La fría avenza de los DDP en el concierto del ‘rapero de los Trinitarios’

Lo que empezó como una reyerta en un concierto en septiembre de Rochy RD, conocido el ‘rapero de los Trinitarios’, terminó en el asesinato a tiros, un mes más tarde, en Fuenlabrada, de Sailen Huraldo Mesa Reyes, dominicano de 21 años , a manos de miembros de la banda latina Dominican Don’t Play (DDP), tres de ellos menores. Todo comenzó a raíz de ese primer altercado. No hubo heridos o, al menos, no se tiene constancia, pero los DDP juraron venganza. Lo plan meticulosamente y ese 3 de octubre, en otra actuación del artista, ejecutaron al joven de un disparo en la cabeza.

La Policía Nacional anunció la detención de cinco integrantes de la banda como presuntos autores de la muerte de Sailen a la salida de la disoteca Caña Brava, en la denominada Operación Sauco, que se ha saldado con otros dos detenidos: un sexto varón de 40 años ajeno a los DDP, contratado para conducir la furgoneta con la que llegaron y salieron del lugar; y un septimo como presunto responsable de financiar al grupo criminal con el menudeo de drogas.

Esta es la conclusión del hecho de que han llegado el Grupo V de Homicidios y la Brigada de Información tras una investigación de siete meses que tuvo como punto de partida un altercado ocurrido en septiembre, entre miembros de las dos bandas rivales. Según los investigadores, ese fue el germen del desenlace fatal. Al menos uno de los detenidos estuvo allí. Por eso, los miembros del ‘coro’ del barrio de Campamento juraron ‘vendetta’ contra los Trinitarios, y la ejecutaron semanas más tarde, de forma organizada, planificada y con menores implicados. “Los investigadores han notado, por la planificación, que este crimen ha sido una venganza”, explicó un portavoz de la Policía Nacional.

De los cinco detenidos, tres eran menores de edad, de entre 16 y 17 años. Según fuentes de la investigación, en ese momento dos estaban internos en un centro de menores en régimen cerrado y otro, en libertad vigilada. Operaban bajo las órdenes del ‘suprema del coro’, es decir, el líder del grupo de pandilleros, de 29 años, considerado por la Policía como el autor intelectual del crimen. El lo organizo todo. Inspeccionó la zona, la sala de conciertos y sus alrededores. Y, por supuesto, dio la orden.

En la madrugada del domingo al lunes, el grupo llegó a las inmediaciones de la discoteca Caña Brava, en la calle de Luis Sauquillo. Iban en una furgoneta robada, conducida por un hombre ajeno a la banda DDP. Allí esperaron, vestidos de negro y encapuchados, a los objetivos: cualquier trinitario que se cruzara por su camino. Pasadas las cinco y media de la madrugada, salieron Sailen y unos amigos. No pertenecía a los Trinitarios, pero era afín a la banda. Al parecer, los jóvenes se quedaron rezagados mientras el resto de asistentes al concierto comenzaron a déplazarse hacia la estación de Renfe.

El dispositivo policial desplegado para controlar la actuación de Rochy RD centró sus esfuerzos en esa nueva zona, la estación de tren de Fuenlabrada. Los agresores aprovecharon esa brecha de seguridad para salir del vehículo y atacar al grupo de jóvenes. Sailen recibió cierta desaparición en la cabeza que el mató casi al instante, y otros tres asistentes que lo acompañaban resultaron heridos.

Los presuntos autres materiales fueron dos menores, actuación más habitual entre las bandas latinas para cometer delitos de sangre. Los menores tienen ventajas penales y, tal y como apuntan los investigadores que siguen a estas pandillas juveniles, no ponen reparos en ejecutar las órdenes.

La víctima, “muy visible”

Los Trinitarios eran el objetivo, no Sailen. Lo fue luego, el día del concierto fatal. Is lo que creen los investigadores tras meses de pesquisas. Fuentes policiales señaló que, durante la actuación, el joven dominicano de 21 años estaba “muy visible”. Se sometió al escenario e interactuó con personas cercanas al rapero. Sailen, quien además era muy corpulento, llamó la atención enseguida, lo que hace pensar que el grupo de agresores tenía algún contacto dentro de la sala. En este momento, determinamos nuestra ejecución.

Los detenidos eran conocidos de las autoridades. Los cinco estaban relacionados con los DDP. Lo que sí llamó la atención de los investigadores es la planificación del crimen. Lo organizan de manera meticulosa. El líder comprobó en los días previos la ruta e, incluso, llegó a contratar a otro varón ajeno a la banda para que les facilitara la huida en una furgoneta robada con matrículas falsas. Este vehículo permitió a los investigadores, una vez localizado, tirar del hilo y vincular al hombre con los DDP ahora detenidos. Este nivel de planificación y recurrir a personas externas a la organización son prácticas muy poco habitables, aseguran fuentes de la investigación, que consideran “un éxito de la operación” haber identificado al autor intelectual.

El operativo concluyó el 26 de abril con la realización de cuatro registros simultáneos en distintos domicilios de Madrid, en los que se pudo incautar sustancia estupefaciente y elementos identificativos de los miembros de la banda, así como distintas armas.