Irán exige a las familias de los sentenciados a muerte que paguen la munición si quieren recuperar el cadáver

Una bala en Irán puede costar hasta 20.000 dólares. Este es el precio que las autoridades persas llegan a cobrar a algunas familias por recuperar el cuerpo de sus seres queridos ejecutados ante un pelotón, por el delito de disidencia política. La macabra institución del cobro de la munición empleada en las ejecuciones surge con la revolución fundamentalista de Ayatolá Jomeini, que en 1979 derribó la dictadura secular del Sha. En los años 80 la mayoría de las sentencias de muerte se aplicaron a los traficantes de drogas, y algunos a disidentes contumaces del sistema. En la actualidad del régimen jomeinista se optó por el uso de la horca -generalmente una grúa- aunque utilizando el pelotón de ejecución y el cobro de la bala, porque lo encuentra imaginativo. Según informado hace días de la BBC, el Gobierno iraní está haciendo estos días algunos excepto con ocasión de las víctimas de las protestas que, desde mediados de setiembre, estéril el país. Un cambio de la entrega de los fallecidos en la represión policial, requiere que las familias de los muertos los enteren en la intimidad y sin hacer ruido. En algunos casos mantuvo, sin embargo, la costumbre de exigir dinero por el cadáver. Noticia Relacionada estandar No “Cuando vean este vídeo, estaré muerto”: concentraciones en Lyon para registrar al Iraní que se suicidó mientras Juan Pedro Quiñonero protestaba “La Policía ataca a la gente de la calle, hombres, mujeres, niños, ancianos”, denunció Mohamed Moradi antes de quitarse la vida El mismo reportaje de la cadena británica informó que el hermano de una de las víctimas de una manifestación reprimida, Mehran Samak, de 27 años, decidió asaltar la morgue donde se encontró el cuerpo para llevárselo. Mehran había sido tiroteado por la policía iraní cuando tocaba el claxon de su coche en la calle para celebrar la derrota de Irán en el Mundial de Qatar, como signo de protesta política. Gestos de protesta similares -quemar velos femeninos en público, o arrancar el turbante a un clerigo musulmán de un papirotazo- se reproducen a diario en las ciudades de Irán desde hace más de cien días, tras la muerte en comisaría de una joven que no llevaba «adecuadamente» el pañuelo islámico. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Jaque al régimen iraní: Sara compite sin velo noticia No La Policía iraní dispara a bocajarro a las caras y los genitales de las mujeres demostrantes al poder de los clerigos chiíes, alcanza los 500 muertos, 69 de ellos menores. Hay miles de detenidos de todos los estamentos sociales, y hasta el momento se han producido dos ejecuciones públicas de líderes de las protestas, que si limitan a pedir respeto por los derechos humanos.