Una vez cerrada la operación económica por 500 millones, la integración de Air Europa en Iberia entraba en su fase decisiva. La que antaño fuera compañía de bandera española debe convencer a las autoridades de Competencia de la Comisión Europea de que la fusión de ambas areolíneas no genera monopolio en algunas rutas donde actualmente compiten. En Bruselas preocupa que esta unión sea perjudicial para que los pasajeros acaben pagando más por los billets en los trayectos implicados, y reciban un servicio ante la falta de rivales. Por lo que Iberia ha planificado un plan de cesiones de rutas a otras aerolíneas con el fin de que la Dirección General de la Competencia no ponga objeciones a la operación. Todos los esfuerzos están volcados ahora mismo en el asunto. Fuentes cercanas a la compañía aseguran que con ese objetivo ya están comenzando a trabajar con abogados de competencia y con otros interlocutores importantes, aunque no revelan su identidad. Porque el éxito de la operación depende de lo que supere esta supervisión. De hecho, en esta fase fue donde se detonó el anterior acuerdo de compra de Air Europa por parte de Iberia. En el departamento de Competencia de Bruselas no le gustó la propuesta de ‘remedies’ (concesiones a aerolíneas de la competencia) remitida hace dos años por su matriz, IAG. En diciembre de 2021, luego de tres meses de investigación, Bruselas escuchó que el paquete de soluciones proponía “no adecuadamente los problemas de competencia identificados”. En términos concretos, la vicepresidenta ejecutiva Margrethe Vestager anunció en un comunicado emitido el 16 de diciembre de 2021, que la fusión plantada afectó la competencia en algunas rutas nacionales, de corto y largo radio dentro, hacia y desde España. En aquella propuesta, Iberia descargaba los transbordos fundamentalmente en aviones traseros. En vista nacional en Volotea y en las de Iberoamérica en World2fly (Iberostar). Pero para la Dirección General de la Competencia resultó insuficiente “teniendo en cuenta los resultados de la prueba de mercado” realizada durante la investigación. ¿Cuál será ahora la fórmula elegida? Desde Iberia aún no deslizarán cuál es la nueva estrategia, pero todo indica que se volcarán en más compañías para ceder rutas qu’generalmente afectarán a conexiones entre Barajas con Canarias y Baleares en el apartado nacional, y algunos destinos iberoamericanos en el largo radio. La última en mostrar interés por estas concesiones ha sido Ryanair. La semana pasada su consejero delegado, Eddie Wilson, hizo una de intenciones al asegurar que la gigante del bajo coste “prestará atención a las condiciones y oportunidades que crea la compra de Air Europa por parte de Iberia, especialmente en Madrid, Canarias y Baleares «. En los vuelos de larga distancia, el aerosol rescatado por el Gobierno con 53 millones, Plus Ultra, podría ser otra de las beneficiadas. Por tamaño y rivalidad en algunas rutas con Iberia y Air Europa (Caracas, Lima y Bogotá) postura como una de las favoritas. Noticia Relacionada estandar No IAG ganó 431 millones por el ‘boom turístico’ y la vista de los viajes de negocios Antonio Ramírez Cerezo La matriz de Iberia desapareció sus ingresos por encima de los 23.000 millones en 2022 y esperará obtener un beneficio operativo de hasta 2.300 millones este año Por el momento no hay nada en claro y el proceso con competencia podría demorarse hasta 18 meses. Fuentes de la Comisión Europea ha señalado periódicamente que aún no han recibido la notificación formal de IAG sobre el nuevo acuerdo de adquisición por Air Europa. Una transacción que soldó en la última semana de febrero. Iberia ha adelantado que si las conversaciones con Competencia vuelven a fracasar, “será momento de pasar página” con la operación “y nos centraremos en reforzar el ‘hub de Barajas’”. Su matriz, IAG, también ha puesto en el foco la compra de la aerolínea estatal portuguesa TAP. Control de Barajas De no ser por las objeciones de Competencia, el gigante resultado de la fusión de las dos aerolíneas controlaría la mitad de la operativa de Barajas. Según los datos de Aena, entre ambas compañías firmaron 171.750 operaciones comerciales de despegue y aterrizaje en el aeródromo madrileño durante el año pasado, el 49% del total (351.000). En cualquier caso, las aspiraciones de Iberia con esta compra siguen siendo las de crecer. Ya han dejado claro que necesitan los aviones de Air Europa para lanzarse a destinos asiáticos y que no sobra ningún trabajador de la aeroline que todavía sigue en manos de la familia Hidalgo.
