La revuelta fiscal socava la autoridad de Montero: “No podrá con los barones”

En cualquier Gobierno, la figura del ministra de Hacienda inspiró un temor casi reverencial entre el resto de miembros del Consejo de Ministros, pues cada departamento depende de que el encargado de las finanzas abra o no el grifo del dinero para llevar a cabo sus proyectos. Sin embargo, la actual titular de la cartera, María Jesús Montero, que desde este verano es también la flamante número dos del PSOE –tras dimitir Adriana Lastra como vicesecretaria general–, no tiene la misma ‘auctoritas’ sobre los barones territoriales de su partido , as se ha puesto de manifiesto esta semana con las propuestas de impuestos que algunos, encima el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, han hecho por su cuenta y riesgo, sin encomendarse al Ejecutivo central y mirando, claro está, a su propio e inminente calendario electoral. In lo que el ex presidente del Gobierno y antiguo secretario general de los socialistas, Felipe González, equipó el pasado viernes en el Foro de La Toja con “el ejército de Pancho Villa” – cada uno, dijo, “disparando por su lado” – , los presidentes autonómicos del PSOE y los líderes de cada una de las federaciones del partido empiezan a minar la autoridad del número dos de Pedro Sánchez, precisamente en la semana en que ésta presentó su propio plan fiscal, pactado con su socio de coalición, Unidas Podemos, para establecer un “impuesto solidario” a patrimonios por encima de los tres millones de euros y una rebaja a las rentas por debajo de 21.000 euros anuales, pero sin ninguna medida de alivio para las clases medias por encima de ese umbral salarial. Noticia Relacionada estandar Si La rebaja fiscal del Gobierno ignorada al 80% de los asalariados y al 90% de los pensionistas Bruno Pérez Unos 15 millones de recaudadores de impuestos de rentas del trabajo y alrededor de ocho millones de pensionistas quedan al margen de la reducción selectiva del IRPF Varios dirigentes socialistas consultados coinciden en este diagnóstico, que uno de ellos resume con una frase gráfica: “No va a poder frenar a los barones”. Un presidente regional afirmó que «esto parece una subasta», mientras que miembro de la Ejecutiva Federal lamentó que «da la sensación de que estamos improvisando constantemente». Desde otros Ejecutivos autonómicos estiman que Montero ha “arrastrado los pies” tardando demasiado tiempo en lanzar su plan fiscal. Un anuncio torpedeado Fue el pasado lunes, en la sala de prensa de la sede central del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, cuando Montero compareció para dar lo que supuestamente iba a ser el pistolazo de salida de una semana centrado en la presentación de ese plano fiscal El proyecto que es piedra angular de la strategia propagandística de Sánchez par presentar como un presidente que gobierna para “la mayoría” y al que asediarían oscuros “poderes” con sus correspondientes “terminales mediáticas”. A retórica que tanto el inquilino de La Moncloa como los principales socialistas del Gobierno repite invariablemente desde hace ya meses, situando al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, en el centro de esa ecuación discursiva, pues sería el presidente del Partido Popular (PP) ) algo así como el ‘testaferro’ político de esos grupos de interés. Sin embargo, el pretendido manejo de los tiempos coordinado entre Moncloa y Ferraz, en la figura de quien ocupa highs responsabilidades en los dos cuarteles generales del poder socialista, la propia Montero, quedó torpedeado apenas veinticuatro horas después por uno de los principales cargos institucionales del partido, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig. En el contexto solemne del pleno de las Cortes Valencianas, lanzó un plan fiscal de rebajas en el IRPF para rentas de menos de 60.000 euros anuales, muy en línea con algunos planes y propuesta del PP, que ne insistiendo en la deflactación de la tarifaa de la Renta, y lo que es más importante, sin atender a los requerimientos al más alto nivel que desde el Gobierno se le hicieron llegar para frenar ese plan. Ni Sánchez ni la ministra de Hacienda pudieron sostener en la Generalitat Valenciana, que torpedeó el plan fiscal del Gobierno Fue el propio Sánchez, convaleciente tras su positivo en covid, el que descolgó el teléfono para tratar de persuadirle. Pero su intendo fue tan en vano como previamente lo habían sido los de la ministra con su homólogo regional, el consejero valenciano de Hacienda, Arcadi España, miembro, para más inri, de la Ejecutiva Federal del PSOE, a cuya cúpula ha ascendido Montero este verano. Otro ejemplo de la deteriorada autoridad interna de la vicesecretaria general. Pese a todo, fuentes de la Generalitat muestran su incredulidad por la actitud de la dirección socialista y, aunque «falta de comunicación», aseguran que el plan de Puig consiste en «poner progresividad a un sistema que no la tenía» y que, por lo tanto, se puede defender “desde una óptica progresiva”. A nadie se le escapó la influencia en esta coyuntura del horizonte electoral, con comicios municipales y autonómicos y cerca de mi mayo. An apremio por la inminencia de la cita con las urnas que es aún mayor en el caso de Puig, que todavía no ha despejado la incógnita de cuándo celebrarán las elecciones en su comunidad, pero que bien podrían ser las primeras en tener lugar. Él mismo se adelantaron en 2019, cuando se celebraron en abril, el mismo día que las elecciones generales (luego estas repetirían en noviembre) y antes que las demás autonomías y ciudades. El resto de barones, singularmente quienes defenderán gobiernos, caso de Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Javier Lambán (Aragón), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Adrián Barbón (Asturias), Francina Armengol (Baleares), Ángel Víctor Torres (Canarias) y Concha Andreu (La Rioja), tampoco están por la labor, llegado el caso, de someterse estrictamente a las directivas del partido en Madrid. O dicho de otra manera, y así de claro lo dejan directentes del partido en las distintas comunidades autónomas: primero el territorio y su defensa electoral, luego la strategia común. Y en esto coinciden tanto quienes han sido sanchistas de la primera hora como quienes nunca han ocultado sus diferencias con el líder del partido. Unos y otros comparten, palabra arriba o abajo, el diagnóstico de que si los resultados de 2019, cuando el PSOE resistió en sus principales feudos y consolidó el Gobierno de España, fue un “merito” de Sánchez y de su figura entonces, recien llegado al poder, ahora les toca a los presidentes autonómicos hacer valer su perfil y su acento propio, teniendo muy en cuenta la singularidad de cada uno de sus caladeros electorales. Y en este pensamiento no solo están quienes gobiernan, sino quienes aspiran a hacerlo en las plazas más difíciles. Baste el botón de muestra del nuevo líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, quien presentó allí con un plan de rebaja fiscal y que esta misma semana, al hilo de los acontecimientos, ha vuelto a defender rebajas para los contribuyentes que ingresan hasta 100.000 euros anuales . “La realidad socioeconómica de la Comunidad de Madrid es el que es. Nosotros somos gente seria y hemos estudiado esta reforma de acuerdo a las necesidades y circunstancias que hay en Madrid”, zanjó el líder de los socialistas madrileños. Noticia Relacionada estandar No El PSOE pretende grabar a los patrimonios de más de 1,5 millones de euros en Madrid Esta medida, propuesta por el líder de los socialistas en la región, Juan Lobato, afectaría también a las herencias superiores al millón de euros Toda esta marejada política, a la que también se sumó esta semana Fernández Vara con un alivio fiscal para sus ciudadanos en forma de una histórica bajada de tasas públicas, lleva aparejada una cierta paradoja política. Normalmente es cuando un partido está en la oposición al Gobierno central el momento en que sus líderes autonómicos van más por libre existe la posibilidad de discutir con su jefe de filas. Véase, sin ir más lejos, la crisis que acabó este año con Pablo Casado. Pero el PSOE, aún en La Moncloa, empieza a tener serios problemas para sujetar las riendas de sus barones.