Iluminando la oportunidad para una reinvención energética completa

El Pacto Verde Europeo presentado en diciembre de 2019 exige la descarbonización total de la economía para el año 2050 donde supone un cambio de paradigma para las empresas que utilizan materias primas o energías basadas en combustibles fósiles. «Se trata de una auténtica revolución que demande repensar que se está haciendo y cómo se está haciendo para posteriormente proponer una alternativa que cumpla con la normativa europea», explicó José Ángel Peña, subdirector del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) y catedrático de Ingeniería Química. «Aquellas empresas que sepan adecuarse al cambio estarán en condiciones de competir; las que no, quedarán fuera del juego”, añade. No resulta una tarea fácil y muchas de las actividades industriales que llevan a cabo hoy en día están basadas en el uso de recursos fósiles. “A esto hay que añadir la incertidumbre en las inversiones motivadas por el precio de la energía altamente volátil consecuencia, entre otras, de la invasión de Ucrania”, resalta el investigador.

En este camino hacia la descarbonización, la participación de las empresas es imprescindible. “Es más, la participación de la sociedad en su conjunto es lo único que puede protagonizar ese cambio, ya que implica también cambio en los hábitos de consumo”, matiza Peña. En su opinión, el objetivo de cero carbono no puede alcanzarse a cualquier precio. “La decarbonización es un objeto secundario respecto a la sostenibilidad, tanto del medio ambiente como de la calidad de vida de los ciudadanos. Aquí la economía juega en papel fundamental, y ahí es donde interviene las empresas”, puntualiza. Las grandes compañías están liderando esta compleja pero inaplazable transición, encabezando proyectos con un importante efecto tractor.

La transición energética en nuevos países generará 280.000 empleos directos, indirectos e inductores

David Pérez López, responsable de energía en Capgemini Ingeniería, resalta el contexto energético en que vivimos a nivel global. “Es algo excepcional, no ha habido nada igual que desde la crisis del petróleo, en los años 70. La relevancia de los productos energéticos se ha visto reflejado en la inflación, aunque hay cierto retraso hasta que ves su impacto”. La pandemia supuso una caída de la demanda de la electricidad por la situación de paro vivida ydurante ese período Europa apostó por salir más verde. “Esa recuperación tan rápida y tan verde dejó de lado a los combustibles fósiles en cuanto a inversiones. Nadie supo ver ese puente que necesitamos en el proceso de transformación”, afirma el consultor. “Salimos de la pandemia y nos encontramos con la invasión de Ucrania, trastoca todo el contexto y viene toda la hecatombe”, añade.

Una de las mayores acciones para la decarbonización es implementar de forma masiva las energías renovables para lo cual es necesario invertir en instalaciones y redes “que permitan garantizar la seguridad de suministro y la estabilidad de las redes”. Serán necesarias baterías de litio, centrales reversibles de bombeo, centrales termosolares… «España es un país líder en gran parte de la cadena de valor de todo este tipo de proyectos de tecnología», subraya López. Confinado en que, si se encuentra en las condiciones necesarias para un nivel administrativo, así como las condiciones de capacidad industrial, la ambición de las empresas permite alcanzar los objetivos.

trio tecnologico

José Ángel Peña ha señalado que el camino hacia la descarbonización progresiva ha pasado por las tecnologías verde eléctrica, fotovoltaica y del hidrógeno, “bastante ligadas entre sí junto con otras muchas que utilizan primas materia y energía de origen renovable”. España se encontrará en buena posición para contar con un número de horas de insolación considerable, por contar con régimen de foiso en determinadas zonas lo suficientemente atractivas como para instalar parques eólicos y porque estas dos tecnologías están muy ligadas a la producción del llamado hidrógeno verde. “Estas condiciones son requisito indispensable para que los mercados basados ​​en estas tecnologías puedan prosperar. Pero requiere grandes inversiones y prolongados tiempos de puesta en marcha. En gran parte de los casos, además, las tecnologías no están suficientemente maduras como para que lleven a cabo grandes inversiones, al no estar suficientemente probadas en condiciones de operación a gran escala”, indica el catedrático. Así que las empresas españolas están bien posicionadas, “todavía es pronto para asegurar que llegarán a ser líderes en el mercado mundial”, puntualiza.

Ruta de la reinvención

Los proyectos se multiplican. Todas las empresas vinculadas a los combustibles están levantando a cabo iniciativas en tecnologías vinculadas a la captura, almacenamiento y usos del CO2, las llamadas tecnologías CAUC. Petroleras como Repsol o Cepsa, o gasistas como Naturgy o Enagás tienen proyectos en el mercado más que ambiciosos. “Por otro lado, hay empresas que debido a sus propios sistemas de producción ya su catálogo de productos ya incorporan el uso de CO2 como materia prima. Este es el caso de empresas del sector farmacéutico, como por ejemplo Solutex, o empresas del sector de alimentación. En el entorno europeo sí hay empresas haciendo grandes inversiones en materia de captura y almacenamiento ligado a siderúrgicas o cementeras”, explicó José Ángel Peña, subdirector de I3A.

Tal y como recuerda a David Pérez López, todo apunta a que el hidrógeno verde sea una tecnología que domina, “pero falta mucho”. Eso sí, España tiene una gran oportunidad de ser productor europeo de hidrógeno verde “gracias a sus recursos”. Así que todavía está todo por hacer, proyectos como el recién anunciado canal BarMar, que permitirán la interconexión energética entre España y Francia, su muestra de la apuesta por este tipo de energía. El consultor de Capgemini confía en las oportunidades de España para dominar muchas de las tecnologías que se emplean en energías renovables. “España conoce la tecnología y debe ser capaz de invertir más. No te encontrarás con una empresa española que no hayas estado en el mercado, estarás en la financiación y gestión de las actividades. España es un referente mundial”, puntualiza. Recuerda además que a medio y largo plazo “España cuenta con los precios de energía más competitivos que hay en Europa”.

Se espera que los fondos europeos lleven adelante nuevos proyectos para conseguir la descarbonización, sin que se note el impacto en este ámbito. El Perte Ertha está adscrito a las energías renovables, el hidrógeno renovable y el almacenamiento y hay además proyectos complementarios con el mismo objetivo. “Todavía se está trabajando en los consorcios correspondientes. Llevamos cierto retroso. Sólo cuando los consorcios estén consolidados y se dé tiempo suficiente como para dearrollar los proyectos en común (3-5 años) comenzarán a verter los frutos de las inversiones”, afirma el subdirector del I3A.

Impacto importante

Según las previsiones del Gobierno, el Perte Ertha movilizará una inversión total de más de 16.300 millones de euros para construir una transición energética diseñada y producida en España, maximizando las oportunidades económicas, industriales, laborales, la innovación y la implicación de la ciudadania y las Pymes. Permitirá crear más de 280.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos en el resto de la economía.