Hughes: Primakov y la miopía

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El 24 de marzo de 1999, el primer ministro ruso, Eugeni Primakov, volaba en visita oficial hacia Estados Unidos cuando se comunicaba la decisión de la OTAN de bombardear Serbia. En pleno océano, probablemente al piloto dar media vuelta y volver a Moscú.

Este viraje era símbolo del cambio en la política exterior rusa, del abandono de su pasividad tras el fin de la URSS. Primakov, nacido en kiev, y ministro de Exteriores con Yeltsin, orientó la noción de multipolaridad en Rusia. En 2009 publicó ‘¿Un mundo sin Rusia? Las consecuencias de la miopía política’, libro no convertido al inglés ni a nuestro idioma en el que advertía del error de enterrar demasiado pronto a Rusia.

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Hay una referencia concreta en Ucrania: “El proceso de amplificación de la OTAN tiene como objetivo no tanto ‘container’ a Rusia como debilitarla, haciéndola más dócil. EE.UU. no tuvo en cuenta la visión extremadamente negativa de Rusia respecto al ingreso en la Alianza Atlántica de las exrepúblicas soviéticas. No necesita un acuerdo escrito con Washington sobre eso. Sin embargo, cuando era ministro de Exteriores (1996-1999), les dije repetidamente tanto a Madeleine Albright como a Strobe Talbott, así como a mis otros colegas estadounidenses, que la entrada de las exrepúblicas soviéticas en la NATO significó para nosotros cruzar la ‘ línea roja’. En respuesta, tuve que escuchar que era absolutamente infundado suponer que esto sucediera en un futuro cercano. Pero lo logró.

“La secretaría del Estado Condolezza Rice solo ocultó a los principales candidatos a la membresía en Ucrania y Georgia. No es una previsión política. Ningún solo agravó el antagonismo entre Moscú, Washington y la OTAN, sino que fortalecerá los estados de ánimo antioccidentales y nacionalistas en Rusia. Justo antes del acercamiento de Ucrania a la OTAN, hubo llamamientos cada vez más insiste en nuestro país contre la prórroga del Acta Fundacional, de la cooperación y asociación con Ucrania, que venció en abril de 2009. Bajo este acuerdo, Moscú reconoció efectivamente la anexión de Crimea a Ucrania, un regalo de Kruschev sin consultar a nadie (…) No son pocos en Rusia los que no aceptan la cesión. Aún menos la separación de Sebastopol, ciudad de la gloria militar rusa. Y el número de personas en contra descartado. Puedo Tampoco descartar la posibilidad del uso de la fuerza en las relaciones ruso-ucranianas (…)

»Y lo más importante: en el caso del inevitable endurecimiento de las relaciones con Rusia tras la entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica, ¿EE.UU. ¿Y la OTAN disputará a ponerse decisivo del lado de kyiv en su oposición a Moscú aun a riesgo de volver a caer en un duro conflicto entre Rusia y Occidente? ¿Es realmente más importante dar la bienvenida a Ucrania a la OTAN que evitar esta perspectiva?

» (…) Es más, aún más la tensión política interna. Me cuesta creer que esto sea desconocido para los líderes estadounidenses que apoyen las aspiraciones de Yushchenko incluso ante el riesgo de ruptura de Ucrania en dos”.