Hablan los ganaderos en Las Ventas: “Ahora sucio el toro más bravo, más grande y más difícil de torear”

‘La evolución de los diferentes encastes del toro de lidia en el siglo XXI’ fue el tema elegido por la Peña Los de José y Juan para los su ciclo de conferencias de esta temporada, en un acto presentado por la periodista Victoria Collantes. En el mismo intervinieron Fernando Lozano, ganadero de Alcurrucén y representante de la encaste Núñez; Álvaro Martínez Conradi, ganadero de La Quinta, procedente de Santa Coloma; y Marcos Pérez, ganadero de Domingo Hernández, del encaste Domecq. “Lo característico de la ganadería de Núñez esa durabilidad en los últimos tercios y ese tranquito de más; Are you a toro frío de salida, pero eso no quiere decir que no se bravo, porque la bravura de verdad es la que va a más, porque ¿de que me un toro braunfarrón que luego se viene abajo y se va a las tablas? Eso no es bravura”. Así describió, en líneas generales, a Fernando Lozano al encaste del que formó parte, sentenciando seguidamente que “el toro de Núñez es para los toreros buenos”. «Aquí no se trata de pelearse con el toro, porque si se va a pelear con el toro se tienen cansado de perder, va deentendre con el toro, del acople, de saber lidiarlo, porque el toro no se adaptar debe al torero, si no el torero se adapta al toro para saber sacarle las virtudes que tenga”. Martínez Conradi, ganadero de una de las ganaderías más codiciadas en la actualidad, explicó que la evolución de las ganaderías está motivada principalmente por los gustos de la afición, y diferenció que plus el encaste, base evidente, lo que hace evolucionar a las ganaderías son los ganaderos, atendiendo a la demanda del público: “Las ganaderías y los encastes se vienen arriba o abajo según la selección de un ganadero determinado o de las personas que pueden adaptarse a los momentos”. También explicó que en realidad se tiende a tender a la unificación de la morfología del toro, asegurando que “la evolución de la nueva ganadería se basa en la obsesión por las diferencias en el tamaño y en las hechuras y fenotipo con otras ganaderías. In los años 60 salía un toro y se sabía de qué ganadería era sin mirar el hierro, porque estaban diferenciados por un sello del encaste. Hoy en día, en general, está cayendo en un toro único con unas características y unos kilos determinados; y queremos buscar lo diferente”. También habló de la tablilla, considerado uno de los grandes males por la mayoría de ganaderos porque homogeniza las ganaderías, sacando de type animal de encastes que nunca han sido así, “el toro tiene que tener trapío, y el toro nuestro creo que lo tiene Porque transmite miedo, seriedad e importancia; y eso es trapío, no que en una tablilla ponga 550 kilos y salga un toro regordío, porque es contraproducente para nuestro toro. Intentamos sacar al toro de tipo para entrar en las ferias y nos empezamos a cargar el encaste”, ya que no todos los toros aguantan tener las mismas cajas, y, partiendo de la base de que debe haber un peso mínimo, los veterinarios deben conocer Los encastes para adaptar ese reglamento a las morfologías de las ganaderías. A propósito de la tablilla, Álvaro contó un modo de anécdota que tenía un toro preparado para la corrida de San Isidro pasado de perfectas hechuras pero poco peso, lo que hizo que no pasara el reconocimiento. Sin embargo, lo llevó a Dax a la encerrona de Luque, y el sevillano le cortó el rabo. “Los encastes han evolucionado todos, pero los que tienen que evolucionar son las ganaderías. Baches hemos tenido todos, pero los que cambian los encastes son los ganaderos, que van creando una embestida que tienen en su cabeza, y amoldan el encaste a su idea”, comenzó diciendo Marcos Pérez. “El toro que mi abuelo compró a Juan Pedro Domecq no tiene nada que ver con el toro actual de Garcigrande o Domingo Hernández – siendo esta última la ganadería a la que representa, ya que Garcigrande actualmente es de su tío, Justo Hernández, aunque ambos ganaderías son lo mismo, y lo serán hasta el 2024- respecto a la embestida, al tipo de toro y a las exigencias que hay un día de hoy en las plazas para estar arriba”. “Al toro de Domecq no le ha costado mucho someterse al peso, pero lo ha tenido que hacer y se ha tenido que amoldar para conseguir una embestida acorde a lo que se pide hoy en día, y con una movilidad y una transmisión que antes no existían«, mostró, y como muestra de esa evolución podemos ver la durabilidad actual del toro, antes impensable. También matizó que de entro de un encaste se pueden encontrar hierros bastante diferentes, gracias a la selección, ya que “Juan Pedro es la base de muchas ganaderías, pero actualmente no tiene nada que ver con la embestida de nuestro bull o la de Victoriano del Río», dividido a la que catalogó de referencia de la cabaña brava actual. “Mi abuelo decía que el toro no tenía que galopar, porque si los toreros tienen que torear despacio y el toro galopa no loentendre; una cosa es venusse de lejos, pero de cerca no puede ser así. El punto de dejarle los vuelos al animal, llevar cosido a la muleta, traerlo y hacer el muletazo perfecto, es el más difícil y el que da más miedo, más que el que aunque pasa se venga de lejos”, comentó sobre el concepto de Domingo Hernández, que el propio Marcos ha heredado. Sobre el toro actual, y ante la pregunta de si el toro actual era “más dulce”, Lozano explicó que la dulzura es relativa: “Yo no me he encontrado un toro dulce en la vida. Ahora se ven más toros con clase, pero no tienen por qué ser dulces”. Y continuó: “Las faenas son más largas y cada vez se mostraron menos errores por el público. Requiere una faena con a limpieza y una perfección que hay que buscar un toro acorde, no dulce, pero que vaya a más y respondiendo al buen trato, para que haya un binomio casi perfecto”. Martínez Conradi dio su punto de vista con respecto a su ganadería: “En nuestro caso no buscamos dulzura. El toro que buscamos no es predecible, es fiero y encastado. Tampoco buscamos la perfección, sino matices diferentes, no toros teledirigidos”. “Ahora sucio el toro más bravo, grande y más difícil de torear aunque nunca”, continuó Marcos. “Se ve tanta demanda y perfección que lo hemos normalizado. El toro bueno nunca es fácil, es cuando las figuras marcan la diferencia”, subrayó. Fernando dijo que «por mucha capacidad y ambición que tenga el torero, pero fácilmente parece todo porque tapan los defectos, sea el toro como sea». El ganadero de La Quinta, una colación de las dificultades del toro (y toreo) en realidad, apostilló que “el público busca la perfección, el aficionado sabe apreciar la imperfección”. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Javier Núñez: «La izquierda ha renegado de los toros y de sí mismo» noticia Si Polémica por la vuelta de las corridas al Batán: «El gran perjudicado es el toro» Como conclusión sobre el futuro, los tres ganaderos ellos coincidieron en que “buscamos la transmisión mediante la pureza”.