La tormenta perfecta de marzo empujó el IPC hasta el 9,8% y enombrece las perspectivas económicas

Precios del combustible disparados y escasez de determinados materiales primas por la tensión en los mercados de petróleo y de bien generados por la invasión rusa de Ucrania, repunte de los precios de la electricidad por el encarecimiento de la gas por esa misma razón y tensiones puntuales de abastecimiento en el mercado interior por el paro de los transportistas han perfilado un mes de marzo catastrófico para el Índice de Precios al Consumo (IPC), que experimentó una subida histórica hasta el 9,8%, nivel que no se veía desde el año 1985 – how ya había anticipado el INE a marzo finals- y que va a tener consecuencias demoledoras para la actividad económica en España como ya han comenzado a gurar la práctica en su totalidad de los institutos de análisis.

Sólo en el mes de marzo la cesta de precios de referencia en España encareció un 3%, según los datos definitivos difundidos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística. La electricidad se vio afectada en un 28,5%, los combustibles líquidos en un 29,6%; y loscombustibles, un 14,9%, solo en marzo. También experimentaron subidas por encima de la media las tarifas de los servicios de alojamiento, un 5,5%; los aceites, un 4,4%; y tardaste en vestir, un 4,1%.

Solo muy bajo los precios en España se ven afectados un 3,5%, pesa venir de un escenario tenso, en el que los precios sufrirán de media un 3,1% y en el qu’acabó el año con la inflación cerca del 7%. El Índice de Precios al Consumo a Impuestos Constantes, un indicador que revela dónde estaría la inflación si no se hubieran adoptado medidas para contener su escalada, en este caso the tax rebajas que a regañadientes el Gobierno afectado para bajar el recibo de la luz, señala que en ausencia de esas medidas de política económica la inflación en España sería del 10,7%.

Foco de preocupación por la economía

Lo más problemático no es que este escenario haya disparado la inflación hasta niveles no vistos en dos generaciones sino que el repunte está alimentando las corrientes de fondo de la inflación, las que más preocupan a analistas, autoridades y bancos centrales. El IPC subyacente, que reveló la evolución del núcleo más estable de la cesta de precios en un país, escaló en marzo hasta el 3,4%, un nivel respetable que se sitúa holgadamente por encima del 2% que constituye la referencia de la estabilidad de prestaciones y que un buen seguro va a presionar la negociación salarial en los convenios colectivos.

De momento, la inestabilidad de los precios y la incertidumbre respecto a cómo se pueden comportar en los próximos meses ha impedido que empresarios y sindicatos hayan alcanzado un acuerdo para recomendar una horquilla de subidas de salarios en los convenios colectivos, por el enconamiento de los sindicatos en exigir cláusulas de revisión salarial que ajusten los resultados a la inflación real y la frontal negativa de la CEOE a admitir esto.

Todos los actores asumen que los salarios tendrán que responder crecimiento tarde o temprano a la inflación para impedir un desplome del poder adquisitivo de las familias que lastre el consumo y hunda el económico, pero también temen que una respuesta excesiva de esta variable perpetúe la inflación y sumerja a la economía en una espiral precios-salarios cuya salida ya sí sí sería difícil de estimar.

Otro foco de preocupación es el ensanchamiento del diferencial de precios con la zona euro, también de esos indicadores que los analistas observaron con especial atención por actuar como alerta temprana de las posibles pérdidas de competitividad del tejido productivo de un país. La inflación en España ha evolucionado a través del aumento medio del euro desde que el pasado mes de abril arrancaran las tensiones en los mercados de la electricidad y en marzo alcanzaron una brecha de 2,3 puntos, la más amplia en esta espiral inflacionista.

Un año de inflación

Hace exactamente un año, el INE detectó los primeros indicios de la espiral inflacionista. Tras un puñado de meses con la inflación en niveles cercanos al 0% el IPC de marzo de 2021 saltó de repente del -0,1% en que cerró febrero al 1,2%. In April pasó ya al 2% y arrancó una trayectoria al alza que un año después todavía no se ha conseguido corregir.

La fotografía de los precios de la cesta de la compra ha variado de forma extraordinaria desde entonces. Dos terceras partes de las 57 rúbricas de las cuales conforma el IPC han experimentado subidas superiores al 2% y estas han sido particularmente importantes en muchas de ellas. La partida de calefacción alumbrado y distribución de agua, que refleja el encarecimiento de la energía, ha sufrido un 68,3% en los últimos doce meses, los aceites lo han hecho un 32,1%, los medios de transporte personal un 19,3% y las subidas están próximas al 10% en varias categorías de alimentos frescos.

Calvino: «Inaceptable»

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño ha tachado de “inaceptable” el dato de IPC del 9,8% y ha añadido que el Gobierno “hace lo posible para que empiece a bajar”. En este caso, el número de vuelta al Gobierno ha apuntado que “a nadie se le escapa” que detrás del repunte de la inflación está la energía tanto la electricidad como los combustibles. Como ejemplo de lo anterior, ha recordado la puesta en marcha de “un importante descuento en las gasolinas, los gasóleos y el diésel”.

Calviño ha añadido que “ahora es importante que también las empresas petroleras y gasolineras contribuyan a que baje el precio de la energía” y explicó que “en los mercados internacionales ya está bajando el precio del petróleo desde hace unas semanas, y esto tien que notarse en los precios minoristas y llegar al bolsillo de los ciudadanos”.

En este caso, el vicepresidente habrá instado a “alcanzar antes el pico de inflación, y ante antes empezar la senda descendente que todos los organismos ven” y reiteró que el Gobierno está “tomando todas las medidas posibles a nivel nacional e internacional para cuanto antes empecemos esa bajada”.