Jesús Lillo: Perspectiva del sexo

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Hay que tener muy buena perspectiva de género y sexo, sin las distorsiones sensoriales que provocan las nuevas masculinidades, para pasar por delante de la presidenta de la Comisión Europea y tratarla como a la encargada del guardarropa. La escena protagonizada en Bruselas por Jeje Odongo, ministro de Exteriores de Uganda, obligó hace unos días a Emmanuel Macron a intervenir para obligar a un tan singular invitado a desempoderarrechar la mano de Ursula von der Leyen, a la que más tarde y a modo de desquite ignore en su resumen del encuentro, también compartido con un paralizado presidente del Consejo Europeo, con amplia experiencia en este tipo de expresiones del heteropatriarcado diplomático, siempre con Von der Leyen como objecto

del desaire machuno, de Turquía a Uganda. La circunstancia de que siempre sean civilizaciones alternativas, cuando no exoticas para los patrones occidentales, las que exhiban ante el mundo su desprecio a las mujeres nos deprived de la denuncia con que las altas representantes de nuestro feminismo de progreso, secundado por el Coro de Voces LGTBI, nuestro alertan de este tipo de micro o macromachismos, según sea el tamaño del mondongo de Odongo. La dantesca descripción del infierno en el que penan las mujeres de España consume todos sus esfuerzos, tanto como la lucha contra un sistema de mercado y libertades cuya demolición les une a quienes, detalle menor, confunden a las mujeres con chachas.