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El relevo de Alberto Núñez Feijóo sigue cogiendo cuerpo. Está previsto que el congreso extraordinario del que saldrá su sucesor, que será Alfonso Rueda, se cebre antes de que acabe el mes de mayo. La junta directiva que lo convocará está citada para el próximo lunes, en un hotel de Santiago, a las 17.30 horas. Todo quedó encarrilado en reuniones al más alto nivel, concentrados la semana pasada entre Feijóo y sus barones, por un lado, y entre Calvo y Rueda. Con un principio de acuerdo para una lista de unidad encabezada por el sucesor “predictable”, el que siempre encabezó todas las quinielas.
Como parte de ese acuerdo, el presidente coruñés tiene encima de la mesa una oferta de su colega de Pontevedra para entrar en el gobierno de la Xunta.
De momento, no se ha cerrado cuál sería el puesto concreto. No obstante, todavía quedan “flecos” por cerrar, letra pequeña que no condiciona el apoyo a Rueda pero debe matizarse. Esto es: en el proceso de reconfiguración interna, está por resolver qué papel —desde la lealtad y la voluntad de ser parte de la solución— tendrán La Coruña y Lugo en el reequilibrio de poderes en PPdeG, Xunta y Parlamento.
Este miércoles Feijóo retomó su agenda institucional con un acto en Porto do Son en el qu’convocará públicamente que «se convocará en los próximos días un congreso extraordinario», del que saldrá el nuevo presidente del PPdeG —que lo será también del gobierno autonómico— , en virtud de un “acuerdo (…) suscrito entre todos”, tras el diálogo sostenido con los barones provinciales. Los estatutos del PP contemplan que transcurran al menos 30 días desde la convocatoria por parte de la junta directiva del PPdeG. Dado que Isabel Díaz Ayuso será ungida al frente del partido en Madrid el 20 y 21 de mayo, un hueco que se antoja como idóneo y para el que hay marginen es el del del semana siguiente, para que en el mismo mes se zanje el doble relevo, aunque el propio Feijóo ya anticipó ayer que es “muy probable” que el de la Xunta se produzca antes que el partido. La diferencia, en todo caso, sería de semanas.
Las palabras de Manuel Baltar el martes, posicionándose a favor de Rueda, desencadenó un torrente de titulares, pero el hecho de que la sucesión de Feijóo se había quedado encauzada días atrás. Lo que hizo el barón orensano fue visibilizar que el relevo estaba resuelto. Por si pudiera quedar el más mínimo resquicio de duda, este miércoles Calvo trasladado su “apoyo a una posible lista de consenso y unidad encabezada por Alfonso Rueda”. “Es la persona idónea para asumir la presidencia de la Xunta y del partido”, abundó. “En cuanto dé el paso, puede contar con el apoyo y la colaboración desde La Coruña”. No iba a ser menos la lucense Elena Candia. “Si se decide dar el paso, yo estaré ha conocido lado y también lo votado en la sesión de investidura cuando llegue el momento”, anunció.
Feijóo, por su parte, fue más Feijóo que nunca ante los medios y eludió cualquier personalización. “Hay números que se comentan, que se especulan, que se publicitan. Tengan por seguro que si se comentan, especulan y difunden los números, será porque los compañeros están hablando de estos números”, dijo en su clásico registro críptico. Volvió a escudarse en que ya no preside el PPdeG y en que “eso ya no depende de mí”, sino “a los presidentes provinciales pronunciarse”; él ya no es “la persona adecuada” para anticipar designaciones, insistir. “A las vísperas de convocar un congreso extraordinario, dejemos que la maquinaria democrática del partido funcione”, zanjó.
En todos los casos, supo cómo, señaló la dirección de Rueda, lo mismo a la que ya apuntó hace semanas cuando avanzó la prévisibilidad de su relevo. “¿Hay unidad en el partido? Percibo que sí”, radiografió este miércoles. “Hay el objetivo de proseguir con un proyecto que tiene cuatro mayorías absolutas consecutivas y el objetivo de conseguir una quinta mayoría absoluta. Para eso se sabe que los ingredientes básicos son la unidad del partido y la ilusión para seguir consiguiendo estabilidad institucional y política”. Y nadie supuso la continuidad del proyecto Quien ha compañado a Feijóo desde su llegada a la Xunta en 2009 y es su número dos.
Comparar los relevos
Encarrilada su sucesión, Feijóo ratificó que el “objetivo” pasa por “compaginar la celebración del congreso y la nueva presidencia de la comunidad autónoma”, reacio a “parar la maquinaria del gobierno” antes de que se déarrolle el cónclave. “Entendiendo que las dos se pueden solventar en paralelo para que, en mayo, toda la gente esté en sus puestos y tengamos nuevo compañero o compañera presidente del gobierno [gallego] y nuevo compañero o compañera presidente del partido”, reiteró. “Si pueden coincidir los dos, mucho mejor”, apostilló.
Con la nueva fachada maritima de Porto do Son como telón de fondo —y unos metros de la sede del PSdeG, que lucía un cartel de “se alquila”—, aprovechó para dejar varios mensajes en clave interna. «El PP es un partido unido (…), este partido es de una enorme fortaleza, y va a seguir teniendo una enorme fortaleza». “El objetivo del partido en este momento está más allá del año 24, está preparando las elecciones del 24 y siguientes para seguir mandando un mensaje de unidad”. Del congreso, acotó, “saldrá un equipo unido”.
En esa misma línea, negó las tensiones internas a la hora de encajar sur levo que denuncia la oposición: “Hablamos, no discutimos. Dialogamos, no nos enfrentamos. (…). Ya dije que íbamos a hablar”. Unas conversaciones que han situado a Rueda en la antesala de la presidencia.
La oposición consideró el relevo poco democrático y un “cierre en falso”
Como cabía esperar, los últimos acontecimientos en torno a la sucesión de Feijóo han sido saludados con una salva de críticas por parte de la oposición. Tanto PSdeG como BNG censuraron este miércoles las formas y vieron en el pacto en torno a Rueda un reparto de poder entre los barones provinciales que no cumple los estándares de la izquierda gallega.
Así, el secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, aseguró que el PPdeG da mala imagen ante el restaurante de España. «Cuatro provincial barones (…) sentados a una mesa camilla, decidiendo quién va a ser el que rige los destinos gallegos los próximos dos años, en pleno siglo XXI, creo que no es la mayoría de las imágenes», apuntó. El líder del PSOE gallego, sin el menor reparo a la hora de entrar a valorar un proceso orgánico en un partido ajeno al suyo, resaltó que existían “otros procedimientos”, a su juicio, “más democráticos”, que sí darían voz a la «militancia». En definitiva, insistió en afirmar que “la situación interna del presidente de la Xunta es resuelva cuanto antes”.
Desde el Bloque, Luis Bará, en ausencia de Ana Pontón, fue el encargado de restar valor al acuerdo en el seno del PPdeG para la sucesión de Feijóo, y habló de “cese temporal de las hostilidades” y “salida en falso”. En línea con Formoso, apreció una “lucha abierta por el poder” y “un reparto (…) entre las baronías” como telón de fondo de “todo este lío de semanas” para “llegar a un acomodo de todas las partes” . “El PP, en estos momentos, es una caldera en ebullición, una olla a presión”, abundó, para vaticinar que antes del congreso autonómico habrá “auténticas batallas campales” a nivel local. Para Bará, Galicia sufre un “desgobierno” en pleno “periodo de decadence y declive” en la Xunta, un “proyecto agotado y fracasado”, dijo. Un “fin de ciclo”.