«La presidenta nunca ha pedido adherencias inquebrantables»

Por su parte, a las diez de la mañana, Isabel Díaz Ayuso entró en la sala del Consejo de Gobierno, bajo el reloj de la Puerta del Sol, para reunirse con sus nueve consejeros. Como cada miércoles. Pero no era ningún miércoles: este llegó tras un fin de semana infernal y apenas una hora después de que el presidente nacional de su partido, Pablo Casado, despidiera públicamente de su papel de jefe de la oposición en el Congreso de los Diputados.

Ayuso no lo escuchó; a la misma hora encontré en un provechoso encuentro con los organizadores del Primavera Sound, que en 2023 tendrá parada en Madrid. Pero a pesar del ruido de fondo, el encuentro de ayer con su gabinete se desarrolló en un ambiente “tranquilo”, sin tensión aparente entre los miembros que lo componen –los consejeros, Díaz Ayuso y el secretario general del Consejo de Gobierno-.

Eso sí, el monotema de los últimos días –en especial entre políticos populares– salió a relucir, y se realizaron comentarios sobre los titulares del día y la intervención postrera de Casado.

Pero “no hay tensión dentro”, aseguran distintas fuentes consultadas por ABC, para sopesar la tremenda batalla que han tenido como aspirantes a la cúpula nacional del PP, por un lado, y a la presidenta madrileña y su equipo más cercano, por otro. Y de que ambos bandos contaban con peones en el equipo de Díaz Ayuso.

triste silencio

Portavoces de éste aseguran que no hay ninguna intención de saldar cuentas con nadie: “la presidenta nunca ha pedido adhesiones inquebrantables”, dicen. Ante las voces que anticipan una remodelación de Gobierno en unos meses que aparte a los más tibios con Ayuso en estos días de frenesí interno, en Sol indican que «ella no tiene la cabeza en nada que no sea dar estabilidad a la Comunidad de Madrid y recuperar la imagen de prestigio que tenía y que ha querido destruir”. Destacan que tiene “absoluta tranquilidad” en el plano jurídico, y recuerdan que “lleva ya unas 18 causas en su contra archivadas” en los últimos tiempos.

La presidenta madrileña, tan en el foco en las últimas jornadas, optó ayer por un discreto segundo plano. Sólo se la vio a las doce del mediodía, en el minuto de silencio en memoria de los pescadores españoles desaparecidos en Terranova. Un acto a las puertas de la Real Casa de Correos, al que asistió de riguroso negro y rodeado de todos sus consejeros. Hay un ineludible rictus de tristeza en la mirada, que ni los gritos de apoyo del público congregado a esa hora en la Puerta del Sol consiguen borrar.

Hoy, la presidenta madrileña viaja a la isla de La Palma, donde estará presente por la tarde en un homenaje a los palmeros que presiden los Reyes. Y mañana viernes participó en la conferencia de presidentes autonómicos, junto a sus homónimos de otras comunidades y presidida por Pedro Sánchez. El presidente lo plantará sobre las cuestiones que el tiempo requerirá: reparto justo de los Fondos Europeos, una correcta financiación autonómica, y rechazo a la armonización fiscal prevista.