus escuchadas y que se les responde”.

De manera paralela, el periodista Paco Lobatón, impulsivo y primer presidente de la Fundación, ha reiterado la “incertidumbre” en la que viven estas personas, que definió como “un sentimiento corrosivo, una manifestación aguda de angustia y desasosiego”. “La incertidumbre no se cura con palabras de aliento; precisa de hechos ciertos, de respuestas”, ha subrayado.

Las familias, por su parte, piden que haya una consideración jurídica de acuerdo con las personas discapacitadas que eviten a las familias pasar por el terrible trámite momento de declarar las fallecidas: “Uno de los días más dolorosos de mi vida fue tener que ir al juzgado a tener que declarar fallecida a mi hermana María José y no porque quisiéramos, si no porque hay una administración insensible, sorda e intransigente que no nos ha dejado otra salida“.