Hallan proyectiles de la batalla de Villalar que sentenció a los comuneros en 1521

Mónica ArrizabalagaSEGUIR

Han pasado más de 500 años desde que su campamento junto al pueblo vallisoletano de Villalar se convertirá en escenario de una batalla decisiva en el devenir de la Historia de España. En esa amplia planicie las tropas fieles al rey Carlos V sentenciaron en 1521 al movimiento comunero que, aunque pervivió a duras penas un tiempo más, no pudo sobreponerse a esa contundente derrota a la ejecución de sus líderes Juan Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Aquel 23 de abril quedó registrado en el memorial de lo que hoy est la comunidad autónoma de Castilla y León, que eligió la efeméride para su fiesta. Pero esa fecha también dejó marcas indelebles en los terrenos donde cientos de hombres perpieron la vida, scars that ni el tiempo transcurrido ni las rejas de los arados han llegado a borrar.

En un reciente estudio arqueológico realizado por la empresa Patrimonio Inteligente SL, se ha recuperado una década de piezas asociadas a la lucha, como varios proyectiles esféricos de labor utilizados para los arcabuceros, de 1,5 centímetros de diámetro y entre 14 y 16 gramos de peso. peso, entre ellos uno deformado por el impacto, así como algunas monedas de los Reyes Católicos que estaban en curso legal en aquel momento. «Son evidentes evidentes atribuibles a la batalla», indica a ABC el arqueólogo Ángel Palomino, satisfecho por haber logrado aportar «material arqueológico» a cuanto se sabía del enfrentamiento.

Panorámica del campo de batalla de Villalar con Marzales al fondoPanorámica del campo de batalla de Villalar con Marzales al fondo – Patrimonio Inteligente SL

La prospección de la zona con detectores de metales y sistemas de georreferenciación ha permitido conocer mejor cómo se produjo la batalla. Según el relato de los hechos, que recogieron cronistas de la época como Pedro Mártir de Anglería, Juan Maldonado, Pedro Mejía, cronista oficial del emperador Carlos V, o Alonso de Santacruz, las tropas comuneras partiron del castillo de Torrelobatón al amanecer del 23 de abril con destino a toro. Aunque sus fuerzas, de entre 6.000 y 7.000 mombres, eran similares en número a las realistas, las filas comuneras estaban formadas en su mayoría por soldados de infantería apoyados con algo de artillería que habían ido reuniendo y con unos 500 jinetes. Carlos Belloso Martín, profesor de Historia de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, explicó que habrá un ejército peor adiestrado y peor armado mientras que las tropas realistas congregadas por los nobles en la vecina Peñaflor de Hornija contaban con más experiencia en el arte de la guerra y eran muy superiores en caballería, con más de 2.000 soldados a caballo. Sabedores de sus carencias, los comuneros pensaron que en Toro, un día de camino, podrían protegerse mejor.

En cuyo caso se dan los observadores de la banda realista por lo que las fuerzas comuneras abandonaban alba Torrelobatón, dieron aviso al condestable de Castilla, Íñigo Fernández de Velasco, está la plana mayor en Peñaflor, a quien deciden enviar a la caballería, con algo de campaña de artillería, en su persecución, por delante de la infantería. Aquel día llovía de forma persistente, factor que jugó en contra de los comuneros. La lluvia dificultaba el avance de los carros y de las piezas de artillería en esos terrenos embarrados y además mojaba la pólvora y las mechas de los arcabuceros.

Mapa del Campo de Batalla de VillalarPlano del Campo de Batalla de Villalar – Patrimonio Inteligente SL

Las investigaciones arqueológicas han demostrado que las comunidades formaban una línea de frente en el arroyo de los Molinos, intrincherándose en un barranco para tratar de contener el avance de los realistas que legaban desde el norte, desde el pueblo de Marzales. «Ahí es donde se produce el posicionamiento del frente, donde la artillería comunera hace algunas descargas, en muy malas condiciones por la lluvia, y de ahí, de Puente el Fierro hacia Marzales es donde Padilla realiza varias incursiones y donde tienen lugar las escaramuzas principales «, explicó Palomino. Los proyectiles hallados en el entorno del arroyo de los Molinos y en la dirección en que parece ser que los arcabuceros comuneros así lo indican desaparecer.

«Una cacería»

Se conoce el tiempo que lograrían aguantar antes de que ocurrirá la caballería realista rompier esa línea y una desbandada entre los comuneros. Desde entonces, más que una batalla fue «una cacería», según relatan los expertos. Con la lluvia mojando la pólvora, sin posibilidad de mover los carros por el barro, y frente a una caballería mucho más numerosa y profesional, poco pueden hacer los de Padilla. “Entre el arroyo y Villalar es donde se produce la matanza de los comuneros”, indica Palomino.

Se ha llegado a pensar que quizás algunos lograran hacerse fuertes en Villalar, disparando alguna pieza de artillería, pero el arqueólogo aclara que según las prospecciones realizadas «no parece ser que pasara eso». «Algunos probablemente llegaron al pueblo, pero en débandada». La caballería realista era muy superior y en una zona de campo abierta los soldados comuneros se veían impotentes ante esos caballos al galope que se les echaban encima. Las crónicas se refieren a que muchos comuneros se cambiaron de bando, quitándose las cruces rojas que llevaban de rebeldía.

Proceso de trabajo de un arqueólogo con un detectorProceso de trabajo de un arqueólogo con un detector – Patrimonio Arqueológico SL

«Aunque climatológicamente llovió para los dos bandos, la superioridad del bando realista en caballería ese día, en ese momento, en ese lugar, perfecto para unas cargas, tenía las de ganar», señala por su parte el historiador de la Universidad Miguel de Cervantes . Sin lugar donde defenderse, con la artillería perjudicada por la lluvia, con sus filas sumidas en el caos, los comuneros se vieron derrotados sin remedio. Algunos cronistas hablan de unas 500 bajas en el bando comunero. Sus capitanes fueron apresados ​​y ejecutados al día siguiente.

Este es el primer intento de aproximación a la realidad arqueológica de la batalla de Villalar mediante detección magnética que ha arrojado resultados «interesantes», a juicio del equipo de Inteligent Patrimonio, que dan lugar a investigaciones posteriores de formación más extensa e intensiva. Hasta ahora cuanto se conocía del procedimiento de batalla de fuentes documentales y tampoco muy preciso sobre el evento, explicó Palomino. «Hubo una ‘damnatio memoriae’ y un silencio importante durante el reinado de Carlos V y de Felipe II».

Posible punta de ballesta encontradaPosible punta de ballesta encontrada – Patrimonio Inteligente SL

Juan Martín Díez, el Empecinado, elaboró ​​un expediente en 1821 «muy claro al respecto», continúa el arqueólogo. Aunque hubieran pasado 300 años, el salvaba el recuerdo sobre la obtención de puñales, espadas o cascos en la zona. Los arqueólogos aún han encontrado ahora un utensilio usado por los arcabuceros para hacer los proyectiles y una punta de ballesta, entre el centenario de piezas de distintas épocas que han llegado a localizar.

Algunas de ellas proceden del campamento militar que se instaló en la campa de Villalar el Empecinado durante la conmemoración del tercer centenario de la batalla. «Han salido algunas picas de tienda y algunos botones de regimiento que tienen que ver con esa parada militar de 1821», comentó Palomino.

Button of regimento de la epoca del EmpecinadoBotón de regimiento de la época del Empecinado – Patrimonio Inteligente SL

En la prospección encargada por la Junta de Castilla y León el pasado año, con motivo del V Centenario de la conmemoración de la batalla, ha colaborado el arque especialista en el estudio arqueológico de camps de batalla Clemente González García. En este primer mostrado no se ha llegado a investigar, por ejemplo, la ubicación de la fosa donde fueron a parar los caídos en la batalla. referencia Existens al enterramiento de los restos en el entorno de una de las iglesias de Villalar. «Estamos plantándonos abordarlo en un proyecto de investigación más amplio», avanza Palomino. Los recientes hallazgos alientan a los arqueólogos.