Innovación de altura para ver el bosque como un gran pulmón de riqueza y sostenibilidad

María José Pérez-BarcoSEGUIR

Bien gestionados, nuestros bosques son una gran fuente de riqueza, como siempre lo han sido. De allí a partir de ahora lo serán más, porque las nuevas tecnologías están abriendo un nuevo horizonte de posibilidades para valorizar los recursos forestales y lograr productos de gran valor añadido que conviven con las mejoras tradicionales. Con ello los bosques se pueden verdaderos pulmones economicos y ambientales dando vida a las comunidades locales y ayudando a fijar la poblacion.

Junto al uso de la madera para construcción y muebles, la papelería y carton, la recolección de sets, el ecoturismo… aparecen iniciativas innovadoras. Por ejemplo, ya ha obtenido madera traslúcida que podría ser candidata para sustituir el vidrio y el plástico o maderas resistentes como para construir edificios de varias plantas.

Se hacen tejidos como el lyocell, similar a la viscosa, procedente de fibras del eucalipto y abedul, por los apuesta quen grandes gigantes de la moda como Inditex y H&M. Con los residuos de distintos procesos del tratamiento de la madera generará una biomasa que proporciona calor a barrios de algunas ciudades del planeta. La nanocelulosa transparente está empezando a probar incluso en las carrocerías de los coches. Tiene una empresa japonesa, Sumitomo Forestry en colaboración con la Universidad de Kioto, está desarrollando los que serán los primeros satélites de madera del mundo. Por no hablar de la atractiva inversión que los bosques tienen como sumideros de carbono para grandes corporaciones que deben reducir sus emisiones de efecto invernadero.

Potencial

Las potencialidades de futuro de nuestros bosques parecen infinitas. “Se estima que el potencial del recurso forestal en España permitiría duplicar y hasta triplicar la economía y el empleo que ahora genera nuestros bosques”, dijo Jesús Martínez, ingeniero de Montes de la consultora de ingeniería forestal FMC. Hay que tener en cuenta que los espacios forestales ocupados más de la mitad de la superficie de nuestro país. En concreto, un 55%, según el Inventario Forestal Nacional. Y la superficie arborada es casi un tercio de nuestro territorio (29%).

Un tercio de la superficie de nuestro país sus zonas arboladas

Un buen punto de partida para generar nuevas oportunidades de negocio en lo que se nomina la bioeconomía forestal, que “trata de poner en valor y dar visibilidad a los recursos que provenen los bosques para cambiar a un modelo económico más tenible”, explicó Carmen Avilés , profesor de Organización de Empresas en la Universidad Politécnica de Madrid. Esta entidad participa junto a diferentes administraciones e instituciones en el Laboratorio Urbano en Economía Forestal (Urban Forest Innovation Lab). de nuestros recursos forestales, hay que pretende levantar una economía local tejido alrededor de los bosques de Cuenca, una de las ciudades europeas con mayor superficie forestal: 55.000 hectáreas plagadas de árboles. “A través de lo que producen estos bosques se promueve incluso iniciativas de emprendedores que a veces necesitan investigación adicional y prototipado. Esto se realiza en el laboratorio de la Universidad Politécnica de Madrid y también en la Universidad de Castilla-La Mancha”, comenta el profesor.

Así, poco a poco, junto a la gran industria maderera tradicional española, porque ha florecido un nuevo tejido de empresas innovadoras en torno a las masas forestales, en el que también colaboran centros tecnológicos y de investigación. “Ahora se trata de generar rentas y nuevos usos y servicios que permiten mantener de forma sostenible los bosques. Esta nueva línea de usos de los recursos forestales es fantástica porque vamos a permitir dar productos de alto valor y cuidar los bosques”, consideró Francisco Dans, director de la Asociación Forestal de Galicia. Es una de las organizaciones que aglutina la Confederación de Asociaciones de Selvicutores de España (COSE). “Somos dos millones de propietarios forestales. Algo más del 60% del territorio forestal es privado”, añade.

Nuevas aplicaciones

La madera es la principal corriente de entrada de un bosque. Es sostenible, reciclable y biodegradable. “Es un recurso estratégico. El objetivo principal es aprovecharlo todo del árbol”, valora Dans. Algo en lo que se han logrado grandes avances. Incluidos “hay productos tradicionales que se van mucho más avanzados con las nuevas tecnologías, como el material laminado cruzado (CLT) que permite fabricar paneles, superficies, paredes, paredes, placas… y construir así edificios de varias plantas. Antes la madera estaba limitada a viviendas unifamiliares, estructuras civiles y naves industriales”, explicó Jesús Martínez. Un material mucho más sostenible y con menor huella de carbono que el hormigón actual.

La biomasa del propio bosque (ramas, restos de poda, árboles delgados), de los pellets (restos de serrín aglomerado) y de los residuos de los procesos de transformación de la madera ofrece nuevas mejoras energéticas, además de generar calor y electricidad en centrales eléctricas de biomasa. “Por ejemplo, mediante la pirólisis, la biomasa se transforma en biochar, un biocarbón con muchas aplicaciones. Se utiliza para descontaminar los ríos o la salida de la depuradora de una fábrica”, cuenta Juan Pedro Majada, director del Centro Tecnológico Forestal de la Madera de Asturias. También se usa como una especie de fertilizante natural para restaurar suelos degradados por falta de nutrientes.

En España hay dos millones de propietarios de bosques

Donde se está alcanzando un grand déarrollo es en extraer de los recursos forestales componentes químicos que después se utilizan en otros procesos industriales. “En las biorefinerías, antes de hacer pasta de celulosa o fabricar pellets, se obtienen productos que tienen un valor añadido en otras industrias como la cosmética, alimentaria…”, indica Majada. «Hay un desarrollo muy potente de la industria química basada en fibras de la madera para sustituir plástico y derivados del petróleo», cuenta Dans.

Entre estas sustancias está la resina que, entre sus muchos usos, se aplica en disolventes naturales, lacas, pegamentos, adhesivos, colas, tintes, barnices hasta en los chicles. También la lignina, que da firmeza a los árboles.Es “uno de los polímeros naturales más abundantes de la Tierra. Se emplea en tejidos, para mezclar con plásticos y obtener productos más sólidos, en suelos, mobiliario…”, añade Martínez.

revolucionario

La nanocelulosa transparente ha sido llamada a provocar una gran revolución en la industria. Se extrae de la celulosa de la madera. Es ligera, con alto nivel de resistencia y biodegradable. “Es ingente la cantidad de aplicaciones que se están investigando con este material. Para las pantallas flexibles de teléfonos y televisiones, para mobiliario, para la carrocería de vehículos. Hasta se usa en gases, vendas y valvulas cardiacas.

El ‘boom’ también está en el mercado del carbono. La madera de los arboles fija C02. Por eso, las empresas grandes y pequeñas compran derechos de emisiones a propietarios de bosques, una forma de compensar su huella de carbono cuando ya no pueden reducir más sus emisiones de gases de efecto invernadero. Hay también «sociedades de inversión y grandes compañías que han creado una ingeniería en busca de terrenos para hacer crecer bosques», señala Majada, como fincas abandonadas, antiguos terrenos agrícolas, zonas quemadas…

Los bosques son una oportunidad que no hay que dejar escapar, porque si estos ecosistemas no se gestionan, ni se realizan los trabajos necesarios para que estén sanos (lo que se conoce como silvicultura), desaparecen. “El abandono en zonas con gran capacidad de acumular biomasa en los montes dispara el riesgo de incendio”, asegura Dans. Pero también el cambio climático está incidiendo. “El aumento de las temperaturas y el cambio en la distribución del régimen de lluvias debilita los árboles”. De ahí la necesidad de realizar prácticas de silvicutura adecuada, desde talar los árboles insanos a repoblar con especies genéticamente mejoradas que resistan enfermedades se adapten a ellas al clima actual y futuro.