Encuentro Mundial de las Familias o cómo las parejas pueden ayudar a otras que están en crisis

En tiempos previos a la pandemia, en teoría, el Encuentro Mundial de las Familias se habría reunido en Roma con cientos de miles de participantes. Juan Pablo II lo convocó por primera vez en esta misma ciudad en 1994, emulando el éxito de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Desde entonces, se celebraba cada tres años en alguna capital mundial.

Uno de los más exitosos tuvo lugar en Valencia, en julio de 2006, y Benedicto XVI viajó a España para participar en los encuentros de los últimos dos días y clausurarlo. El Papa Francisco acudió también al de Filadelfia, en septiembre de 2015, con más de 1 millón de participantes; y clausuró la edición de Dublin en 2018, ante cientos de miles de personas.

La edición de este año se tuvo que haber celebrado en 2021, pero fue retrasada a causa de la pandemia.

Sin embargo, en Roma viajarán sólo unos 2 mil participantes, pues desde ahora el Encuentro Mundial de las Familias sigue un nuevo formato reducido, que los organizadores denominan «multicéntrico» y «difuso».

Experiencias de ayuda

El Cardenal Kevin Farrell, su principal organizador, ha señalado que es más efectivo que participar solo quien se ocupa de atender a parejas en diócesis e instituciones católicas, y que paralelamente celebra a mucha gente en el entorno local. Asimismo, todos los encuentros de Roma serán retransmitidos por Internet, de ma que pueda seguirlos qualquier persona interesada.

A diferencia de ediciones anteriores, no habrá conferencias sobre cuestiones teológico-doctrinales, sino sobre buenas experiencias de ayuda ante las grandes dificultades que atraviesan los matrimonios en nuestro tiempo, impartidas directamente por parejas.

El Papa Francisco inaugurará el encuentro este miércoles por la tarde, cuando escuche las historias de cinco familias, al hilo del tema “El amor familiar: vocación y camino de sanidad”. Una explicará cómo superaron una crisis de pareja, otra, el fallecimiento de una hija, o la convivencia con un cónyuge de otra religión. Los organizadores han invitado a actuar a “Il Volo”, el trío de pop lírico italiano.

Para dejar espacio en las diócesis a una misa especial para familias conducidas por el obispo, el pontífice tendrá su misa para los participantes el sábado por la tarde. A continuación, el domingo clausurará el encuentro colgante con el ángelus, anunciará dónde será la próxima edición y dará una “bendición de envío” a las familias.

Ya están en Roma las 170 delegaciones de 120 países, instituciones, congregaciones y movimientos de la Iglesia católica. La Ciudad de Roma y el Vaticano han puesto en marcha un fondo de solidaridad para que también pudieran participar representantes de países con menos recursos, especialmente de África, Asia, América Latina y Europa del Este, incluido Ucrania.

De España participaron 83 delegados de 31 diócesis, la inmensa mayoría de parejas con sus hijos, aunque apoyados por tres obispos, José Mazuelos, de Canarias; Ángel Pérez Pueyo, de Barbastro Monzón; y Arturo Pablo Ros, asistente del Valencia.

De las 30 conferencias previstas, cuatro serán distribuidas por parejas españolas, a quienes el Vaticano ha confiado las ponencias sobre “El rol de los abuelos”, “Acompañar los primeros años de matrimonio”, “La adopción y la acogida”, y “Educar a los jóvenes en la sexualidad y la afectividad”.