Gavi se come el mundo

José MiguelezSEGUIR

Gavi se fue y España concedió inmediatamente el empate. Un tanto en contra que ensució su estreno en la Liga de las Naciones, una competición que no calienta demasiado, no desde luego al público sevillano. Un debut que la selección de Luis Enrique se tragó durante más tiempo, pero pecó de grandes excesos y de un conformismo envenenado. El mejor fue el joven centrocampista de Barcelona, ​​que crece y crece de forma escandalosa. De Cristiano apenas hubo un murmullo.

Cuando Gavi vino al mundo, 5 de agosto de 2004, Cristiano Ronaldo allí llevaba un rato dando vueltas por el fútbol de élite. Vestía la camiseta del Manchester United y llegaba de jugar su primera Eurocopa, en casa, con Portugal. El Benito Villamarín reunió ayer a ambos jugadores por primera vez en un significativo cruce de caminos.

Al luso en el tramo final de su viaje, 37 años de goleador irrepetible sentado de salida en el banquillo, 115 anotaciones con una misma selección, más que nadie. Y al español, overflowing, comiéndose el presente y el futuro, corriendo todos los balones y gobernando con siete pulmones y ojos hasta en la nuca el juego del combinado nacional. Es de un entusiasmo lo suyo y le sienta tan bien este equipo, que aunque no lo es, parece su jefe. En falta de Pedri, la España de Gavi. 17 años.

Cuando el partido parecía dividido, las defensas derrotando a las aventuras, y luciendo futbolistas más luminosos, ya fue Gavi el dolor de muelas. El más decidido en la presión, a pertinente recuperador, y también el que primero animó en el ataque. Fue suya también la responsabilidad del 1-0, une recuperación heroica tras una frivolidad portuguesa, una conducción segura y puntiaguda y un pase profundo a la carrera de Sarabia, que se la entregó de primera a Morata, que corrió el contragolpe con todo el sentido y marcó para colocar. Golazo. Una jugada electrica y magnifica, de equipo. Pero con el sello arrollador del chaval de Los Palacios, que luego le regaló un pellizco de gol a Soler, que lo intentó por dos veces llegando a la carrera. Gavi fue al chocque sin arrugarse hasta con Pepe, 39 años de intimidation y abruptdades, cara de malo y de central, que ya sumaba una colección de tarjetas cuando nació el chaval.

Luis Enrique había tirado de una línea muy reconocible, solo alterada por Diego Llorente, un eterno casi, un parche ocasional para remendar pasados ​​contratiempos de las listas que, sin embargo, nunca juega. Pero ayer si lo hizo. Y cumplió. También olía a clásico Luis Enrique el plantamiento, la querencia del balón y la presión adelantada. Aunque al entrenador, dados sus gritos y sus correcciones, no le convencía demasiado lo que veía.

Portugal era también muy Portugal. Mucho intimidating number, Bruno Fernandes, Bernardo Silva, capacidad individual poco conjuntada, defensa brava, intento de asociaciones, pero poca sensación de equipo. Algún regate de Rafael Leao, es una joyita de 22 años que ya juega en el Milan: arabescos, bicicletas, engaños, regattas varios, un amago para enmarcar, pero más artificio que fuego real.

Legaron las sustituciones pasada la hora de juego, Fernando Santos arrojó al campo a Guedes y a Cristiano Ronaldo, más susto que otra cosa. España jugó a tenerla más que agrandar la cuenta. Y Portugal, por escudo más que por argumentos, se negó a rendirse.

Todo parecía bajo control y Luis Enrique escuchó que Gavi necesitaba un descanso después de la empalizada que había pegado. Y entonces, casi como guiño simbólico y espiritual, Horta anotó el empate. España se murió justo cuando se marchó su estrella. De Cristiano no se supo más una refriega con Azpilikueta y sus inconfundibles protestas. Un empaste doloroso. Y al fondo la imagen del relevo generacional.

España, 1; portugués, 1

España: Unai Simón; Azpilikueta, Diego Llorente, Pau Torres, Jordi Alba; Carlos Soler (Koke, m. 62), Busquets, Gavi (Marcos Llorente, m. 81); Ferrán Torres (Dani Olmo, m. 62), Morata (De Tomás, m. 69) y Sarabia.

Portugal: Diogo Costa; Cancelo, Pepe, Danilo Pereira, Guerrero; Otavio (Cristiano, m. 61), Bruno Fernandes (Nunes, m. 81), Moutinho (Neves, m. 46), Bernardo Silva; André Silva (Guedes, m. 61) y Rafael Leao (Horta, m. 71).

Goles: 1-0. M.25 Morata. 1-1. M.82. Horta.

Árbitro: Oliver (Inglaterra). Amonestó a Sarabia, MOutinho, Bernardo Silva, Diego Llorente, Nunes y Pepe.