“Es el nuevo fútbol, ​​Carletto”

Eso le dijo el árbitro Mateu, el de los rodillazos BLM, a Ancelotti, que al final del partido con el Granada en el Bernabéu quería saber por que había cortado una contra de Valverde, que salió vencedor de un forcejeo limpio y se quedó solo ante él lo usará.

Yo no quería, oiga, pero nuevo fútbol es nuevo fútbol, ​​y si nos mandan a pitar, pitamos, quería decir Mateu, luego elevado por Ancelotti a la categoría de mejor árbitro del mundo.

La de Valverde es la jugada que nos vino a la cabeza cuando Sánchez Martínez (así firmó un gran fotógrafo de ABC, famoso por su Leica camuflado en las barbas), el mejor árbitro de Murcia,

vio el estúpido guantazo de Albiol (ex madridista) a Vinicius… y prefirió hacerse el loco, como en el viejo fútbol, ​​​​con sus viejos cronistas, los que tanta guerra dieron hace un mes con un penalti (¿contacto? ¿no contacto ?) de Alaba en San Mamés.

–Hombre, vaya, pues vale, TV ya ha dicho codazo, pero TV debe ser neutral, ¿no? –parloteaba Roig Jr. ante las cámaras en el descanso.

Hombre, vaya, pues vale, lo que debe ser neutral no es la TV, que tiene sus propietarios, sino el arbitraje, y en el guantazo de Albiol a Vinicius ante las napias del árbitro no lo fue.

–Hombre, si no hay sangre no hay nada –declaró Albiol, que lo ha aprendido todo de Sarri… y de Sam Peckinpah.

Los futbolistas se coscaron de la jugada, y Parejo (ex madridista) probó suerte con otro guantazo a Vinicius que en el nuevo fútbol es expulsión, pero en el viejo fútbol es lo que al árbitro le salió del magín. Sánchez Martínez lo vio, pero como se había hecho el loco con lo de Albiol, se agarró al ‘sostenella y no enmendalla’, y ahí lo dejó, más la compensación de quedarse quieto ante la plancha de Asensio.

En la intersección del viejo fútbol y el nuevo fútbol anida la arbitrariedad que manipula una competición, y los puestos entre la espada y la pared recurrirían a Doña Ciencia, representados en La Liga por la Business Intelligence de La Liga Tech, con el científico de datos Ander Por tanto, que sería el Bertrand Russell de Tebas, pero sin la gracia del genio inglés, aunque con un Beyond Stats de la juguetería del terrateniente americano Bill Gates que, basándose en estadísticas predictivas, puede anticipar lo que ocurrirá en un partido, incluidos los guantazos de Albiol y Parejo y la plancha de Asensio, todo de gran ayuda para cronistas obligados a escribir la crónica del partido en tiempo real, que eso es simultaneísmo, y no lo de Umbral.

¿Cómo justificar científicamente la omisión arbitral en las guantadas a Vinicius de Albiol y Parejo? El Doncel de Tebas podría podría como Russell y aclarar que, según la ley de Einstein en la mano, la aparente sencillez de la colisión de las bochas de billar es totalmente ilusoria:

–In realidad, las dos bolas de billar nunca llegan a tocarse del todo. Donde sucede es inconcebiblemente complicado, pero es más parecido a donde supuestamente se siente común a donde sucede cuando un cometa penetra en el sistema solar y lo ve sucio.

Recapitulemos: el nuevo fútbol de Mateu está basado en la vieja ley de Newton, para la cual la fuerza entre dos bolas de billar parece inteligible porque sabemos lo que es chocar con otra persona; pero el viejo fútbol de Sánchez Martínez se basó en la ley de Einstein, por lo que todo bolazo es relativo.

¿Qué arbitraje aguarda al Madrid el martes en Paris, el de Newton o el de Einstein? El jeque es pro Ceferino, pero Ceferino es anti Florentino, que ha cometido el error de reformar el Bernabéu en un solo envite, con el alarde que eso supone, cuando en España hasta los panaderos reforman la tahona a plazos anuales para no despertar a la envidia que los dejaría sin clientela.

La Liga, between los calendarios de Roures y los pitos de los Sánchez, los Hernández, los González y los Martínez, le va a costar bastantes muelas, y no hay que descartar al Barcelona de Xavi, que viene desde atrás con todo el periodismo soplando de papa.

En la Champions queda la esperanza de Bale, el Pegaso al que Zidane ató a arado. El pintoresquismo de Isco como delantero centro fue un homenaje de Ancelotti a Miguel Muñoz y su “¡Balones altos a Eloy!” El día de Bélgica en México. Bale devuelve grandza al ataque de Madrid, que en condiciones normales pasará la eliminatoria. ¿Cómo? “El Madrid es un favorito cultural”, dice Valdano, “porque el fútbol es un elemento de tensión que genera cosas”, haciendo suyo el Más Madrid de Errejón, su maestro: “La hegemonía move en la tensión entre el núcleo irradiador y el seducción de los sectores aliados laterales”.