la clave para ir por delante del Covid y las fermedades infecciosas

Es difícil de escuchar como conflictivamente conflictivo, pero creo que es imposible de escuchar después de vivir vívidamente con la pandemia de Covid-19. Mientras en África pretendan desarrollar una vacuna propia frente al SARSCoV2, los países más prósperos hemos acumulado suficiente poder de strucción para aniquilar cien veces a la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta.

Esta pandemia nos ha puesto a todos al límite, nos ha cuestionado como individuos, ha eliminado todos nuestros cimientos y ha demostrado que la salud global est algo más que un concepto utópico. En el caso de nuestro país, que presumía de tener uno de los mjores sistemas sanitarios del mundo, la pandemia ha conseguido que se nos vean todas las costuras.

Hemos descubierto que nuestro sistema de salud es frágil, y que si nuestra preparación no es lo suficientemente adecuada, sufrimos una pandemia cercana.

Yo tuve que marcharme tres años tiene un hospital en Estados Unidos para poder hacer la especialidad de enfermedades infecciosas porque paradójicamente no existe en España. Una palabra que emplean mucho allí y que ronda mi cabeza desde el final de la primera ola es preparación. Su traducción literal es preparación. Pero aplicado a la pandemia, sería el conjunto de acciones basado en lo ocurrido que se ponen en marcha para evitar los resultados negativos que pudieran surgir en una futura pandemia. Cuando hemos superado cada ola nos hemos centrado en recortar las medidas que se han aplicado, pensando que ya había pasado lo peor. Y constantemente nuestros hemos olvidado de los preparativos de verdad para la siguiente ola. En este momento, estamos ante un claro punto de inflexión, a pesar de que seguimos sin distribuir con equidad las vacunas.

Creo que a todos se nos han ocurrido muchas necesidades. Entre otras cosas, deberíamos estar ya trabajando en: fortalecer la atención primaria, en mejorar las infraestructuras hospitalarias, en plantarnos para que haya hospitales de pandemias, en dotar mejor a nuestras UCI, en capacitar el suficiente personal sanitario para adecuarlo a las posibles necesidades , mejorando las condiciones laborales de salud personal, trabajando en relevo generacional, invirtiendo sin remilgos en investigación, y pensándolo en la creación de especializaciones imprescindibles como urgencias y emergencias o encerradas infecciosas.

La malaria mató a un millón de personas al año. La tuberculosis existe desde nuevos milenios y continúa en una playa en muchas regiones del mundo. Hoy en día no tenemos tratamiento efectivo contra el ébola. La Peste Negra cayó sobre Europa desde la India en 1348, matando a más de 25 millones de personas. El virus de la gripe A infectó a 1.000 millones de personas en 1918. Pero las fermedades infecciosas no son historias del pasado. Aproximadamente el 20% de los pacientes que ingresan en hospitales nuevos (excluyendo Covid-19) lo hacen debido a una infección, y un 10% de los pacientes que ingresan por otras causas acabará con una infección durante el ingreso.

Además, en los últimos años ha producido un claro aumento de otras infecciones. Las asociadas con los dispositivos biomédicos (prótesis, catéteres, …), cansado de los pacientes con cáncer que son sometidos a tratamientos que les inmunosuprimen, las que ocurren en pacientes trasplantados, las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el SIDA, las importadas como consecuencia de los viajes internacionales, o las enfermedades emergentes y desatendidas. Asimismo, el uso abusivo de antibióticos ha propiciado que estas infecciones sean causadas por microorganismos cada vez más resistentes lo cual probablemente su tratamiento.

Las fermedades infecciosas constituyen un área de conocimiento transversal que incluye atención primaria, urgencias, hospitalización médico-quirúrgica y la UCI. En España se cumple un centenario de unidades de infecciosas y sus especialistas garantizadas una elevada calidad asistencial e investigadora. Paradójicamente, España es el único país de la Unión Europea que no tiene un sistema reglado de formación en enfermedades infecciosas. La creación de esta especialidad es crucial si es necesario mantener su atención de calidad y gestionar adecuadamente el recambio generacional. If queremos estar preparados para el futuro está claro que el tiempo que tardemos en crear la especialidad de enfermedades infecciosas es tiempo perdido.

* El Dr. Jose Luis del Pozo León es director del Servicio de Enfermedades Infecciosas y director del Servicio de Microbiología Clínica Universidad de Navarra, Pamplona