¿Es mi hijo miope?

Mi hijo se queja de que ve mal la pizarra, se acerca mucho a la pantalla de la televisión y entrecerra los ojos cuando la ve, le lloran o se le enrojecen los ojos, tiene malos resultados en el colegio… puede que lo que le esté a nuestro pequeño paso es que sea miope.

La miopía es un defecto refractivo causado, entre otras cosas, por el exceso de curvatura en la córnea o el cristalino, que en cuanto la luz se acerca delante de la retina y no sobre ella, lo que provoca que se vean los objetos lejanos borrosos .

Una patología que sufren muchos menores, y es que, según datos que maneja General Óptica, uno de cada cuatro niños españoles son miopes, una cifra que va aumentando año tras año. Hay varios tipos de miopía infantil:

La miopía tiene un componente hereditario, de hecho, si ambos progenitores sus miopes, sus hijos tienen un 50% de probabilidad de ser miopes también. Incluso, hay niños que pueden nacer con dioptrías directamente, pero los síntomas suelen aparecer desde los 3 o 4 años y necesitan llevar gafas ya a esa edad.

Pero hay otro tipo de miopía que se denomina adquirida, que suele aparecer cuando los niños van a la escuela, es decir, de los 5 años y hasta los 10 años. En este caso, solo serán varios los factores que influyen en su aparición, como una mala iluminación en las aulas, la distancia a la que esté la pizarra o una mala postura a la hora de hacer los deberes o de leer. Además, pasará mucho tiempo con la vista enfocada a las pantallas no ayuda en absoluto.

Detectar la miopía en los niños es algo fundamental y en esto tienen que intervenir mientras los padres como los profesores y estar atentos a los primeros síntomas, ya que, un diagnóstico precoz no solo ayudará a frana el aumento de dioptrías y mejorará sustancialmente la vida de los pequeños, sino que, además, contribuirá a que sus notas en el colegio no empeoren. Y es que, la miopía puede ser la causante de tres de cada diez fracasos escolares.

Es difícil que un niño verbalice que no ve bien, por ello, hay que estar atentos a los siguientes síntomas: que cuando lea necesite acercarse mucho a los libros oa las pantallas de los móviles y tablets, o que también se acerque mucho cuando escribe. Que se rasque, parpadee mucho, le lloren o se le enrojezcan. Que entorne los ojos para leer algo que está alejado, or que cuando vea la televisión se acerque mucho para verla bien.

También hay que vigilar si guiña un ojo cuando trata de ver algo a distancia, tiene malos resultados en la escuela y no sigue el ritmo del restaurante de los alumnos, especialmente en lectura, o que cuando realiza actividades en las que hay que utilizar mucho la vista padece cansancio visual. Es importante contar si no se distingue a personas conocidas cuando están a cierta distancia, se queja de que no ve bien y, en ocasiones, sufre dolores de cabeza.

Si se detecta alguno de estos síntomas es muy importante, llevar al niño a un óptico-optometrista para que pueda realizar un examen. En cualquier caso, y aunque no hayamos detectado nada sospechoso, los ópticos expertos de General Óptica recomiendan una primera revisión infantil a los 3 años, otra a los 5 o 6, antes de empezar su primera escuela y una vez al año hasta que acabe la Escuela secundaria.

En caso de que new optical trust establezca que new hijo tiene miopía, lo más conveniente es decantarse por uno de los métodos para controlar la miopía infantil teniendo en cuenta las necesidades del pequeño o pequeña y su estilo de vida.

Desde General Óptica apuntan que el uso de gafas uno de los métodos que recientemente se han utilizado para controlar o frenar el avant de la miopía infantil. Se trata de gafas conlentes especiales para el control de miopía. Lentamente estas desenfocan en la retina la imagen de la periferia. De esta manera se frena el crecimiento del ojo y, por consiguiente, la miopía.

La segunda herramienta es el uso de lentillas especiales de control de miopía. Basan en el mismo principio que el de lasentes especiales para gafas, es decir, desenfocar la imagen peripherique para frenar en lo posible el crecimiento del ojo. Este método tiene, frente a las gafas, la ventaja de que da más libertad de movimiento al niño colgante el día, sobre todo si va a realizar deporte o actividades físicas, siempre que no sean acuáticas.

Y, por último, el método más revolucionario y extremadamente eficaz para frenar o controlar la miopía infantil es la ortoqueratología u Orto-k. Se trata de un tratamiento ocular que utiliza unas nits de contacto especialmente diseñadas para remodelar la córnea de manera suave y progresiva y que los niños utilizarán mientras duermen. De esta consiguen consiguen reducir de manera temporal la cantidad de dioptrías y corregir el error refractivo Durante todo el día siguiente sin necesidad de que el niño lleve gafas o lentillas. Es un método muy eficaz para frenar el avance de la miopía que se utiliza en un paso en el que el ojo del niño todavía está en desarrollo. Además, es el único método compatible con los deportes acuáticos.

En cualquier caso, la pregunta que muchos padres de hacen es ¿se puede prevenir la miopía en los niños? Pues la respuesta es que sí, incluso en el caso de la miopía hereditaria se puede minimizar su impacto o su crecimiento. Los ópticos expertos de General Óptica nos dan una serie de consejos para que nuestros hijos tengan una buena salud visual:

Pasar mas tiempo al aire libre

Que los niños jueguen en la calle, en el jardín o en un parque, les ayude a mejorar su visión a distancia.

Limitar el uso de pantallas tales como computadoras, tabletas o teléfonos móviles.

No solo es conveniente que los niños utilicen estos aparatos un tiempo determinado y fijen les unos, además, hay que hacer pequeños descansos de manera regular que puedan al ojo relajarse y recuperarse del esfuerzo realizado. Un buen truco es aplicar la regla 20-20-20 que consiste en descansar la vista cada 20 minutos, mirando a distancia de 20 metros en el horizonte, dure al menos 20 segundos. Además, es necesario que los pequeños tengan una buena postura y mantengan la distancia correcta cuando las utilicen.

Tener una buena iluminacion

Para una buena salud visual de nuestros hijos es importante que en casa contemos con una iluminación ambiental adecuada. Lo más recomendable es que haya suficiente luz natural, especialmente donde los niños leen o hacen los deben y si tenemos que recurrir a la luz artificial, esto debe ser lo más similar posible a la luz natural evitando los reflejos y los contrastes excesivos.

Apalancar una alimentación sana y realizar ejercicio

Los más pequeños de la casa deben de tener una dieta variada, rica en pescados, verduras y frutas y con alimentos que contengan antioxidantes, Omega 3 y vitaminas A, C, E. Huir de los ultraprocesados ​​y hacer ejercicio diario.

“Que un hijo tenga una buena salud es la máxima preocupación de cualquier madre o padre, y vigilar su salud visual también debería ser una de sus prioridades. Para ello, es fundamental su ayuda y que estén pendientes de las primeras señales que sus niños puedan manifestar para detectar la miopía, que cada vez afecte a un mayor número de menores”, concluyó José Ramón García Baena, óptico-optometrista a cargo de Servicios por Salud Visual por General Óptica