García Ortiz reclama el legado de Delgado a expensas de la Fiscalía General

Un fiscal de todos y para todos. Con esta carta de presentación, el sustituto de Dolores Delgado al frente de la Fiscalía General del Estado ha comparado este jueves ante la Comisión de Justicia del Congreso, el último trámite antes de su nombramiento por el Consejo de Ministros y toma de posesión tras jurar o Prométeme ante el Rey.

Consciente de las sospechas de que ha subido su número, lo que ha violado una semana en el Consejo General del Poder Judicial, donde siete voces cuestionaron su idoneidad, Álvaro García Ortiz ha comenzado su intervención anunciando su baja en la Unión Progresista de Fiscales, un gesto que para él tiene, según ha dicho, un enorme valor simbólico, pues era afiliado desde que comenzó su carrera en 1999.

Sus palabras y buenas intenciones no han convencido a la oposición, que ven en su mandato una extensión de Dolores Delgado. No en vano ha sido en los últimos años la mano derecha de la renunciada fiscal general, que le nombró jefe de la Secretaría Técnica ascendiendo a primera categoría. Con ella ha compartido también en parte ese “daño reputación” a la institución que esta mañana le han achacado los portavoces del PP, Vox y Ciudadanos, Luis Santamaría, Javier Ortega Smith y Edmundo Bal, respectivamente. «Es lamentable que el Gobierno no encuentre una persona que se y parezca imparcial, neutral, independiente y que favorezca la independencia de los fiscales respecto del Poder Ejecutivo. Usted no tiene esa imagen», le ha dicho Bal.

No ha notado la intervención de García Ortiz, en diciembre de 2019, tiene un acto de precampaña del PSOE gallego ni su nada clara intervención en el caso Stampa, donde el fiscal que instruyó el procedimiento contra ese representante del Ministerio Público le acusó, en declaraciones a ABC, de maniobrar para dilatar de forma torticera la investigación contra el fiscal del caso Tándem, en que el despacho de la pareja de Delgado, Baltasar Garzón, defiende a varios imputados. Sobrio el primero de los hechos, García Ortiz ha vuelto ha revelado su intervención en la que acto de sociedades políticas, y ha recalcado que participó como representante del Ministerio Público y que lo hizo con permiso de la Inspección fiscal. “El contenido del acto es evidente que no lo han oído. Da igual lo que se diga; solo importó la foto”, ha lamentado el fiscal general, que ha protagonizado varios enfrentamientos directos con Santamaría (PP).

Solo «sugerencias»

García Ortiz ha defendido su intervención en el caso Stampa y ha señalado que él no dio (porque no puede) ninguna orden al fiscal que investigaba, y que en todo caso se trató de «sugerencias», algo habitual, ha dicho, en el trabajo de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado.

Durante su comparación ante la intervención de los portavoces de los grupos parlamentarios, García Ortiz ha expresado su reconocimiento a la labor desempeñada por Delgado son las «importantes ventajas beneficiosas para la carrera fiscal» que su antecesora ellas pusieron en marcha, entre el incremento parafiscal plazas, planes de formación, circulares e instructivos. “Me da reparo que alguien diga que desde la Secretaría Técnica no hemos hecho nada”, ha lamentado el próximo fiscal general. Apovechó la ocasión para arremeter contra los siete vocales del Consejo que suscribieron un voto particular cuestionando su imparcialidad por las críticas que vertieron contra él sin haber comenzado todavía su andadura como fiscal general.

instructor de impuestos

Entre los desafíos al frente del Ministerio Público, García Ortiz ha referido al cambio de modelo procesal que implicará dejar la instrucción de las causas penales en manos de la Fiscalía en lugar del juez instructor y no ha ocultado la necesidad de reforzar mecanismos de autonomía de los fiscal mediante la reforma del estatuto orgánico de la carrera. En este sentido ha anunciado también una circular clara sobre diligencia de investigación que sustituirá a la de 2013 y que como fiscal general se asegurará que aspectos como la dación de cuentas y el derecho a discrepar del fiscal se vean garantizados.

Caso Miguel Ángel Blanco

Precisamente a las discrepancias con superiores jerárquicos se ha referido García Ortiz en relación con el caso Miguel Ángel Blanco y el polémico cambio de criterio que ha llevado al Ministerio Público a no muy posible proceder con los autores intelectuales del asesinato del popular edil. Y ello contra la voluntad del fiscal del caso, Vicente González Mota. “Ni en este caso ni en otros se han dado directivas de ningún tipo” y ha rectificado a Edmundo Bal cuando este le ha reprochado que los hechos no están prescritos, a diferencia de lo que sostiene el fiscal-jefe de la Audiencia, Jesús Alonso . “La Fiscalía de la Audiencia Nacional nunca ha obstaculizado, ni lo hará nunca, las investigaciones (…)”. Al contrario, ha sostenido, ha contribuido a que “ETA desaparezca”. No obstante, el nuevo fiscal general se ha comprometido a convocar a la junta de fiscales para resolver las discrepancias sujetas a la eventual prescripción. El consejo fiscal, el sanedrín de la carrera fiscal, está compuesto por una treintena de impuestos de primera categoría, y distintas especialidades y sensibilidades. La última (y única vez) que la convocó Delgado fue con motivación de la relación de las diligencias sobre el hermano de Ayuso por parte de la Fiscalía Europea. El consejo fiscal cerró filas entonces con Anticorrupción, que opuso ha soltado las pesquisas que terminarían archivándose.

“La filtración interesada y correos internos no hace si no aumenta el dolor de las víctimas y dar lugar a polémicas no deseadas que pueden ser objeto de manipulación“, ha dicho en relación a los correos intercambiados entre Alonso y González Mota.

García Ortiz ha visto sobrio la información publicada por ABC sobre la presunta reunión en el restaurante de un hotel de Madrid con el expresidente de la Banca Privada de Andorra Higini Cierco, denunciante de Rajoy en la llamada «operación Cataluña». El fiscal general ha anunciado acciones legales contra este periódico por seguir manteniendo la existencia de un encuentro del que dan fe dos testigos.