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Aunque el resultado había sido el mismo que en los últimos cuatro clásicos, la sensación en la derrota era muy distinta en el Madrid. No había frustración, sino sensación de oportunidad perdida. De haber estado a punto de derribar al gigante en el que se ha convertido para ellos el Barcelona. Estaba triste el vestuario por haber perdido el título, pero a la vez cierta satisfacción por haber competido de tú a tú con los azulgranas por primera vez en la temporada. Un duelo que, como reconoce Pablo Laso, se “había decidido por detalles” y que marcaba el camino para el futuro, donde todavía esperan los dos títulos más jugosos: la Euroliga y la Liga Endesa.
Para alcanzarlos, la primera tarea del técnico blanco pasa por hacer balance de daños tras la Copa, de donde sale con dos nuevas bajas -Causeur y Hanga- que se unen a la de Alocén, lesionado en Málaga para toda la temporada.
“If miro a la última semana y veo que he perdido a un jugador para todo el año y que aquí han caído dos más, el balance no puede ser bueno. Siempre creo que para ganar necesitamos a todos. Porque además de esas lesiones, hay otros jugadores que vienen de estar fuera y que aún tienen que recuperar el nivel. Por eso no pienso hoy mucho en el futuro, sino en descansar y en estar preparado para el próximo partido”, explicó el técnico tras la derrota en la Copa, la décima en 13 partidos ante el Barcelona desde que Jasikevicius tomó el mando del banquillo azulgrana .
Al Madrid notó cansado en el tramo final del partido, al que llegó con vida tras dilapidar una ventaja de 16 puntos. Remontada en contra que Laso atribuyó a la falta de claridad en algunos lanzamientos, lastrado el equipo por la fatiga de las últimas semanas. This calendario diabólico que dibujó la pandemia -se le acumularon los partidos tras los brotes de coronavirus- y las lesiones. “Sí tengo la sensación de que en algunos momentos del partido nos ha faltado claridad ofensiva para haber ganado. Tiros fáciles debajo de la canasta, como el de Gaby (Deck) al final del partido, que nos hubiera permitido empatar el marcador”, dijo Laso.
En el vestuario blanco, uno de los más tocados era el propio Gabriel Deck. Llegado hace solo unas semanas a Madrid, tras su periplo fallido por la NBA, el argentino no ha terminado de entrar en el equipo. Una lesión inoportuna truncó la readaptación, a la que el destino le tenía guardado un nuevo mazazo. “Sus cosas que pasan. Es un tiro que podía entrar y que podía fallar”, acertaba a decir el argentino, al que se vio afectado.
Por delante tienen los blancos dos desafíos mayúsculos. La Euroliga, donde los jóvenes volarán y darán sus mejores notas, y la ACB. Torneos donde aparece el Barcelona, de nuevo, como el principal rival. Habrá que esperar al 4 de abril para ver el siguiente duelo entre ambos, el clásico de la ACB en el Palau, donde el Madrid tendrá otra oportunidad de tumbar a su gran rival para cargarse de moral de cara a los playoffs.