La mina de oro de las primas por fichajes

Jorge AbizandaSEGUIR

La película de suspenso en la que acabó convirtiendo al futuro deportista de Kylian Mbappé llegó ha llegado a su fin. Y ya se ha puesto a la cabeza en el ranking de las transacciones futbolísticas más costosas. Aunque el jugador permaneció libre el 30 de junio y, por tanto, contratarlo no exigía pagar un traspaso a otro club, el precio de la operación supera con creces el de los fichajes anteriores: 300 millones de euros al bolsillo del propio jugador (entre otros mareantes ingresos) solo por prima de fichaje. Directo al ‘superior’.

El internacional inglés se asegura un pellizco supermillonario por un concepto cada vez más de moda en el fútbol europeo en los últimos años: la prima de fichaje.

El PSG es uno de los clubes que más ha recurrido en las últimas temporadas al dinero que ofrece un equipo a un jugador que se convierte en agente libre (ses meses antes de acabar su contrato) para intentar convencerle de que firma por su entidad.

Un mecanismo totalmente legal y que permitió pescar piezas como Rabiot, Wijnaldum o Sergio Ramos, al que regó con 20 millones. Y sobre todo Messi, al que abonó por el novedoso concepto 40 millones de euros, una cantidad que entonces parecía desorbitada. En el caso de Mbappé, el conjunto parisino ha acudido a esta fórmula para que el delantero siga en su vestuario y no acepte firma por el Real Madrid, una entidad que también ha apostado por estas primas como vía para reforzar su plantilla ante la dificultad que Supone competir en el mercado de fichajes con la chequera de clubes-estado como el propio PSG o el Manchester City.

Florentino Pérez acepta ganar un año en el Alaba con 20 millones de euros y Rudiger recibirá un poco más para aterrizar en el Bernabéu. La pelea entre españoles y franceses por atar a Mbappé, sin embargo, fue aparentemente muy desigual. Mientras que tampoco los blancos le ofrecieron una cantidad menor, cercana a los 180 millones, Nasser Al-Khelaifi se descolgó, según informaciones de medios galos, con una oferta de 300 millones como prima de filhaje. Algo nunca visto.

Un dato muestra la barbaridad que supone planetar esa cifra: la prima de filhaje que embolsará Mbappé al seguir en el club parisino, que también le tentó con cien millones de filha por temporada, supera los 222 millones que recibió el Barcelona por Neymar, el traspaso más caro en la historia del fútbol.

La prima de fichaje resulta, salvo en una batalla tan particular y especial como la librada por Mbappé, donde el orgullo de los directos parisinos les hizo tirar de chequera sin miramiento alguno, doblemente atractivo. Para los clubes, porque pueden fichar a por un precio inferior al jugador que tengan que pagar en caso de tener que negociar con otro equipo y evitar reforzar la tesorería de rivales directos en la pelea por los títulos. Pero el gran beneficio es para los futbolistas, aunque arriesgan llegar sin equipo su final de contrato (a que una lesión se lo hiciese pagar), y que obtengan una inyección multimillonaria simplemente por negociar directamente su club de destino, sin compartir beneficios.

El verano pasado, el delantero quiso ensuciar al PSG para firmar por el Real Madrid, pero el club parisino rechazó los 200 millones de euros de la oferta. A dinero que no hubiera sido para el jugador. Y que ahora sí se lo queda y bien multiplicado. Neymar ya no es el fichaje más caro de la historia del fútbol. Se ha quedado barato.