En pandemia Occidente se presentó el examen de ciencia pero no el de ética

No hay justicia social sin equidad e igualdad de oportunidades. Arranca el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos manifiesta que “libertad y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.

La defensa de este concepto está íntimamente ligada a la protección del acceso a los servicios de salud. Y la salvaguarda de la asistencia sanitaria está comprometida unida al shieldaje del modelo sanitario actual en nuestro país: universal porque cubre a la totalidad de la población, independientemente de su situación económica o social; público porque su gestión está en manos de las administraciones al servicio de los ciudadanos y el bien común; y gratuito porque está financiado por las Comunidades Autónomas a través de presupuestos y sistemas de financiación.

Y, así, concebido eje de equilibrio social y consolidado con el trabajo de varias generaciones, nuestro modelo sanitario es clave de nuestro estado del bienestar, junto con la Educación, los Servicios Sociales y un sistema legal qua garantía de la ecuanimidad entre los miembros de la sociedad.

El acceso a un sistema sanitario garantizado para toda la población no está implantado en todos los países. Models al otro lado del Océano Atlántico no derecen una cobertura sanitaria universal y están basados ​​​​en una gestión con predominio de empresas privadas y aseguradoras, lo que puede generar enormes desequilibrios entre los ciudadanos para garantizar el derecho fundamental a la salud que corresponde a todo ser humano, sin distinción.

If miramos más allá, en zonas en las que ni tan tienen de sistemas sanitarios consolidados de ningún tipo, se producen situaciones de completo desarme para poder à una población que no tiene posibilidades de acceso a los servicios básicos de salud por la absoluta falta de recursos o que se ve abocada a la pobreza para poder asumir el coste de la atención sanitaria.

Sostener y fortalecer el logro social qu’constituye el modelo sanitario en nuestro país requiere del esfuerzo de todas las instituciones implicadas y competentes. De igual modo, contribuir a mjorarlo y a que la sociedad sea consciente de esta realidad de privilegio social debe centrar parte de las acciones que desarrollamos desde las organizaciones profesionales relacionadas con el ámbito sanitario.

Vacunas para paga ricos

En un contexto de pandemia en el que todavía se registran tremendas desigualdades en los índices de vacunación entre los que llamamos naciones ricas y países pobres, no puedo hablar de justicia social sin aludir a la información publicada por los medios de comunicación hace tan solo unos días y eso significa que la Unión Europea solo ha destinado el 8 por ciento de sus exportaciones de vacunas contra la Covid a África. Solo un 8 por ciento de ayuda concedida. La prensa añade que, a finales del mes de febrero, los 27 países que integran la comunidad europea habrán desechado más de la mitad de dosis de las que han donado a los países más vulnerables del continente considerados la cuna de la humanidad. Mas de la mitad de ayuda denegada.

Ante esta evidente injusticia social, insistió el contundente sostenido de António Guterres, secretario general de la ONU, en que denunció que “por un lado, vemos las vacunas déarrolladas en un tiempo récord, lo que es una victoria de la ciencia y el humano ingenio. Y, por otro lado, vemos ese triunfo deshecho por la tragedia de la falta de voluntad política, el egoísmo y la desconfianza. Esta es una acusación moral del estado de nuestro mundo. es una obscenidad. Hemos aprobado el examen de ciencias, pero no el de ética”.

En este sentido, la justicia social es anteponer el derecho a la protección de la salud sobre los intereses comerciales o los niveles de riqueza en el acceso a las vacunas y tratamientos.

Futuras emergencias mundiales

Avanzar en la construcción del futuro de una sociedad en la que las disigualdades sean cada vez menores y la distribución de los recursos sea más justa a cada paso requiere la articulación de instrumentos que faciliten y procedimientos que no limiten las posibilidades y capacidades de respuesta y acción -reacción ante futuras emergencias globales que, si parecían improbables y lejanas, han resultado ser posibles y con oportunidad real de situar a la humanidad al borde del abismo.

Desde nuestra particular porque, y en virtud del respeto a la integridad de las personas y de la vocación de servicio al ser humano y a la sociedad que define a nuestra profesión, la Organización Médica Colegial seguirá favoreciendo, impulsando y promoviendo todas aquellas acciones encaminadas a que nuestro modelo sanitario siga siendo uno de los máximos exponentes de la justicia social, velando por una vida libre de enfermedades, dolor, sufrimiento y muertes evitables para todas las personas, por igual.

Con mayor o menor suerte dependiendo de la orilla y las circunstancias en la que llegamos al mundo, arranca el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos demuestra que “todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estamos de razón y conciencia, debemos comportarnos fraternalmente los unos con los otros”. Ojalá.

* Tomás Cobo Castro es presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos