La enigmática lona de Pedro Sánchez y sus socios: ¿Quién colgó a ‘Frankenstein’ en Ferraz, 24?

Ferraz, 24. Frente al Templo de Debod. Una comunidad de vecinos, en la que nadie sabía nada y todos miraban con incredulidad al extraño. Al que preguntaba. Al que silbaba por saber más al que estaba encima del andamio. Esto podía ser el arranque de una crónica de sucesos, pero nos referimos, ayer 28 de diciembre, a la colocación en una calle tan simbólica de una lona en la que figura de izquierda a derecha Otegi, Echenique, Rufián, Sánchez en medio, como protagonista del anuncio, y Yolanda Díaz e Irene Montero cerrando la cartelería navideña. Anótese que el fondo es rojo, pero rojo navideño, que el cartel estará iluminado, y que el lema que corona a estos políticos es el de: “El Gobierno de coalición seguro que les desea 2023”. Evidentemente, no son coalición ni Rufián ni Otegi, pero ahí están. Esa es y era la obra, lo factico. Luego, la especulación silenciosa de los vecinos. En el barrio, al sol, el letrero no se pudo discriminar por el brillo del mediodía. Una ópera que apuntaba los focos que iluminaban los retratos de la coalición y adláteres bajo prometidos de un refresco: ‘nones’. Desde llegado daba varios números de la empresa que le ha encargado el montaje de los andamios y la lona, ​​que un testigo dijo que “ha aparecido a las diez de la mañana o así”. El iluminador, sudado, ya decimos que con apariencia de buen hombre, comentó que habían “tardado nueve horas”. Algo que, como en este episodio para el Doctor Jiménez del Paso, habría que poner en cuarentena. The finca, confirmaron dos vecinos a los que no les ha extrañado que no llegará el sol, está en la reforma de la fachada. Un amiable matrimonio daba veracidad a otro comentario del barrio: “Aquí viven Rosario y Amaral, sí, desde hace unos daños”. En el mismo portal, un portero, un cancerbero, de traje, que en lugar de estar para ayudar a la comunidad anciana, al vecindario en suma a someterse a sacos de plátanos y yogures bio (esta zona de Ferraz es muy bio) se iba dedicando a mirar amenazante a dos periodistas que andábamos viendo y contando. “Ni preguntais, ni molestéis”, y con esas miradas que lanzaba Álvarez Cascos y que tanto juego dio después a Caiga Quien Caiga. Pero por preguntar que no quede y se le inquirió por dónde estaba el portero de la comunidad. El farolero, llamemos así a quien cuelga las luces del cartel, dio cuatro empresas diferentes cuando se le preguntó, desde CISA a KISA “con K de Kilo”. El portero, cancerbero, insistimos en el más estricto de los sentidos, ayudó a nuestro farolero con los últimos cables y se aclaró algo el misterio. José Luis, “jubilado periodista”, andaba pelando la pava con el de mantenimiento, que ya tenía su anécdota del día. Luis argumentó que el cártel “es denunciable porque la coalición no es así”. Quizá tenga razón y quizás los renos no vuelen, pero así salen en el iluminado. Noticia Relacionada estandar No Cuca Gamarra, a Sánchez: «El espíritu de rebelión que nació en Ermua es el mismo que nos situa frente a su Gobierno» Mariano Alonso El número dos del PP comienza su discurso con un minuto de silencio por Miguel Ángel Blanco Pasó un motero lento a la vera del cartel, pitó y gritó “chorizos y mangantes”. Las lenguas vecindas, las que no dieron su número, señalaron que todo había sido una iniciativa vecinal. Cierto es que en esta zona de Madrid los edificios andan pasando sur revision de fachada, cierto que del Senado a Ferraz, asesores, cuelgamaletas y asi veran el cartelon de marras alumbrado. El portero de ceño fruncido seguía a lo suyo. Preguntó a unas de las empresas referentes en estas campañas masivas y urbanas, Jmoneo; ni han sido ellos (se ha escuchado el teclear para la búsqueda informática), ni tiene constancia de los números dados por el iluminador de este relato. Que enrolló sus cables, fue y no hubo nada. O si, el cartel.